Después de haber revisado en los artículos anteriores, como debemos conservar correctamente las vacunas, ahora es momento de aplicarlas.
Cada granja debe tener su propio plan vacunal, adaptado a cada caso por el veterinario responsable. Debe describir los tipos de vacunas a utilizar, su vía de administración y la edad o el momento del ciclo exacto en el que debe ser aplicada. Es fundamental aplicar la vacuna en el momento indicado para tener éxito.
Siempre que vayamos a utilizar una vacuna, además de seguir las pautas de nuestro veterinario, tenemos que leer bien la ficha técnica del producto para asegurarnos de seguir las recomendaciones que nos marque el fabricante:
Las vacunas se pueden diferenciar según las vías de administración. Las más frecuentes son:
1. Intramuscular: Donde podemos diferenciar entre:
Los sistemas sin aguja reducen el riesgo de transmisión de patógenos, heridas o abscesos y posibles agujas rotas en la canal, además de eliminar el riesgo de pinchazos accidentales en los trabajadores. En estos sistemas, es necesario calibrar la presión de aplicación según el tipo de animal
2. Intradérmica: Se puede aplicar con aguja, pero cada vez se utiliza más la aplicación sin aguja con una pistola a presión especial, que introduce un pequeño volumen en la dermis. Los puntos de aplicación deben tener poco pelo y ser suficientemente planos. Los más frecuentes son el cuello, los glúteos, el lomo y en cerdas gestantes también en el centro por encima de las mamas.
3. Subcutánea: Se inyecta por debajo de la piel y se suele utilizar para lechones más pequeños. El punto ideal de aplicación para estos es la cara interna del muslo en los pliegues de la piel.
4. Oral: Administradas fundamentalmente a través del agua de bebida. Este sistema facilita la aplicación en grupos grandes pero solo ciertas vacunas pueden ser administradas por esta ruta. Es importante no utilizar otros productos que puedan afectar a la eficacia de las vacunas orales: cloro, otras medicaciones, etc.
5. Intranasal: La vacuna se absorbe a través de las mucosas y estimula una respuesta inmunológica en el animal.
En todos los casos, las zonas de aplicación deberían estar siempre limpias y secas.
1. Lechones en maternidad: cogerlos uno a uno para asegurar una correcta aplicación.
2. Lechones y cerdos en transición y engorde:
3. Animales adultos
Para cualquier edad y en función del estatus sanitario de la granja, será necesario el cambio de agujas entre camadas o entre animales adultos, seguir las recomendaciones del veterinario responsable.
1. Agujas
Es fundamental utilizar el tamaño adecuado de aguja (Figura 1).
La granja debe tener un protocolo por escrito de cambio de agujas (Tabla 1), que debe ser adaptado en caso de que exista una patología concreta, ya que las agujas pueden transmitir enfermedades. El veterinario tomará las decisiones correspondientes.
En cualquier caso, cambiaremos la aguja siempre que se haya doblado o haya perdido el filo ya que una aguja en mal estado puede tener mayor riesgo de rotura o puede provocar lesiones.
Tabla 1. Protocolo básico de cambio de agujas en granja. Debe adaptarse según el estado sanitario de la granja.
Animales | Situación | Cambio de aguja |
---|---|---|
Lechones lactantes | Cada camada | |
Lechones en transición | Grupos pequeños ( hasta 30 lechones) | Cada grupo |
Grupos grandes | Cada 30 lechones | |
Cerdos de engorde | Grupo pequeñoss (hasta 12-15 cerdos) | Cada grupo |
Grupos grandes | Cada 10 animales | |
Cerdas | Granjas con buen estado sanitario | Cada 5 animales |
Granjas con mal estado sanitario | Cada animal | |
Machos | Cada animal |
Las zonas de enfermería y de cuarentena deben tener todo el material necesario para la vacunación y tratamiento que sea de uso ESPECÍFICO para esta zona. Esto incluye lazos, agujas, jeringas, marcadores, etc.
Si se rompe la aguja al vacunar y tenemos la sospecha de que esta se ha quedado dentro del cerdo, tenemos que identificar al animal afectado y separarlo para poder avisar al frigorífico. Existen agujas que son detectables en frigorífico mediante el uso de detectores de metales. Hay empresas cárnicas que exigen su uso a sus proveedores para reducir el riesgo de presencia de agujas en la canal.
Las agujas usadas y los restos de vacuna deben recogerse en contenedores específicos y cada granja tiene que tener un contrato de gestión de residuos.
2. Jeringuillas y pistolas de vacunar
Debemos utilizar aquellas jeringuillas y pistolas que los servicios veterinarios nos recomienden y asegurarnos de su correcto funcionamiento.
Tras CADA USO, las jeringuillas y pistolas deben ser lavadas para eliminar todos los restos.
Debemos tener un plan de mantenimiento de todo el material utilizado para vacunar.
En el último artículo de la serie hablaremos de como minimizar los posibles fallos vacunales.