Estrés por calor - Hormonas y otros productos en animales en crecimiento

Miquel Collell
16-abr-2009 (hace 15 años 7 meses 5 días)

Pese a ser uno de los puntos claves de la producción porcina, hay muy pocas soluciones en el mercado para los animales en crecimiento, ya sea porque no existen los “productos milagro” o bien porque afecta a los países del sur (menos proclives a la investigación). Haremos, no obstante, un breve repaso a aquellas soluciones que hoy existen en el mercado.

Vitaminas
Las vitaminas, al igual que los minerales, son necesarias para el correcto desarrollo del animal, de hecho ya hemos visto esta importancia tanto en las cerdas como en los verracos, pero muchas veces dejamos de lado la importancia de las mismas en los animales en crecimiento.

Las necesidades de vitaminas en épocas calurosas aumentan sensiblemente y pocas veces tenemos esta necesidad en consideración. En la siguiente tabla mostramos los niveles óptimos de vitaminas. El rango inferior correspondería a animales con un elevado estatus sanitario, alimentación de calidad y manejo sin estrés, mientras que los valores más elevados se aconsejan cuando los animales tienen calor, se encuentran alojados a elevadas densidades o padecen alguna enfermedad.

Vitamina Lechones hasta 10 kg
A (i.u.) 10.000-20.000
D3 (i.u.) 1.800-2.000
E (a) (mg) 60-100 (b)
K3 (c) (mg) 2-4
B1 (mg) 2-4
B2 (mg) 6-10
B6 (mg) 4-6
B12 (mg) 0.04-0.06
Niacina (mg) 40-50
Ácido pantoténico (mg) 15-30
Ácido Fólico (mg) 1.5-2.5
Biotina (mg) 0.15-0.30
C (d) (mg) 100-200 (e)
Colina (mg) 500-800
(a) Cuando el nivel de grasa en pienso está por encima del 3% adición de 5mg/kg por cada 1% de grasa adicional.
(b) Para una función inmune óptima: adición de 150mg/kg pienso.
(c) K3=Menadiona.
(d) Recomendado en casos de estrés.
(e) Actividad de la vitamina C en forma fosforilada.
Pig International. Vol. 32. Nº 10. Diciembre 2002

Estimular el consumo de agua
El agua, que es imprescindible para las diferentes edades, es absolutamente crítica en la primera semana post-destete. No podemos olvidarnos que en maternidad la madre le ofrecía por lo menos 500 ml de leche y de golpe no llegará ni a consumir 150 ml de agua. Esto implica un menor consumo de pienso y la consiguiente pérdida de peso. En estos primeros días, el consumo de agua tendría que llegar, por lo menos, al 15 % del peso del lechón. Un menor consumo se puede traducir en vicios como son el chupar flancos u ombligos. En cebo se habla de que este consumo pueda llegar al 13% al inicio, y todavía más en los casos de temperaturas por encima de 25º C: el consumo tendría que incrementarse entre 3 y 6 litros.


Un menor consumo de agua supone una pérdida de peso.

La falta de agua puede inducir al chupar ombligos

Hay varias estrategias para conseguir aumentar el consumo de agua, algunas de ellas con una base algo más experimental (poco llevadas a cabo a nivel práctico) como puede ser el uso de gelatinas que, al ofrecer agua en un formato “sólido”, incrementan el consumo; y otras más prácticas como puede ser el mero hecho de enfriar el agua o mirar que no se caliente excesivamente o acidificar la misma.

Es muy normal que en verano el agua que está estancada en depósitos se caliente más y ésta se consuma en menor medida sólo por el mero hecho de estar más caliente. El consumo de agua será muy superior si ésta es fresca.


Los depositos de agua en el exterior se calientan. El mismo depósito en el interior de la nave conserva el agua más fresca

Los cerdos tienen una gran apetencia por los productos ácidos, de aquí que la acidificación del agua incremente su consumo, así como el crecimiento medio diario. En algunos trabajos se ha visto como al acidificar el agua se consiguen incrementos de hasta el 47 % en el consumo. Es importante que nos asesoremos de cuál es la acidez que nos ofrecerá el producto utilizado.

Ácido fosfórico 2.16
Ácido tartárico 2.98
Ácido fumárico 3.02
Ácido láctico 3.08
Ácido cítrico 3.14
Acido málico 3.40
Acido acético 4.75
Acido propiónico 4.87

Betaíana
La betaína no es un compuesto nuevo para nada: se viene utilizando en la producción aviar desde los años 50. La betaína es un compuesto aminoácido que se encuentra de manera natural en plantas y animales. Normalmente se obtiene de la remolacha azucarera. Su uso como modificador metabólico (altera las proporciones de músculo o grasa que deposita el animal) en el ganado porcino, sí ha sido más reciente. La betaína puede disminuir la grasa depositada en la canal del animal así como aumentar simultáneamente la formación de músculo.

La betaína tiene un efecto positivo sobre los animales sometidos a estrés por calor ya que se acumula en células sometidas a estrés osmótico o salino (cosa que de hecho sucede en condiciones de estrés térmico) protegiendo las enzimas y las membranas celulares de la inactivación iónica. De aquí que se considere también una sustancia osmoprotectora. Se habla también de efectos beneficiosos sobre la inmunidad del animal.