Hay una fuerte atención social en Europa a la eliminación de jaulas. Después de 60 años con las cerdas en boxes para optimizar el trabajo y mejorar la productividad, la normativa va en la idea de tener las cerdas con partos en libertad. Analizan diferentes modelos de cerdas libres en partos (en Space se presentaron 12) tomando 72 granjas de las que 29 tenían cerdas en libertad desde hace 2,8 años con una media de 232 cerdas y 53 plazas en libertad con producción a bandas de 3-5 semanas y destetes a 21 y 28 días. En su encuesta a productores, el 50 % contestan que esta normativa responde a la demanda social. El espacio por plaza va de 5,4-7,6 m2 con una superficie para la cerda de 4 m2. En estos momentos están en fase de experimentación optando por tenerlas los primeros días (3-7) cerradas y luego abrirlas con dos ambientes (cerda 19-22ºC y lechones 26-28ºC). El aspecto de interacción animales – personas es crítico, encontrando la mitad de los encuestados cambios en los comportamientos de las cerdas. En cuanto al trabajo, hay opiniones controvertidas, sabiendo de un mayor tiempo de vaciado y limpieza, así como el acceso a los lechones para su manipulación y tratamientos. Al final muestran una satisfacción global precisando un tiempo de adaptación.
Las nuevas instalaciones forman parte de una imagen positiva de la producción animal que responde a una demanda social imperativa. Preguntan a 1000 profesionales sobre sus interrogantes sobre cinco puntos del bienestar animal. En cuanto a la imagen de los modelos de alojamientos los clasifican en cuatro niveles de bienestar animal, desde alojadas plenamente intensivas a totalmente libres en exterior. En un balance entre bienestar animal, aceptibilidad social, sanidad animal, ambiente, trabajo y parámetros productivos, los cuatro modelos muestran gráficas muy diferentes. El costo del alojamiento es un punto crítico en este equilibrio en los niveles intermedios y la pérdida de productividad en el nivel superior. La implantación de los diferentes niveles requiere de reflexión y consideración de todos los aspectos para la sostenibilidad de las granjas.
Los materiales manipulables deben ser deformables, destructibles y masticables según normativa europea 2016. Ensayan diferentes materiales en las gestaciones: cilindro madera, rectángulo madera, piedra y goma fijados a la barra anterior en 3 bandas de 72 cerdas, rotando los objetos una vez a la semana, analizando las posturas y el comportamiento de las cerdas. Hay variaciones considerables en la investigación pasiva y activa sobre el objeto de las diferentes cerdas, así como en la frecuencia y tiempo (16 al 80%). El precio de los materiales va de EUR 20 a 30/unidad. Los materiales deformables son más atractivos siendo preferible posicionarlo más cerca del suelo en función del estado fisiológico. La frecuencia de renovación de los materiales que más se desgastan suponen un costo elevado a considerar, superando incluso al valor de la cerda.
El mayor tamaño de camada está limitando el espacio en las salas de partos, con mayor proximidad lechones-cerda y mayor riesgo de aplastamientos, por lo que se está considerando aumentar el espacio. Sobre 675 cerdas en cinco bandas y destetes a 21-23 días estudian jaulas con dimensiones de 1,5 x 2,2 – 1,8 x 2,2 m, 1,8 x 2,4 m y 1,8 x 2,6 m (ancho y largo) con un espacio similar para la cerda (0,6 x 2,1 m). Descartan los lechones que pesan menos de 700 gramos al nacimiento. No observan ningún efecto en nacidos vivos, peso al nacimiento y muertos al nacimiento, pero sí en la mortalidad en lactación (12,2 % media) derivados, sobre todo, de aplastamiento (30,9 % de los casos). No observan diferencias en la ganancia de peso de los lechones durante la lactación (240-247 g).
El bienestar animal es una demanda social (BEA = noción multifactorial y dinámica). Es crítico tener información que parta directamente de los animales y no solo de fuentes externas. En este contexto analizan las lesiones corporales y el lagrimeo, variables que pueden evolucionar en el tiempo y frecuencia. Analizan 330 cerdos de 10 bandas diferentes de granjas convencionales durante 13 semanas con una disposición espacial, al tiempo que valoran la ganancia media diaria de peso. Asocian el lagrimeo a causas de estrés ligadas a condiciones ambientales, realizando fotografías individuales. Los animales son observados por cinco personas diferentes para evitar confusiones en los grados bajos de los signos. El 86 % de los cerdos presentaron más de 15 lesiones diferentes y el 97 % tuvieron anotaciones diferentes. Correlacionaron la ganancia media diaria con el grado de lesiones de forma positiva. En los grupos de cerdos de más de 40 observaron más lesiones en la piel, aumentando de la semana 10 a la 13. La glándula de Harder en el ojo se ve afectada por factores de estrés, en mayor grado en el momento del destete y en condiciones de manejo – ambientales adversas, dándonos una nota de lagrimeo superior.
La correcta gestión de las futuras reproductoras es crítica para mejorar la evolución genética y amortización con el objetivo de mejorar la prolificidad y la longevidad. En la Cooperl toman 272 granjas con 215 372 lechones entre 2000-23, analizando diferentes variables como edad a inseminación, grasa dorsal, peso a inseminación (esto en su granja experimental), porcentaje de reposición y prolificidad. Las cerdas con elevada grasa dorsal se renuevan más tarde y tienen una mejor prolificidad a primer parto, teniendo mayores reservas energéticas en lactancias siguientes. Las cerdas muy grasas tienen mayor estrés oxidativo, que impacta negativamente en su producción por su efecto en la calidad de los folículos. Las cuarentenas más prolongadas favorecen la adaptación y desarrollo óptimo, tanto de la cerda como de su camada posterior. Un exceso de cuarentena, inseminando a edad más elevada, penaliza la producción, cuya prolificidad y tasa de renovación es superior. Una inseminación precoz es beneficiosa si se efectúa en el momento óptimo de maduración sexual. Sus rangos de primera inseminación van de 262 a 278 días de vida, recomendando que siempre sea inferior a 278 días, con una duración de la cuarentena de 65 a 94 días. El peso a la primera inseminación es variable, dependiendo de las poblaciones estudiadas, así como el nivel de grasa dorsal en dicho momento.
El objetivo es analizar el valor de la grasa dorsal a la primera inseminación con su productividad y longevidad futura. Sobre 1000 cerdas LD x LW en 10 bandas analizan la grasa dorsal en tres categorías: < 14 mm (magras), 15-20 (buen estado) y >21mm (grasas). La unidad experimental es la cerda. Tienen un 33-60 y 7% de cerdas en los tres grupos respectivamente. Las cerdas en buen estado se reforman a una media de 4,2 ciclos frente a 3,5 las magras y 4,4 las grasas, lo que contribuye a los nacidos totales a lo largo de su vida. Los nacidos totales acumulados fueron superiores en las de condición correcta (49,37 vs 47,76 las grasas y 42,03 las magras) relacionados con los destetados acumulados 39,30 - 36,50 y 33,72 respectivamente. El rango medio de reposición en la granja fue de 3,96±2,30, siendo mayor por problemas reproductivos en las magras y por gestión de bandas en las grasas. El riesgo actual por conducta alimentaria de tener cerdas magras condiciona la productividad de las cerdas a lo largo de su vida en la granja, así como la tasa de renovación.
La supervivencia de los lechones lactantes tiene componentes económicos, técnicos y sociales. La mortalidad puede superar el 20 %, siendo muy variable entre granjas. Los factores de riesgo son muy diversos, asociados a tamaño de camada, modelos de granjas y manejo. Seleccionan 1013 granjas durante 2022, analizando el tamaño de camada, criterios de mortalidad, estrategias de alimentación y otras variables (duración gestación, edad al destete, tasa fertilidad). Hacen un análisis de correlación, análisis factorial mixto, tomando 15 variables cuantitativas y 5 cualitativas. La media de nacidos totales fue de 16,7, 15,4 nacidos vivos y 13 destetados por parto (+1,5 en 10 años). La tasa de mortinatos era de 7,6 %. El 33 % de las granjas destetan 11,9 y 33 % superior 13,8. La mortalidad en lactancia se asocia a los nacidos totales por camada. La influencia por grupos de sistemas de producción tiene impacto directo con mayor mortalidad media (22,6 %) en granjas pequeñas (14 cerdas) y producción biológica. En granjas pequeñas en intensivo la mortalidad en lactancia baja al 15,4 % (121 cerdas/granja). En granjas intensivas con tamaño medio de 427 cerdas con 15,3 nacidos vivos y 12,4 destetados tienen mortalidad del 18,7 %, que se reduce al 12,3 % en granjas medias de 342 cerdas, 15,1 nacidos vivos y 12,3 destetados con elevada fertilidad (91,6 %). La mortalidad en lactancia intermedia está en granjas pequeñas de 93 cerdas con 16,6 nacidos vivos con 15 % mortalidad en lactancia y elevada fertilidad con maternidades en grupos. En resumen, intervienen numerosas variables que determinan una elevada mortalidad en lactancia, debiendo buscar el equilibrio entre nacidos vivos y destetados totales, siendo preciso continuar estudiando los modelos alternativos de parideras.
La socialización de lechones en lactancia tiene ventajas en su comportamiento, tanto en la lactancia como después del destete. En el pasado se desaconsejó la mezcla de camadas por causas infecciosas (PCV-PRRS-Streptococcus suis). Realizan una encuesta telefónica a 23 porcinocultores, encontrando que el 56% las realizan con limitaciones y basados sobre todo en mejorar su alimentación, la sanidad, homogeneizar el tamaño de lotes, mejorar el peso al destete y afrontar la prohibición de corte de colas. El tamaño medio de las granjas encuestadas fue de 252 (60-593). La mayoría comienzan la socialización entre 4 y 10 días de vida. Juntando camadas de 2-3 o todas las cerdas lactantes de la sala, segregando camadas problemáticas (diarrea, retrasados, nodrizas). Las principales ventajas expuestas fueron facilitar el trabajo en el destete, mejorar la inmunidad de los lechones y su bienestar (peleas). Los inconvenientes son la practicidad, el aumento de la superficie sucia y los riesgos de contagio en procesos víricos. La socialización no es generalizada a todas las granjas siendo necesario estudiar la relación riesgos/beneficios.
El destete supone un estrés importante para los lechones que pueden reducir su consumo, crecimiento y aumentar los trastornos gastrointestinales, además de producir lesiones corporales por peleas. La socialización precoz de los lechones puede contribuir a reducir dichos problemas, estabilizando las jerarquías previamente al destete. En su estudio sobre 4 granjas, con dos repeticiones por granja, tomando un lote socializado y otro no, llevando 320 cerdos a engorde con ambas prácticas, estudian parámetros productivos, sanidad, nivel de estrés (cortisol en saliva y pelo), agresividad y comportamiento. Utilizan un modelo lineal y otro de regresión de efectos mixtos y aleatorios. La socialización precoz limita el estrés al destete agudo, sin efecto sobre el estrés crónico. La severidad de las lesiones corporales es mayor en lechones no socializados sin ser relevante en fases finales. Las interacciones positivas entre lechones socializados es mayor tras el destete y afecta negativamente a su crecimiento en lactancia frente a los no socializados.
El contexto del estudio se basa en la reducción de la adiposidad en las canales al suprimir la castración quirúrgica en Francia desde 1/1/2022. La calidad del jamón curado se centra en su composición química, rendimiento y calidad sensorial. En machos enteros vs inmunocastrados aumenta la grasa dorsal, igual que en hembras. Comparan dos grupos de hembras control y vacunadas, partiendo de 25,3 kg y peso final de 115 kg, con dos fases de alimentación y los mismos niveles de energía (9,75 MJ/kg EN) y lisina digestible (0,9 y 0,78% en cada alimento), ad libitum en ambas. El grupo vacunado se inyecta a 103 y 132 días, comenzando a salir a frigorífico a 160 días. El consumo medio diario fue similar hasta la primera dosis vacunal, aumentando a partir de la segunda vacuna (medias de 2,32 vs 2,21 kg/d) con ganancias medias diarias de 956 y 929 g/día e IC de 2,46 y 2,38 en vacunadas y enteras respectivamente. Aumenta la grasa dorsal 2 mm y aumenta el pH en jamón (6,65 vs 5,57), mejorando la calidad de cara a productos curados.
La motilidad, morfología y concentración seminal son críticas en la inseminación artificial para tener una buena fertilidad, dado que en caso contrario tendremos hipofertilidad. El oviducto, cerca del itsmo, es el lugar donde se produce la fecundación, siendo las células ciliales las que vehiculan los espermatozoides con una liberación progresiva alrededor de la ovulación. Trabajan en el desarrollo de un modelo in vitro simulando el oviducto de las cerdas con una proporción de células ciliadas de 37±18,5%, caracterizando al modelo animal. Los espermatozoides se ligan a las células ciliadas, encontrando diferencias entre eyaculados de machos, viendo correlaciones entre dicho grado y la calidad seminal, lo que sugiere una capacidad variable de formar reservorios espermáticos fecundantes en el istmo que varían entre machos y que pueden explicar sus diferencias de fertilidad.
Recientemente se ha descrito en Alemania el síndrome inflamatorio y necrótico porcino en lechones recién nacidos, caracterizado por lesiones que indican futuras sensibilidades a necrosis auricular y desviación del comportamiento hacias las mordeduras de rabos. Examinaron 2.377 lechones recién nacidos de 164 camadas de 16 granjas anotando las lesiones de inflamación y necrosis en rabo, orejas, borde coronario de pezuñas, almohadillas y tetillas dentro de una matriz de puntuación. Observaron que el 85,5% de los lechones entre 0-4 días tenían al menos una lesión, siendo las más frecuentes las de las almohadillas (61%) seguidas por el rodete coronario (58,6%), cola (23,5%), cabeza (16,9%), tetas (12,9%) y orejas (10,8%), con una media de 1,8 lesiones por lechón y diferencias significativas entre granjas. Deberán valorar su evolución posterior y entender mejor las posibles causas multifactoriales envueltas en dicho síndrome.
En edades tempranas los lechones tienen cambios en su homeostasis intestinal, observando reacciones inflamatorias a diferentes procesos que comprometen su bienestar y los resultados productivos. Miden en heces los niveles de mieoloperoxidasa como técnica no invasiva en 180 lechones después del destete y durante el engorde en dos pruebas independientes. En la primera a 25 – 42 y 67 días después del destete y en la segunda 33 y 81 días posteriores. La reducción observada en primeros días se achaca a la adaptación de los lechones, para ver posteriormente un aumento de la mieloperoxidasa en respuesta a cambios en la dieta y transporte.
Las tecnologías de radiofrecuencia (RFID UHF) permiten estudiar el bienestar animal y en este caso conocer los comportamientos de los cerdos en sistemas intensivos o extensivos en cuanto a qué dedican el tiempo. El estudio se enfoca en cerdos de engorde en corrales de 20 animales a 1,2 m2/cerdo divididos en dos: alojados en intensivo, con área cubierta con paja donde dormir y en extensivo, cubierto completo donde realizan todas las actividades (comida, defecación y descanso). Los animales llevan el crotal individual y se disponen de 3 y 5 antenas en interior y exterior respectivamente, con capturas cada 4 segundos entre mayo 2022 y agosto 2023, detectando a los cerdos en el 87% del tiempo con una similar distribución entre los dos sistemas y áreas. Sí se observan diferencias estacionales en los tiempos de ocupación en área de descanso que varían de un día para otro (25 y 79%) en extensivo y entre mayo-junio y septiembre-octubre, con las mismas conclusiones a nivel de individuo.
El peso al faenar los cerdos es uno de los factores críticos en el precio que el ganadero va a recibir, por lo que es importante saber el peso de los cerdos que cargamos a frigorífico. Realizan un estudio de factibilidad en base a procesamiento de imágenes mediante aprendizaje por videos RGBD (Dilipex) en 121 cerdos que pasan por una manga de forma individual, al tiempo que se les pesa, enfrente de dos cámaras estereoscópicas puestas a un lado y en el techo tomando 27.031 imágenes, analizando por regresión de cuerpo entero o partes de interés usando tres tipos de imágenes: vista lateral solo, vista completa solo o ambas. Las imágenes de cuerpo completo son las que más se aproximaron al peso con un error absoluto medio de 3 kg comparadas con los 6,4 kg en las imágenes laterales y 5,4 kg incluyendo ambas. Analizando partes de interés del cerdo, el error iba de 5 a 7 kg. Los resultados se pueden explicar por la distancia de las cámaras y las escalas de las imágenes. Los siguientes pasos son mejorar los modelos y robustecer los sistemas en el ambiente de la granja en contacto con los animales.
Introducen balas de alfalfa deshidratada comprimidas de 20 kg en dos bandas de lechones al destete en 16 grupos de 10 lechones, cada uno en el momento que se produce un cuadro de mordeduras de rabos, comparándolo con discos de material orgánico comprimido. No encuentran diferencias en los parámetros zootécnicos, pero sí concluyen que las pacas de alfalfa son más atractivas para los lechones y limitan la aparición de caudofagia.
Las mordeduras de rabo son consecuencia de desórdenes en el comportamiento de los cerdos debidas a causas multifactoriales. Dentro del orden social de los cerdos están los que inician el proceso, los mordedores, los mezcladores, las víctimas y los neutrales. En un estudio sobre 79 lechones durante 7 semanas posteriores al destete, analizan los comportamientos sociales positivos y negativos, sus actividades y posturas de la cola mediante imágenes instantáneas. Observan dos comportamientos fenotípicos singulares: los iniciadores reciben más olfateo con el hocico que las víctimas y sus colas se mantuvieron menos intactas que las de los neutrales, al tiempo que estos iniciadores se mantuvieron más tiempo en contacto con la cerda que los mordedores. A nivel de grupo, un cambio en la postura de la cola espiral a recta fue uno de los mejores indicadores para detertar la emergencia de un cuadro de mordeduras de rabos, siendo preciso realizar más estudios que lo corroboren.
En un estudio con 1.070 machos enteros de dos granjas a los que se les enriquecía la dieta con diferentes tipos de fibra (inulina, mazorcas de maíz y virutas de madera) se analizaron para conocer su efecto sobre el olor sexual, constatando que no vieron ningún efecto. Sí había algunas diferencias positivas entre los que comieron mazorcas de maíz con el grupo control. Observan mayor presencia de olor indeseable cuando en las salas aumenta la humedad, la temperatura y la concentración de amoníaco.
En la producción de cerdos orgánicos prueban a añadir niveles de fibra a la dieta (10% alfalfa el último mes y/o paja en las camas 48 horas antes del sacrificio) durante la fase de engorde en 337 cerdos Naïma x Pietrain en cuatro bandas, incluyendo 165 machos enteros para valorar el riesgo de olor sexual. Los indicadores de bienestar y las características de las canales fueron similares en los dos grupos, encontrando menores niveles de androsterona (0,3 µg/g grasa líquida) y escatol (0,15 µg/g grasa líquida) en los cerdos suplementados con fibra (27 y 3% respectivamente) que en los controles (41 y 20%). La combinación de ambas estrategias alimentarias no tiene impacto sobre el bienestar animal, pero sí sobre la reducción del olor sexual.
Desde enero de 2022 la castración quirúrgica sin anestesia en lechones está prohibida en Francia. Como alternativas tenemos dejar machos enteros o inmunocastrarlos. Para ello encuestan online a 297 consumidores entre junio-noviembre 2022, obteniendo como respuesta principal que el 95% nunca habían oído hablar de la inmunocastración y pocos responden que estarían dispuestos a comprar productos de estos cerdos (9%), la mayoría tienen sus dudas (76%) y otros se resistirían (15%). Después de la explicación sobre el procedimiento el 36% responden finalmente que estarían preparados para consumir carne de cerdos inmunocastrados, mientras que el 57% seguían con dudas y el 7% continuaban oponiéndose. Concluyen que es necesaria una buena información comunicada adecuadamente por profesionales para la aceptación de los consumidores.
Los cerdos enteros tienen mejor índice de conversión y porcentaje de magro en canal que los castrados, con mayor riesgo de niveles de androsterona y escatol acumulados en tejidos grasos. Analizan machos enteros de 6 granjas orgánicas durante un año, sacrificándolos en su mayoría (84%) antes de los 210 días de vida, con un peso medio canal de 90,1 a 99,2 kg, un rendimiento magro de canal de 59,2 a 60,7% ±0,3, teniendo un 94,5% que no presentaban olor sexual (evaluación por nariz humana). Los niveles medios de androsterona fueron de 0,54-1,78 µg/g y de escatol de 0,02-0,06 µg/g en grasa, variando entre granjas. Encuentran una correlación positiva entre ambas hormonas y el peso de la canal con la androsterona. La edad al sacrificio y el efecto granja también tuvieron significación, con diferencias estacionales.
Los protocolos de maduración in vitro de oocitos normalmente se basan en la colecta de ovarios en el frigorífico, su transporte al laboratorio en una solución salina buffer – fosfato a una temperatura fija de 37ºC y, finalmente, en hacer la punción de estos. Evalúan hacer la punción en el propio frigorífico sobre realizarla en el laboratorio en el momento del estado nuclear identificado por la presencia de vesículas germinales y aparición de oocitos maduros e inmaduros, clasificándolos en tres categorías: inmaduros, incompletos y totalmente maduros. Obtienen similares grados de maduración nuclear tanto en frigorífico como en laboratorio, siendo del 90,7 ±4,1 y 84,7 ±6,2% respectivamente, viendo una mejor maduración citoplásmica en frigorífico (45,3 ±12,6 vs 19,0 ±14,6%) sumado a una mejor calidad estructural de los oocitos antes de la maduración. Es más fácil mantener a los oocitos a 37ºC que a los ovarios a temperatura ambiental.
En las granjas manejamos las cerdas por bandas, lo cual tiene ventajas en la práctica laboral y en la sanidad, pero requiere sincronizar los celos de las cerditas de reposición usando progesteronas sintéticas, lo que tiene un costo, además de estar prohibido en granjas orgánicas. Han identificado y cuantificado fitoprogestinas en dos plantas: frutos de sauzgatillo (habas de este arbusto de la familia de las verbenáceas) y en las hojas de nuez. Las primeras contienen el flavonoide kaempferol y apigenina y las segundas kaempferol que interaccionan con los receptores de progesterona. Las hojas de nuez contienen elevados niveles de progestágenos y ambas plantas contienen fitosteroles que son precursores de la biosíntesis de hormonas esteroides e inducen un incremento en la concentración de progesterona en plasma cuando se administran a ratas hembra. Están llevando a cabo estudios para su uso alternativo frente a progestógenos sintéticos a efectos de sincronizar celos en cerditas de reposición.
Utilizan un sobre sanitario para evitar la necesidad de limpiar la vulva en las cerdas antes de la inseminación. Dicho procedimiento preliminar requiere de constancia y tiempo para hacerlo bien, lo que en ocasiones nos lleva a que se haga mal y tengamos contaminaciones del semen en el momento de su aplicación. Dicho aplicador permite poner la dosis seminal de forma más segura y confortable para el trabajador, así como mejorar el bienestar de la cerda y optimizar los tiempos óptimos de inseminación de forma higiénica. Hacen una prueba previa con 250 cerdas y posteriormente con otras 716, de 7 granjas diferentes, obteniendo buenos resultados. La calidad del material y la posición del sobre sobre la vulva son puntos críticos.
El manejo de camadas grandes es difícil en granjas orgánicas suponiendo elevadas mortalidades de lechones neonatos. Inseminan 30 cerdas LW de tercer parto con una sola dosis seminal a las 24 horas después de la inmovilización al verraco. Obtuvieron una fertilidad similar que con dos dosis seminales (93 %) y, sorprendentemente, una mayor prolificidad (19,1 nacidos totales con 18,1 nacidos vivos y 12,1 destetados) con una mortalidad en lactancia del 36,6 %, cuyos parámetros fueron incluso superiores a los anteriores partos. Es necesario ampliar el estudio para validar estos resultados preliminares.
En camadas grandes, la baja ingesta de calostro e hipotermia son las mayores causas de alta mortalidad en lactancia, especialmente en los lechones de bajo peso al nacimiento. Sobre 63 camadas en tres bandas de 24 cerdas con una media de nacidos totales de 18,7 ±4,7 (1.013 lechones), proceden a tomarles la temperatura timpánica vs rectal a 24 horas del nacimiento, antes y después de las prácticas de manejo con un termómetro de infrarrojos. La temperatura previa fue de 34,2 - 40,7ºC (38,6 de media) con un 14, 34 y 69% de lechones con temperaturas <38, 38,5 y 39ºC respectivamente. La hipotermia severa (<38ºC) fue superior en camadas más largas (53 vs 8%) y más frecuente en lechones de <1 kg al nacer. La mortalidad al día cinco fue del 13,2% relacionada con la hipotermia y más severa en los lechones de <1 kg (87 vs 34%). La temperatura aumenta durante el procesado de los lechones (39 ±0,8ºC) con solo 9% de los lechones por debajo de 38ºC.
En la granja de cerdos orgánicos experimental del INRA destetan a 49 días de vida, momento en que las peleas suelen ser muy violentas entre los lechones. Analizan cuatro bandas de producción donde a los 21 días de lactancia se permite que se junten todos los lechones de seis camadas en maternidad con las madres alojadas cada una en 10 m2, comparándolos con otras seis camadas que se mantienen con su cerda. Al destete, ambos grupos de separan por sexos creando grupos de 30 lechones cada uno, manteniéndoles así hasta faenar. La socialización temprana da lugar a una reducción del crecimiento posterior al destete, solo en los machos, sin ningún otro efecto hasta la faena. Los niveles de cortisol en pelo al destete son inferiores en las hembras previamente socializadas que en las hembras control. La socialización temprana dio lugar a una reducción de las conductas agresivas de los lechones al destete.
Las parideras con cerdas libres se asocian con una mayor mortalidad de los lechones lactantes. Hacen un estudio en una granja donde las cerdas paren en libertad en camas de paja con acceso al exterior individual (Physior concept). Un total de 71 lechones los encontraron muertos entre el nacimiento y los primeros 3 días. El 37% fueron nacidos muertos, con una variación de peso de 1.270 ±422 g, siendo pocos los de menos de 700 gramos (10%), 15% los de crecimiento intrauterino retardado y 37% de peso elevado (>1.400 g). El 83% procedían de camadas grandes con >16 nacidos totales y la causa principal era el aplastamiento (84%). El estómago estaba vacío en un elevado porcentaje de lechones (53%), donde estaban incluidos un 35% de lechones pesados que se incluyen en el elevado porcentaje de aplastados por toma de calostro deficiente e hipotermia, y por los procedimientos de cuidados estándares, que son más difíciles de implementar en este tipo de alojamientos con partos libres y acceso a exterior.
El tiempo del parto tiene un impacto directo sobre la salud de las cerdas postparto, tanto en su involución uterina como en sus parámetros reproductivos. Hacen un estudio en 9 granjas, con 716 cerdas divididas en dos grupos en base a su manejo de la alimentación 3 días antes de la fecha teórica del parto y dos días después. A un grupo le suministran 30 ml/día de un producto comercial que contiene vitaminas A-D3-E-K más selenio con semillas de uvas, básicamente, en el cual tienen menos partos asistidos (5 vs 10,3%) y menor número de camadas con >3 nacidos muertos (6,6 vs 11,7%), asociado a menor duración del parto (93 minutos) con menor número de cerdas con hipertermia a los 5 días de lactancia (0,4 vs 3,2 %). La tasa de fertilidad de ambos grupos después de su inseminación no se demostró diferente estadísticamente.
El control de las reservas corporales es clave para optimizar los parámetros en lactancia. Sobre un total de 4.510 cerdas LW x LD, midiendo su grasa dorsal al destete, en el momento del paso del ecógrafo y antes del parto siguiente, clasifican las cerdas en tres grupos: delgadas, correctas y grasas. Las cerdas delgadas al destete tuvieron un mayor número de nacidos totales, independientemente del parto. Para las cerdas viejas, el porcentaje de nacidos muertos tendió a decrecer a medida que aumentaba la grasa dorsal. De forma similar, las cerdas delgadas antes del parto tuvieron más nacidos totales, siendo significativamente mayores en primerizas y cerdas con 5 o más partos. Las cerdas delgadas antes del parto tienen mayor porcentaje de nacidos muertos que las de peso correcto o grasas (6,8 vs 5,5%) por lo que se requiere que las cerdas lleguen al parto en buena condición corporal para reducir el porcentaje de nacidos muertos.
Una elevada proporción de la mortalidad de los lechones se debe a nacidos muertos, cuyo porcentaje continúa aumentando con el incremento de la prolificidad. Su objetivo es desarrollar un modelo predictivo de nacidos muertos en tres granjas, incluyendo en el mismo los nacidos totales, nacidos vivos, nacidos muertos al parto y partos anteriores, junto con medida de grasa dorsal antes del parto y al destete, añadiendo el número de parto a la base de datos. Sobre un total de 3.686 partos analizan los nacidos muertos mediante un modelo Bayesiano (BasesiaLab software). Los tres mayores factores de riesgo fueron el número de parto, los nacidos muertos >8% en partos anteriores y prolificidad >14 lechones en partos previos, donde el modelo de predicción estimaba un aumento de nacidos muertos de 2,5. También consideran en las cerdas viejas el nivel de grasa dorsal desviado (tanto delgadas como grasas).
Un aumento de la temperatura corporal en las cerdas puede responder tanto a patologías como a procesos fisiológicos. Sobre un total de 255 cerdas, toman la temperatura corporal diaria rectal en lactancia dividiéndolas en tres grupos según la misma a mitad de lactancia: media de 38,8 ºC, media 38,3 ºC y media 37,9ºC. El primer grupo con más temperatura fueron jóvenes, más delgadas, destetaron más lechones y consumieron más alimento a mitad de lactancia, lo cual está correlacionado con su producción de calor metabólico. Las cerdas con mayores niveles de haptoblobina >2,0 g/l en sangre tienen camadas con menor peso al destete y menor consumo de alimento en lactancia, en las que su temperatura corporal no era diferente, observando una correlación cerrada entre la temperatura y los marcadores inflamatorios.
Llevan a cabo una prueba para cuantificar el impacto de la duración de la lactancia (3 o 4 semanas) en los parámetros productivos de la cerda y su camada. La supervivencia de los lechones al día 69 de edad fue de 96,4 y 98,8% con edad al destete de 3 y 4 semanas respectivamente. Una semana más de destete suponía aumentar el peso de los lechones al destete entre 2,1-2,7 kg/lechón sin tener una significancia estadística a los mismos días de vida (25,9 kg). Tanto la pérdida de grasa como la de peso vivo de las cerdas a las cuatro semanas de lactancia superó a las de tres semanas (1,1-1,2 mm grasa dorsal y entre +7 y 11 kg/cerda). Calculando el consumo de energía de la cerda y los lechones hasta los 69 días de vida, obtienen que el total de energía neta ingerida y el costo de alimentación fueron 3 y 4% respectivamente superiores en destete a 3 que a 4 semanas.
El comportamiento individual de las cerdas en gestación se puede estimar por acelerómetros localizados en las orejas, pero estos sensores son frágiles y costosos. Como alternativa proponen las imágenes continuas de vídeos (focus) y el análisis de grupos de imágenes en tiempos concretos cada 5 minutos (scan). Analizan 22 cerdas entre 30 y 103 días de gestación con vídeos de dos horas durante 2 días. Concluyen que ambos procedimientos estiman los mismos niveles de actividad de las cerdas, incluyendo en los mismos a las mismas cerdas. Los grupos basados en su actividad de comida y bebida solo fueron similares en base a todos los tipos de actividades. Sería necesario repetir el estudio analizando días completos.
Las cerdas gestantes en grupo aumentan sus niveles de agresión alrededor de la estación de alimentación, afectando a su bienestar. Prueban con 27 cerdas a realizar un sonido previo para que las cerdas vayan al comedero. Las cerdas aprenden pronto a asociar el ruido con el momento de apertura del comedero. Dicho procedimiento de aprendizaje da lugar a una mayor duración del tiempo de alimentación (15%) y reduce el número de comportamientos antagónicos en un 27%.
En un proyecto piloto Physior livestock para mejorar el bienestar tanto en cerdas gestantes como lactantes, diseñan naves con acceso al exterior, provision de paja y no castración ni corte de colmillos a los lechones. Al cabo de un año de monitoreo llegan a la conclusión que las cerdas y lechones aprenden a diferenciar las zonas limpias de las zonas sucias, observando escasos problemas de salud, salvo un 20% de lesiones en la cara de los lechones y un 10% de problemas de patas. En las cerdas gestantes los puntos calientes de mayores peleas fueron el punto de acceso al área de alimentación. El 89% de las cerdas mantenían una relación de proximidad con las personas.
Planificar bien la tasa de reposición es crucial para mejorar la productividad en una granja. En Francia, un tercio de las granjas hacen autorreposición. Desarrollan un modelo para facilitar un adecuado programa de autorreposición dentro de la propia granja tomando como base 1.500 partos de cuatro granjas. Se basa en tomar los nacidos vivos de los partos previos, el número de destetados y el de nacidos muertos. El modelo selecciona las cerdas que tienen de media +1,36 nacidos totales, +1,61 nacidos vivos y +1,23 destetados vivos, así como -0,25 nacidos muertos en partos previos, comparados con los datos seleccionados por los granjeros para seleccionar las cerditas futuras reproductoras nacidas de las mejores madres.
En Francia tan solo el 1,8 % de las granjas están certificadas como orgánicas. En un estudio durante 2020 sobre 4 granjas orgánicas y 7 convencionales encontraron que los principales obstáculos para transformar una granja en producción orgánica fueron la opinión previa que tenía el propio granjero sobre dicho sector, el elevado costo del producción del cerdo orgánico así como la localización de materias primas para la alimentación de estos cerdos a nivel local, lo que condiciona el beneficio de estas granjas y los tiempos de trabajo, así como la disponibilidad de consumidores cercanos para vender sus productos.
Las granjas al aire libre tienen un riesgo elevado de exposición a contagio por animales salvajes. Para ello las normativas higiénico-sanitarias francesas combinan las medidas de bioseguridad adaptadas a estos sistemas de producción con los requerimientos técnico-económicos basados en tres dimensiones: accesos restringidos a pastizales, compartimentación de fase de reproductoras gestantes y lactantes, así como una monitorización progresiva de la evolución sanitaria de la granja.
Antonio Palomo Yagüe