En este último capítulo dedicado a las granjas de genética, valoraremos en primer lugar los pros y los contras de tener autorreposición en una explotación, y luego calcularemos los censos medios necesarios para poder practicar autorreposición en granja.
Podemos considerar dos modalidades de autorreposición en granja:
A continuación presentamos las principales ventajas e inconvenientes de este tipo de manejo así como la forma de cálculo.
Ventajas de la autorreposición
La principal ventaja de la autorreposición es disminuir al máximo posible (granjas abiertas), o incluso evitar (granjas cerradas) la entrada de animales externos a la granja. En la producción porcina actual, una elevada sanidad es un elemento clave para incrementar la eficiencia productiva de las explotaciones (mejora de parámetros productivos, ahorros en medicación, homogeneidad de animales a matadero…).
Dado que uno de los principales peligros sanitarios es la introducción de animales ajenos (posible introducción de nuevas enfermedades, desestabilización patológica de la explotación), con la autorreposición se minimiza o anula este riesgo.
Otras ventajas de la autorreposición son la no dependencia de fluctuaciones de precio de los animales, o de disponibilidad de éstos, y el evitar los procesos de cuarentena y adaptación de los animales externos (instalaciones, días no productivos…).
Inconvenientes de la autorreposición
Los principales inconvenientes son:
Cálculo de la autorreposición
Partimos, como ejemplo, de una granja de 500 cerdas. Suponiendo una reposición anual del 40%, se requerirán:
500 x 0,4 = 200 primerizas entradas al año
De cada abuela, la descendencia apta para reposición media puede ser:
1 abuela ≈ 22 lechones destetados/año, de los cuales la mitad son hembras, luego 11 lechonas destetadas/año.
Suponiendo una mortalidad total en transición-recría del 5% quedarían:
11 lechonas destetadas x 0,95 ≈ 10 cerdas recriadas
Llegado a este punto, hay que seleccionar las cerdas (decidir cuáles son válidas para entrar como reposición, y cuáles van a matadero). Una tasa de selección normal puede rondar el 80%, luego:
10 cerdas recriadas x 0,8 = 8 cerdas de reposición
Estos parámetros pueden variar, así que se suele considerar que por cada abuela se obtienen entre 6 y 9 animales de reposición al año.
En el ejemplo, el nº de abuelas necesarias en granja sería:
200 primerizas al año/8 primerizas por abuela = 25 abuelas
Se recomienda tener algo de margen, luego en esta explotación serían necesarias aproximadamente unas 28 abuelas. Por lo tanto, el censo de esta granja sería:
F1 ≈ 470-474 cerdas
Abuelas ≈ 25-30 cerdas
Como se puede observar, para una correcta autorreposición, el censo de abuelas debe estar entre el 6 y el 9% del censo de F1.
En el caso de una granja cerrada, el porcentaje de abuelas que habría que tener para cubrición en pureza sería el mismo, entre el 6 y el 9% del censo total de abuelas, luego en este ejemplo, serían:
28 x 0,07 ≈ Entre 2 y 3 cerdas
Por lo tanto, habría que tener 30-31 abuelas, de las cuales 2-3 se cubrirían en pureza.
Con este artículo terminamos la serie que hemos dedicado a las granjas de genética.