¿Cómo gestionar las relaciones en las empresas familiares?

Claudia Milena Camacho Castellanos Mónica Vega González
13-oct-2023 (hace 1 años 2 meses 12 días)

Este deseo es un gran reto, y desde nuestra perspectiva, una de las principales dificultades para lograrlo, es que las empresas familiares tienden a funcionar según como la familia ha funcionado.

Esto afecta la gestión de la empresa porque crea confusiones entre los roles familiares y laborales, llevando a la empresa a no cumplir con sus objetivos, deteniendo el crecimiento y su continuidad.

Por eso es fundamental tener una estrategia para gestionar esas relaciones y es:

“PROFESIONALIZAR LAS RELACIONES FAMILIARES”

Esto quiere decir, pasar de un plano familiar y espontáneo a un plano profesional y estratégico desde el punto de vista laboral, enfocándose en lograr unos objetivos empresariales.

Para empezar a profesionalizar las relaciones tenga en cuenta estas 5 acciones:

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1. Ubicarse en el rol laboral

Implica ser consciente y darse cuenta que más allá del cargo y de las funciones, significa hacer un giro psicológico para relacionarse con los otros (familiares), desde el rol que tiene dentro de la empresa.

Es entender que más allá de ser el padre, la hermana, el abuelo, la madre, lo que impera dentro del contexto laboral, es el rol de gerente, socia, fundador, colega, etc.

Es común ver en las empresas familiares, cómo los asuntos laborales se convierten en asuntos personales porque no caen en cuenta que, quien está hablando en ese momento, lo hace desde su rol empresarial y no familiar.

Darse cuenta de esto, es el giro psicológico al que nos referimos.

Este giro implica que cada integrante cambie el chip de ”modo familia” a “modo empresa” desde el lugar laboral que le corresponde.

2. Tener claras las relaciones de autoridad

La familia no debe ignorar que hay una estructura, formal o informal, en la que hay unos niveles de autoridad.

Tener un organigrama dentro del negocio ayuda a dar claridad sobre la relación entre personas y cargos, y también refleja las relaciones de autoridad.

Cabe distinguir que estamos hablando de autoridad y no autoritarismo. La autoridad es imprescindible para funcionar productivamente dentro de la empresa porque genera orden y un rumbo claro.

3. Cumplir las reglas dentro de la empresa

Las reglas que rigen en la vida familiar no son las mismas que rigen en el contexto laboral.

Tener reglas y normas empresariales claras, evitan el desgaste de las relaciones interpersonales que se dan por asuntos familiares y que al final impactan en el clima laboral, en la autoridad y en la productividad de la empresa.

Las reglas ayudan a moldear el comportamiento y la cultura dentro del contexto de la empresa.

Si una regla es “cumplir con un horario laboral”, su función es facilitar el trabajo en equipo y ofrecer un orden que a todos, incluyendo proveedores y clientes, les facilita coordinar y tener resultados.

Si por ejemplo, el primo que hace parte de la empresa tiene como dinámica llegar siempre tarde a las reuniones familiares, no podrá usar esta misma costumbre dentro del contexto laboral. Esto además de causar molestia en el resto de los integrantes de la empresa, genera retrasos en los resultados empresariales.

4. Comunicarse diferente

No se pierde la familiaridad o el cariño por el simple hecho de buscar comunicarse diferente, una comunicación laboral permite dar un marco profesional a esa relación.

La comunicación laboral tiene unos objetivos distintos a la comunicación familiar. Por eso el chat familiar no puede ser el mismo chat por donde se habla de temas laborales.

¿Cómo diferenciar esta comunicación?:

5. Cultivar el sentido de pertenencia

El ser familia no asegura que haya compromiso y sentido de pertenencia en la empresa.

Aunque se trabaje con la familia es necesario seguir incentivando la motivación en el equipo y lo más importante, generar automotivación.

Una forma de hacerlo es alinear los objetivos personales con los empresariales.

Aunque sea una empresa familiar y eso de por sí traiga beneficios, es importante que cada uno sienta que sus objetivos personales no están alefjados de los objetivos del negocio como para poner en duda su participación dentro de la empresa.

Alineando estos dos objetivos se genera mucho más compromiso y sentido de pertenencia en la empresa, porque ganan las dos partes.

Finalmente recuerda: La clave para asegurar que el negocio permanezca en la familia, está en profesionalizar las relaciones familiares.

Si deseas escuchar el podcast esta disponible aquí: