¡Movimiento de animales! Sin duda, figuran entre las tareas que ponen a prueba la resistencia física y "mental" del trabajador de granja. Sí, los que trabajan a diario en la granja están en constante movimiento: llevar a las cerdas a las distintas áreas (partos, inseminación, gestación...), llevar a los lechones al destete, trasladarlos a la recría, cargarlos en el camión para su venta, moverlos al engorde... ¡es interminable! Y, a menudo, además del esfuerzo físico, está el mental: animales que se dan la vuelta en el pasillo, otros que gritan y asustan a los demás, los que se niegan a ir a su destino e insisten, estoicamente, en intentar volver a su origen, y ¡cuanta más experiencia tienen los cerdos, más se nota!
Pero lo que realmente lleva la paciencia al límite es que, cuando están a punto de entrar en el lugar de destino, se caiga el panel que estaba mal fijado y todos (personas y cerdos) se lanzan a locas carreras por los pasillos.
Este panel, muy simple, pero funcional sirve para mover los cerdos en la nave de engorde.
El criador compró, a precio de saldo, unos viejos paneles laterales de camión hechos de aluminio, es decir ligeros y resistentes incluso frente a los cerdos más fuertes. Midió la altura de las paredes y la anchura del pasillo y construyó unos paneles que tienen una altura 30 cm superior a las paredes y que son ligeramente más estrechos que los pasillos; en la parte superior fijó dos ganchos de la anchura de las paredes del pasillo y, en una de las dos caras añadió dos ganchos más para guardar los paneles cuando no los usa.
Cuando los instala cerca de la entrada del corral donde deben entrar o salir los animales, se sujetan con los ganchos superiores a las paredes del pasillo, quedando inclinado (porque es 30 cm más alto que las paredes del pasillo). De este modo, los cerdos no pueden moverlo ni tirarlo con el hocico. Terminado el desplazamiento, lo cuelga mediante los ganchos de una de las caras en la misma pared del pasillo, siempre disponible y sin obstaculizar el paso.