El estrés por calor afecta el ritmo reproductivo de las cerdas

Josep GasaJosep Casanovas
12-jul-2022 (hace 2 años 5 meses 10 días)

Artículo comentado

Timing and temperature thresholds of heat stress effects on fertility performance of different parity sows in Spanish herds. Iida, R., Piñeiro, C. and Y. Koketsu. Journal of Animal Science, 2021, Vol. 99, No. 7, 1–11

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Comentario académico, por Josep Gasa

Aunque la eficiencia reproductiva de las cerdas ha mejorado ostensiblemente en las últimas décadas, el estrés por calor todavía causa problemas, especialmente en latitudes con veranos calurosos. Se trata de un estudio observacional cuyo objetivo es evaluar el periodo crítico en que el estrés por calor afecta al intervalo destete-cubrición y la tasa de partos y cuantificar su repercusión productiva. Se han utilizado resultados de 142 granjas españolas durante el año 2017, que suponen más de 1,7 millones de cubriciones y alrededor de 1,4 millones de destetes. Se distribuyen las cerdas en dos grupos (ambiente templado vs estrés por calor) dependiendo de la temperatura ambiente máxima de la semana previa al destete o la semana de inseminación (<27º y >27ºC).

En global, las cerdas destetadas entre julio y septiembre registraron entre 0,10 y 1,53 días más de intervalo destete-cubrición (p<0,01) y una tasa de partos entre un 1,2 y 5,5% menor (p<0,02) que las destetadas en abril o en noviembre. Las semanas más críticas del efecto del estrés por calor fueron entre la 1 y 3 pre-destete para el intervalo destete-cubrición y segunda o tercera post inseminación para la tasa de partos. La temperatura umbral a partir de la cual el intervalo destete-cubrición puede verse afectado sería de 17ºC y 25ºC para cerdas primerizas y multíparas, respectivamente y, según el modelo utilizado, una temperatura de 10ºC por encima del umbral predice un aumento del intervalo destete-cubrición de 0,65 y 0,34 días, respectivamente (p<0,01). Por lo que se refiere a la tasa de partos, se afectaría a partir de 20, 21, 24 y 25ºC, para cerdas de 0, 1, 2-5 y más de 6 ciclos, respectivamente, y el efecto predicho de un aumento de 10ºC sobre el umbral se reflejaría en descensos de tasa de partos de 3,0, 4,4, 2,8 y 1,9%, respectivamente (p<0,01). Las lactaciones largas se asocian a intervalos destete-cubrición más cortos e intervalos destete-cubrición de 4-5 días, lactaciones largas o edades más tempranas a la primera inseminación se asocian a mayores tasas de parto.

En la práctica estos resultados indican que el estrés por calor afecta más a la tasa de partos que al intervalo destete-cubrición y más a cerdas jóvenes que adultas. Temperaturas máximas de entre 30 y 35ºC en la segunda y tercera semanas post inseminación reducen la tasa de partos en aproximadamente un 4 y 2% en cerdas jóvenes y adultas, respectivamente. En las condiciones españolas, y después de realizar un estudio de viabilidad económica, sería recomendable climatizar la zona de cubrición-control para optimizar la tasa de partos.

Comentario a pie de granja, por Josep Casanovas

La producción intensiva en porcino, entre otras cosas, es posible gracias a la capacidad que tiene la cerda de salir en celo cuando se desteta.

La producción de leche bloquea al ovario, cuanta más leche se produce mayor es el bloqueo. Cuanto mayor es el bloqueo mejor es la ovulación en el momento del destete. El secreto para tener buenas ovulaciones pasa por tener buenas lactaciones.

Una buena ovulación además será garantía de una buena disposición de cuerpos lúteos, encargados de mantener la gestación.

Buenas ovulaciones suponen buena prolificidad en el momento del parto. Cuantos más lechones chupando, más leche hace la cerda. Con lo que generamos un ciclo virtuoso que tiende a aumentar el número de nacidos en cada ciclo hasta llegar al límite de la capacidad genética de la reproductora.

Esto en España es así hasta que llega el verano, con el calor es muy difícil producir leche.

La producción de leche por parte de la cerda es un proceso exotérmico, es un proceso que genera calor. Por esta razón cuando la cerda tiene calor deja de producir leche, para no generar más calor aún. Sin leche falla la ovulación, hay menos cuerpos lúteos y peores resultados productivos.

Uno de los problemas graves de países donde la estacionalidad es muy marcada, como en España, es que los optimistas disfrutamos de veranos calientes y gozamos de inviernos fríos. Pero de cara a diseñar una buena instalación para que las reproductoras estén confortables a lo largo de todo el año esto es un verdadero problema.

Resumen del artículo comentado

Timing and temperature thresholds of heat stress effects on fertility performance of different parity sows in Spanish herds. Iida, R., Piñeiro, C. and Y. Koketsu. Journal of Animal Science, 2021, Vol. 99, No. 7, 1–11

Métodos: Las altas temperaturas disminuyen la fertilidad de las cerdas. En este estudio, identificamos las semanas críticas de estrés térmico en el rendimiento de la fertilidad, el intervalo destete-cubrición (IDC) y la tasa de partos (TP). También se estudió el umbral de temperatura por encima del cual disminuía el rendimiento de la fertilidad y si existían diferencias entre el número de partos en cuanto a los efectos del estrés térmico y/o los umbrales. Se analizaron los datos del rendimiento de cerdas de 142 poblaciones durante el 2011 y el 2016 y se cotejaron con las medias semanales de las temperaturas máximas diarias (Tmax) de las estaciones meteorológicas cercanas. Se utilizaron dos tipos de coeficientes (IDC y TP) para identificar las semanas críticas de estrés térmico comparando las respectivas medidas para dos grupos de cerdas alojadas con la Tmax en diferentes semanas alrededor del momento del destete o de la cubrición. La relación con el IDC se calculó entre grupos de cerdas expuestas a Tmax ≥27 °C o <27 °C antes del destete, con el valor de corte de Tmax basado en un estudio de revisión reciente. Del mismo modo, se calcularon las odds ratios de la TP para los dos grupos en las semanas cercanas al parto. Las semanas con las mayores diferencias en las medidas de fertilidad entre los dos grupos de Tmax (es decir, el mayor ratio para IDC y el menor odds ratio de TP) se consideraron las semanas críticas de estrés por calor. Además, se construyeron función por partes con diferentes puntos de inflexión para identificar el umbral de Tmax en la semana crítica. Se consideró que el punto de inflexión en el modelo que se ajustaba mejor era el umbral Tmax.

Resultados: Los mayores valores para el IDC se obtuvieron entre la primera y la tercera semana antes del destete en los grupos de cerdas de más de un parto. El umbral de Tmax que produjo un IDC prolongado fue de 17 °C para las cerdas de primer parto y de 25 °C para las cerdas multíparas. El aumento de la Tmax en 10 °C por encima de estos umbrales incrementó el IDC en 0,65, y de 0,33 a 0,35 días, respectivamente (P < 0,01). Respecto a la TP, los cocientes más bajos se obtuvieron entre 2 y 3 semanas antes de la cubrición en los grupos de cerdas nulíparas o de más de un parto. El umbral de Tmax que condujo a reducciones de la TP fue de 20, 21 y 24 a 25 °C para los grupos de cerdas nulíparas o de más de un parto, respectivamente. El aumento de la Tmax en más de 10ºC redujo la TP en un 3,0%, 4,3% y 1,9% a 2,8%, respectivamente (P < 0,01).

Conclusiones: Estos resultados indican que las semanas críticas de más estrés térmico fueron las 2-3 semanas antes de la cubrición para la TP y de 1-3 semanas antes del destete para el IDC. El descenso en el rendimiento de la fertilidad en las cerdas nulíparas y primíparas comenzó a temperaturas de 3 a 8 °C más bajas que en las cerdas multíparas.