Después de ser inseminadas y cumplir su tiempo de gestación, las cerdas se trasladan a la zona de lactancia donde se alojan para el parto, se llevan unos días antes para acondicionarlas al sitio y permanecen allí lactando a sus lechones por un tiempo de tres a cuatro semanas, dependiendo del sistema de producción y de la genética.
Las unidades de alojamiento de las cerdas y sus lechones están formadas por un piso ranurado, generalmente fabricado en plástico, pero también puede ser metálicos o de concreto reforzado; este piso está sobre una fosa inundable donde el agua recibe las excretas de los animales facilitando la evacuación de estas hacia el sistema de manejo de la porcinaza. Las fosas deben tener una profundidad efectiva de 40 cm de agua, más 5 cm hasta la parte de abajo del sistema de soporte de los pisos de parideras; la superficie de los fosas debe ser lisa y con una pendiente mínima del 5%, la ilustración 1 muestra un corte esquemático de las fosas y el sistema de drenaje.
Ilustración 1. Plano del corte transversal sala de maternidad
Las cerdas se alojan en jaulas metálicas con sistemas anti-aplastamiento para proteger a los lechones, algunas tienen la opción de ampliarlas; cada unidad está separada de las otras por medio de una división generalmente hecha en PVC, con una longitud de largo de la paridera y una altura de 40 cm.
Algunos tipos de unidades de parideras cuentan con lechoneras, estas son áreas en donde los lechones encuentran un refugio que les brinda condiciones especiales de temperatura. Las lechoneras pueden estar hechas en mampostería, en concreto o plástico, en ellas se pueden instalar sistemas de calefacción que mantengan la temperatura más adecuada para los lechones, algunas unidades usan un sistema de calefacción en el piso por medio de alfombras térmicas.
Es recomendable que los corredores de tránsito de las cerdas y de los operarios se construyan en concreto de alta resistencia que soporte la abrasión del casco de los animales y el lavado que generalmente se hace con agua a presión.
Las granjas porcícolas ubicadas en zonas geográficas ecuatoriales o sub tropicales y en piso térmico medio o frio generalmente se diseñan con sistemas de cortinas cuya parte móvil es la de arriba para controlar la temperatura de las salas de maternidad, la cortina se va abriendo a medida que requieren bajar temperatura.
También hay salas de maternidad que utilizan sistemas de ambientes controlados en aquellas zonas demasiado cálidas o con diferencia de temperaturas significativas según la época del año.
La cantidad de unidades parideras se determina teniendo en cuenta el número de cerdas efectivas que tenga la granja o la modulación de partos por bandas que se hayan establecido.
Se recomienda que la cantidad de partos por bandas sea par, el número ideal de partos son los múltiplos de 6, en granjas más grandes se pueden usar también múltiplos de 15, esto debido a que es conveniente que las filas tengan igual cantidad de unidades parideras.
Una forma práctica de calcular la cantidad de unidades parideras es la siguiente:
Ciclo productivo de las cerdas: gestación 114 días + lactancia 28 días + vacía 7 días = 149 días
El promedio de partos de una cerda al año se calcula dividiendo la cantidad de días al año entre los días del ciclo.
365 días año/149 días ciclo = 2.45 partos año
La cantidad de hembras efectivas que se requieren para un parto semanal es:
1 parto/semana X 52 semanas/año ÷ 2,45 partos/año = 21,22 ~ 22 cerdas
Una unidad paridera por cada 22 cerdas efectivas.
Las unidades de parideras tienen las siguientes dimensiones, la jaula donde está la cerda alojada tiene un ancho entre 0,60 metros (m) y 0,64 m efectivos sin contar el espesor del material de la jaula y de largo tiene entre 2,2 hasta 2,4 m.
Las dimensiones de la unidad son de 2,4 m de largo y van desde 1,8 m de ancho hasta 2,4 m, dependiendo el diseño y si tiene o no lechonera, esta tiene unas dimensiones del ancho de la unidad paridera por 0,5 m.
Los corredores de tránsito de las cerdas por donde ingresan a la jaula tienen un ancho mínimo de 0,9 m y se recomienda no más de 1,2 m, estos anchos son adecuados para la manipulación de la cerda, pues le permite girar hacia las jaulas cómodamente y a la vez le permiten al operario guiarlas sin dificultad.
El pasillo de tránsito el operario para la alimentación de las cerdas o supervisión de los lechones es de 0,7 m de ancho.
La sala debe contar con buena iluminación para que los operarios puedan desarrollar adecuadamente su trabajo, también debe contar con un sistema de intercambio de aire, ya sea por medio de ventilación en el techo o un sistema mecánico.
El sistema de agua debe disponer del líquido de bebida en las cantidades requeridas, por esto la red se debe calcular con el caudal necesario de la sala, el cual se define en 2 litros/minuto por cerda alojada.
En la ilustración 2, se muestra el plano en planta de la ubicación de una sala de 48 parideras, 12 por cada una de las cuatro líneas; se diseñó cada unidad de 1,8 m de ancho x 2,4 de largo con lechonera frontal.
Ilustración 2. Plano en planta sala de maternidad