Redacción Departamendo de Análisis Económico 333 Latinoamérica con datos de:
Banco mundial. https://datos.bancomundial.org/
Anuario Estadístico del Sector Porcino Argentino 2021 – JLU Consultora .
Durante los últimos 20 años, se han evidenciado ciertos patrones en el comportamiento del crecimiento del PIB de Argentina, estableciendo una línea de tiempo a partir del año 2002, cuando la economía argentina dio un importante giro, exhibiendo una contracción en el PIB de 10.9%, que obedeció principalmente a los efectos políticos y económicos derivados de lo que se conoce como el “corralito” a finales de 2001, que limitaba el acceso a los depósitos bancarios para evitar un retiro masivo que llevara al colapso del sistema financiero.
Así las cosas, de 2003 a 2007 el PIB exhibió un crecimiento sostenido, a tasas que superaban el 8% interanual. Ahora bien, entre los años 2008 y 2015, el ritmo de crecimiento empezó a debilitarse e incluso a presentar contracciones, como se evidenció en los años 2009, 2012 y 2014. Seguidamente, de 2016 a 2019 el PIB decreció a tasas que superaban el 2%, a excepción de 2017, año en el que la economía creció un 2.82%. Ya en 2020 con la llegada de la pandemia, con su consecuente desaceleración económica, y un nuevo cambio de gobierno, el PIB cayó un -9.9%, sin embargo, con la implementación de los esquemas de vacunación y la reapertura gradual de la economía, en 2021 se tuvo un efecto rebote, el cual hizo que el PIB creciera un 10% (Gráfico 1).
Gráfico 1
Si bien, el crecimiento del PIB en la última década no ha exhibido unos resultados alentadores, el sector porcicultor se destaca por su crecimiento sostenido de la producción, la cual se ha incrementado 6.21 veces en los últimos 20 años y que en 2021 alcanzó una cifra récord de 849.537 toneladas de carne de cerdo. Igualmente, hay que mencionar la característica intrínseca que tiene la porcicultura en argentina, que es su resiliencia al momento de atravesar eventos desfavorables como por ejemplo el gran aumento de los costos de producción entre 2006 y 2007, la aparición de la H1N1 en 2009 o la fuerte sequía de 2018, a pesar de que a nivel macro la economía argentina presenta serios desajustes y desbalances, el sector porcicultor ha sabido consolidarse y crecer a pesar de las adversidades tanto externas como propias de la actividad.