Conflicto Rusia-Ucrania: factores de riesgo para la seguridad alimentaria según la FAO

11 de marzo de 2022/ FAO.
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14-mar-2022 (hace 2 años 9 meses 8 días)

No hay certeza respecto de la intensidad y la duración del conflicto. Las probables perturbaciones de las actividades agrícolas de estos dos grandes exportadores de productos alimenticios básicos podrían agravar seriamente la inseguridad alimentaria en todo el mundo, en un momento en que los precios internacionales de los alimentos y los insumos ya son altos y volátiles. El conflicto también podría limitar la producción agrícola y el poder adquisitivo en Ucrania, lo que provocaría un aumento de la inseguridad alimentaria a nivel local.

Factores de riesgo fundamentales detectados

Los cultivos de cereales estarán listos para la cosecha en junio. No resulta claro si los agricultores ucranianos podrán cosechar sus cultivos y hacerlos llegar al mercado. Los desplazamientos masivos de población han reducido el número de trabajadores agrícolas. El acceso a los campos agrícolas resultaría difícil. La cría de ganado y aves de corral y la producción de frutas y hortalizas también se verían limitadas.

Los puertos ucranianos del Mar Negro han cerrado. Aun si la infraestructura de transporte terrestre se mantiene intacta, el envío de granos por ferrocarril sería imposible debido a la falta de un sistema ferroviario funcional. Los buques pueden seguir transitando por los Estrechos Turcos, un punto crítico para el comercio por el que pasa una gran cantidad de cargamentos de trigo y maíz. El aumento de las primas de seguro para la región del Mar Negro encarecería aún más los ya elevados costos del transporte marítimo, aumentando los costos de las importaciones de alimentos. Tampoco resulta claro todavía si las instalaciones de almacenamiento y elaboración permanecerán intactas y contarán con personal.

Los puertos rusos del Mar Negro están abiertos por ahora, y no se prevén grandes trastornos en la producción agrícola a corto plazo. Sin embargo, las sanciones financieras impuestas a la Federación de Rusia han provocado una importante depreciación que, si se mantiene, podría socavar la productividad y el crecimiento y, en última instancia, elevar aún más los costos de la producción agrícola.

La Federación de Rusia es uno de los principales actores del mercado mundial de la energía, pues representa un 18 % de las exportaciones mundiales de carbón, un 11 % de las de petróleo y un 10 % de las de gas. La agricultura requiere energía a través del uso de combustible, gas y electricidad, así como fertilizantes, plaguicidas y lubricantes. La fabricación de alimentos y de sus ingredientes también requiere energía. El conflicto actual ha provocado un aumento de los precios de la energía, con consecuencias negativas para el sector agrícola.

El trigo es un producto alimenticio básico para más del 35 % de la población mundial, y el actual conflicto podría suponer una repentina y pronunciada reducción de las exportaciones de trigo tanto de la Federación de Rusia como de Ucrania. Todavía no está claro si otros exportadores podrían colmar este vacío. Las existencias de trigo ya se están agotando en el Canadá, y es probable que los Estados Unidos de América, la Argentina y otros países limiten las exportaciones, ya que los gobiernos intentarán garantizar el suministro interno.

Es probable que los países que dependen de las importaciones de trigo aumenten el volumen de estas, lo que añadirá más presión a los suministros mundiales. Egipto, Turquía, Bangladesh y la República Islámica del Irán son los principales importadores mundiales de trigo y compran más del 60 % de su trigo a la Federación de Rusia y Ucrania; todos ellos tienen importaciones pendientes. El suministro de trigo del Líbano, Túnez, el Yemen, Libia y el Pakistán también depende en gran medida de los dos países. Es probable que el comercio mundial de maíz se contraiga debido a las expectativas de que la pérdida de exportaciones de Ucrania no será cubierta por otros exportadores y a causa de los altos precios.

Las perspectivas para las exportaciones de aceite de girasol y otros aceites alternativos también son inciertas. Los principales importadores de aceite de girasol, como la India, la Unión Europea, China, la República Islámica del Irán y Turquía, deben encontrar otros proveedores u otros aceites vegetales, lo que podría tener efectos secundarios sobre los aceites de palma, de soja y de colza, por ejemplo.