Mortalidad predestete II: ¿Por qué se mueren los lechones?

M.A. de AndrésMaría AparicioCarlos Piñeiro
31-dic-2007 (hace 16 años 10 meses 21 días)

Siguiendo con la mortalidad predestete comenzada en el artículo anterior, a continuación se estudiarán las causas de la mortalidad predestete (MPD).

Antes de analizar este punto, es importante recordar la importancia de una correcta toma de datos, para lo que es necesario unificar criterios entre todos los operarios encargados de ello y tener los criterios perfectamente claros antes de comenzar a tomar registros.

Normalmente, los programas de gestión de granjas permiten la introducción de gran cantidad de causas de mortalidad de lechones, pero muchas veces más no es mejor, es decir, por norma es mejor usar 4-5 causas principales de muerte, ya que el porcentaje mayoritario de bajas se reparte entre las siguientes causas: aplastados, baja viabilidad, retrasados, diarrea, meningitis y desconocida. El hecho de trabajar con un mayor número de causas de mortalidad generalmente provocará confusión y duplicidades y complicará la toma de decisiones posterior.

Por otra parte, resulta clave trabajar con criterios unificados. Muchas veces no es tan importante cuáles escojamos para anotar las causas mientras sean siempre los mismos. Un ejemplo clásico es el siguiente: un lechón pequeño, que no haya podido mamar adecuadamente, probablemente terminará siendo aplastado por la cerda. Esta muerte se puede registrar como baja viabilidad (por ser pequeño), retrasado (porque estará delgado al no haber podido alimentarse bien) o aplastado. Si sólo un operario es el encargado de la recogida de datos, este problema no suele producirse, pero si son varios los operarios, es importante que unifiquen los criterios. Como norma general debemos escoger la causa más importante o la primera, siendo en el caso anterior la baja viabilidad, ya que todo lo demás es consecuencia de la misma. Si esto se consigue, la distribución de las causas de mortalidad de esa granja tendrá un patrón estable en cuanto a los porcentajes de cada causa, por lo que se podrán detectar las variaciones en los mismos y, en consecuencia, se podrá trabajar sobre los motivos.

Otra de las tareas a llevar a cabo, es intentar que el porcentaje de lechones con causa desconocida sea el menor posible. Para ello es necesario instruir al personal de maternidad para que sepa descubrir la causa de mortalidad a partir del lechón muerto.

En general, las principales causas de mortalidad en lactación se pueden resumir en siete u ocho entre las que destacan:

• Aplastados: Lechones que mueren aplastados por la cerda como consecuencia de diversas causas entre las que destacan bajas temperaturas en las salas de partos, hambre o el diseño de la jaula.

• Baja viabilidad: Se trata de lechones muy pequeños (normalmente con menos de 900 gr. de peso al nacimiento), con lo que tienen muchas dificultades para encalostrarse. Además, pierden rápidamente temperatura corporal, por lo que generalmente no son capaces de superar el primer día de vida

• Retrasados: Son lechones que no reciben la suficiente alimentación de la mama en que están (maman de las traseras, problemas de mamitis…), lo que compromete seriamente su desarrollo, y acaban muriendo aplastados, de hambre o por patologías.
• Diarreas.

• Meningitis

• Otras causas

Una vez comentado este punto, pasamos a analizar las causas de mortalidad a partir de la base de datos de PigCHAMP durante el año 2006. En el gráfico 1 se muestra la distribución por causas de las bajas de lechones lactantes durante el año 2006

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Gráfico 1: Distribución por causas de las bajas en lactación. Año 2006

Antes de pasar a comentar el gráfico, es importante destacar que sólo se registraron el 84% de las bajas totales en lactación, el restante 15% no se llegaron a apuntar. Este es otro de los errores frecuentes a la hora de apuntar estas bajas y que ya se detalló en profundidad en un artículo anterior: “La gestión de lechones en lactación. Mortalidad real y calculada I y II”.

Si se analizan los valores del gráfico anterior, se observa que entre bajas no apuntadas (15%), y las anotadas como “otras causas”, aproximadamente el 50% de las bajas en lactación no tienen causa conocida. Esto dificulta mucho el análisis, y como se ha comentado anteriormente, es una de las tareas a mejorar de manera general a nivel de toma de datos.

En cuanto a la distribución por causas, destacan baja viabilidad y aplastados como causas principales.

Sin embargo, la distribución del gráfico no tiene por qué coincidir con la distribución de cualquier granja en particular, ya que depende de a qué causa se atribuyan las bajas. En cada granja puede ser distinto, por lo que a nivel de granjas individuales, lo más importante es, como se ha comentado anteriormente, mantener la coherencia en la toma de datos, y a partir de ahí, tener claro cuál es el patrón normal de causas de mortalidad (y, lógicamente, el porcentaje total de mortalidad) para, a partir de esa información, poder detectar variaciones y actuar lo antes posible.

En cuanto a la variación en las causas de mortalidad por ciclo, no se observan cambios significativos entre los distintos ciclos, con la excepción de la mortalidad por diarrea. A continuación, en el gráfico 2 se desglosan los porcentajes de mortalidad por diarrea por partos.

Gráfico 2: Distribución de bajas por diarrea en función del nº de parto. Año 2006

Como se puede observar, las camadas de cerdas jóvenes mostraron porcentajes superiores de bajas por diarrea a las de cerdas adultas. Es un hecho ampliamente documentado que las cerdas jóvenes no tienen su sistema inmune completamente desarrollado y que su calostro es de menor calidad en cuanto a concentración de anticuerpos y enfermedades contra las que puede proteger. De este hecho se derivan importantes recomendaciones en cuanto al manejo de dichas cerdas en la sala de partos (tratamientos profilácticos, modos de acoplamiento de lechones, técnicas de encalostramiento)

En cuanto al porcentaje total de bajas, como se observa en el gráfico 3, el mayor número de bajas se producen en los primeros partos (lógicamente, al ser los partos con mayor número de cerdas), pero no se observan diferencias en cuanto al porcentaje de bajas respecto a porcentaje de población de cada parto (en todos está alrededor del 12%).

Gráfico 3: Distribución de bajas en función del nº de parto. Jul- Oct 2007

Para finalizar, reseñar que, si en anteriores ocasiones se ha insistido en la importancia de tener los datos al día, con más razón durante la lactación ya que, todos los productores con experiencia saben que la situación en las maternidades puede cambiar drásticamente en cuestión de días, por lo que las ventajas de tener los datos actualizados se multiplican en esta fase del proceso productivo.