Ante la reciente problemática relacionada con la seguridad alimentaria ha crecido
el interés en numerosos sectores por prescindir de las grasas animales en alimentación
animal. Se hace preciso pues, valorar las alternativas de las que disponemos,
tanto desde un punto de vista productivo como por su influencia sobre la calidad
de la canal y de la carne. Tres son los factores a considerar para esta sustitución:
* calidad química y física laboratorial
* valor energético y nutricional
* influencia sobre la calidad de la canal y de la
carne
Desde un punto de vista de calidad laboratorial y nutricional las grasas y aceites
vegetales son alternativas factibles a las grasas de origen animal en todo tipo
de animales. Los cuatro factores más importantes a considerar para estimar el
valor energético de una grasa son:
* contenido en grasa verdadera (contenidos altos
en humedad, impurezas e insaponificables reducen la pureza y el valor nutricional
de la muestra)
* contenido en triglicéridos vs ácidos grasos libres
* contenido en ácidos grasos insaturados, especialmente
en ácido linoleico
* longitud de la cadena de los ácidos grasos.
Así, a igualdad de precios siempre se preferirá una grasa a su oleína correspondiente
(aceite mejor que oleína de soja); un aceite líquido a una grasa sólida (aceite
de girasol mejor que sebo) y una grasa rica en ácidos grasos de cadena corta a
una grasa rica en ácidos grasos de cadena larga (aceite de soja mejor que aceite
de pescado).
La importancia de estos cuatro factores es tanto mayor cuanto más joven es el
animal. Esto explica que en lechones los aceites tipo soja, maíz o girasol sean
preferidos a cualquier grasa de tipo animal o de oleínas a pesar de grandes diferencias
en el precio pero que en animales adultos la clave sea el costo.
El contenido en ácido linoleico, clave en cuanto a fertilidad y tamaño del huevo
en aves no parece tener mayor importancia en ciertas especies domésticas y de
hecho el NRC (1994) recomienda niveles en torno al 0.1% en dietas para porcino.
La sustitución de las grasas animales por aceites puede crear algunos problemas
en el período final del cebo en relación con la influencia de la grasa dietética
sobre la calidad de la grasa corporal. En producción intensiva, los cerdos en
cebo se encuentran en una situación de balance energético positivo, lo que a efectos
prácticos quiere decir que predomina la deposición de grasa en los tejidos sobre
la movilización de la misma. Por tanto, la calidad de la grasa dietética va a
influir de forma notable sobre la calidad de la grasa dorsal. Grasas muy insaturadas,
tales como la de soja van a dar lugar a grasas corporales con los mismos problemas.
Por tanto la sustitución de grasas animales (manteca, sebo y sus mezclas), ricas
en ácidos grasos saturados (especialmente ácido palmítico ;C16:0 y esteárico;
C18:0) por grasas vegetales (en general ricas en ácidos grasos insaturados, especialmente
linoleico), lleva implícita la acumulación de estos últimos ácidos grasos en la
canal.
Niveles altos de linoleico en la grasa corporal van asociados con los siguientes
problemas:
* reducción de la consistencia del tocino dorsal
con peor apariencia y dificultades en la manipulación (cortado, picado y embutido
de las piezas)
* mayor facilidad de enranciamiento y aspecto amarillento
de la grasa dorsal
* curado problemático de la carne, ya que a temperatura
de refrigeración el ácido linoleico que tiene un punto de fusión de -5ºC, se encuentra
en estado líquido lo que genera una capa hidrofóbica dentro de las piezas que
evita la migración del agua durante el proceso de secado
* aspecto oleoso y amarillento rechazado por el
consumidor en las piezas curadas de porcino blanco
En general se estima que cuando el contenido en ácido linoleico de la dieta es
del 1.5%, su concentración en la grasa de la canal está entorno al 15%, valor
crítico a la hora de definir la calidad en cerdos blancos y excesivo para cerdos
ibéricos.
Todos los problemas citados para el linoleico se agravan en el caso de otros ácidos
grasos poliinsaturados tales como el ácido linolénico (C18:3) y los ácidos grasos
poliinsaturados de cadena larga provenientes del pescado. Sin embargo, el ácido
oleico (C18:1) tiene un punto de fusión de 14ºC y sus propiedades son intermedias
desde un punto de vista tecnológico entre las de los ácidos saturados y el ácido
linoleico y no suponen problema alguno en las canales del porcino. De hecho, el
ácido oleico está considerado como un buen precursor de sustancias aromáticas
deseables durante el proceso de curación.
Por tanto, el principal factor a considerar al sustituir una grasa animal por
una vegetal es tener en cuenta la diferencia entre ambas en cuanto al contenido
en ácidos grasos insaturados. Sin embargo, existe cierta incertidumbre en relación
con otros factores diferentes a la grasa dietética que afectan al contenido en
linoleico de la canal tales como el nivel de grasa y relación entre ácidos grasos
saturados e insaturados de la dieta (dietas ricas en esteárico permiten utilizar
sin problemas niveles superiores de linoleico), régimen alimentario (la restricción
aumenta la instauración de la grasa de la canal), la genética (estirpes magras
suelen tener un mayor contenido en linoleico) y el sexo (la grasa de machos enteros
es más insaturada que la grasa de animales castrados o de hembras).
Un factor clave a tener en cuenta es la duración del período de suministro de
las dietas en función de su riqueza en AG saturados o insaturados. Los principales
acúmulos de grasa se producen en la última etapa del cebo; por tanto es posible
suministrar una dieta rica en linoleico hasta los 60 a 65 kg de peso, y diluir
la grasa acumulada en la última fase con una dieta rica en ácidos grasos saturados.
En cualquier caso, esta técnica podría no ser aconsejable en el caso del cerdo
ibérico donde se precisan niveles muy altos de ácido oleico para una calidad óptima.
En la actualidad, se desconoce con exactitud la combinación tipo de grasa-tiempo
de administración que permite alcanzar una calidad óptima de la forma más rentable.
Otra posible alternativa a utilizar para mejorar la calidad de la grasa corporal
es la de reducir el nivel de grasa en la dieta, obligando así a aumentar la producción
de grasa endógena que es de carácter más saturado. Esta alternativa implica, problemas
tecnológicos en la fabricación del pienso (existencia de polvo y reducción de
la vida útil de la maquinaria de fábrica) y no permite formular dietas de alto
contenido energético por lo que empeorará el índice de conversión.
ALTERNATIVAS VEGETALES A LAS GRASAS DE ORIGEN ANIMAL
El perfil en ácidos grasos de las principales grasas vegetales aparece en la tabla
y su composición relativa con respecto a la manteca se detalla en la figura.
Perfil de ácidos grasos (%) de las principales fuentes de grasa
vegetal (FEDNA, 1999)
Fuente de grasa |
C14:0 |
C16:0 |
C18:0 |
C18:1 |
C18:2 |
C18:3 |
Energía
neta kcal/kg** |
Soja |
tr. |
10.1 |
4.5 |
22.4 |
53.0 |
7.8 |
8180 |
Girasol
estándar |
- |
6.1 |
4.0 |
22.5 |
62.2 |
<1.0 |
8240* |
Colza |
tr. |
5.0 |
2.0 |
57.5 |
20.5 |
8.5 |
8050 |
Maíz |
tr. |
10.7 |
2.4 |
27.1 |
55.8 |
1.0 |
8200* |
Palma |
1.0 |
42.5 |
4.8 |
40.1 |
9.7 |
tr. |
7800 |
Coco |
17.0 |
9.0 |
2.5 |
7.0 |
1.8 |
tr. |
8100 |
Linaza |
tr. |
6.5 |
5.0 |
21.0 |
13.0 |
51.0 |
8230* |
Girasol
rico en oleico |
<0.1 |
3.5-6 |
3-7 |
>75.0 |
5-15 |
<0.2 |
8220* |
Yellow grease |
1.0 |
18.0 |
9.0 |
46.0 |
21.0 |
2.0 |
7630 |
Oleínas
20% C18:2 |
<3 |
<25 |
<10 |
38 |
>18 |
1 |
6000 |
Jabón cálcico (Palma) |
2.1 |
44.1 |
5.2 |
38.7 |
8.4 |
tr. |
5900 |
Grasa
hidrogenada |
2.0 |
45.0 |
40.0 |
5.2 |
<2.0 |
- |
6250 |
*Estimación
**Energía neta de manteca: 7950 kcal/kg y de sebo: 7550 kcal/kg
Composición relativa en AG de las principales fuentes de grasa
vegetal en relación a la manteca (FEDNA, 1999)
Aceites vegetales
Las fuentes más disponibles en España son los aceites de soja, girasol y palma.
A veces puede encontrarse aceite de coco, colza y de linaza y muy rara vez aceite
de maíz. En cualquier caso ha de tenerse en cuenta que las semillas son ricas
en estos aceites y por tanto su uso está muy difundido.
Los aceites de soja y girasol son a menudo baratos y siempre de buena pureza,
calidad y valor energético. En piensos de finalizado tienen el grave problema
de su alto contenido en ácido linoleico (a menudo superior al 50%) lo que hace
aconsejable limitar su utilización, especialmente en el caso del cerdo ibérico.
El aceite de girasol rico en oleico posee más de un 70% de este ácido graso por
lo que sería un aceite de elección, de no ser por su alto precio, en piensos de
finalización.
El aceite de colza es rico en oleico (56 a 60%) por lo que es otro aceite de elección
en piensos de acabado. Tiene el inconveniente de su relativamente alto contenido
en linolénico (en torno al 8%).
El aceite de palma es una buena alternativa en piensos de porcino de cualquier
edad, incluído el cebo. Su perfil en ácidos grasos es similar al de la manteca,
a excepción de su mayor contenido en ácido palmítico (C16:0). Existen en el mercado
varios productos derivados de la palma. Uno de ellos es el aceite de palma crudo
que está formado por el triglicérido sin refinar. Su color amarillo oscuro se
debe al contenido en diversos carotenoides que no suponen en el cerdo ningún problema
de coloración de la grasa. Además, el aceite crudo es rico en carotenos y tocoferoles
lo que mejora la calidad y la estabilididad del aceite.
Otro producto resultante de la industria de la palma es la estearina. Son triglicéridos
mas saturados que el aceite original del que proceden y se obtiene mediante separación
por procesos físicos.
Un aceite a evitar en la fase de acabado es la linaza que tiene hasta un 50% de
ácido linolénico y que por tanto va a perjudicar de forma clara la calidad del
producto final.
Por último, el consumo de aceite de coco queda limitado a piensos de primera edad
por su alto costo. Además, su utilización energética para deposición de grasa
parece ser limitada en relación a otras fuentes lipídicas.
Oleínas
Son subproductos obtenidos en el proceso de refinado de todo tipo de aceites.
En el proceso se separan los triglicéridos de los ácidos grasos libres que son
los responsables de la acidez. Su valor energético es siempre inferior al del
aceite del cual procede, especialmente en animales jóvenes y su perfil en ácidos
grasos es similar. Un punto importante es la contrastación de su calidad laboratorial
que precisa de un buen sistema de control de calidad.
En España son relativamente abundantes las oleínas de oliva. Por su alto contenido
en ácido oleico (superior al 78%) constituyen una buena alternativa a la utilización
de otros aceites de mayor costo en piensos de acabado. Otras oleínas disponibles
son las de algodón.
Estas fuentes son relativamente baratas y su perfil en ácidos grasos es apropiado
para animales adultos pero no en finalización ya que contiene más de un 50% de
linoleico. Además, es rico en ácidos grasos de naturaleza cíclica y en gosipol
por lo que encuentran mejor acomodo en piensos para rumiantes.
En el mercado se comercializan, especialmente para humana, las llamadas oleínas
de palma. Este nombre conduce a error ya que estas oleínas no son ácidos grasos
libres tal y como se entiende de forma natural en el sector de piensos, sino que
incluyen la porción de triglicéridos de menor densidad obtenida por procesos físicos
de separación. Son por tanto aceites constituidos por triglicéridos más insaturados
que el aceite de palma original del que proceden.
Grasas técnicas
Bajo el paraguas de grasas técnicas incluimos todas aquellas ofertas de lípidos
obtenidas mediante mezclas.El valor de las mismas dependerá pues de las grasas
incluídas en el proceso.
Uno de los productos de más uso en este tipo de grasas son los residuos de freiduría
cuya calidad va a depender del grado de abuso térmico que hayan sufrido. El llamado
"yellow grease" americano es realmente una grasa técnica que incluye en su composición
desde los sebos y grasas animales no convenientes para la industria humana hasta
las grasas de freiduría reciclada de los restaurantes y hamburgueserías de comidas
rápidas. No son pues grasas vegetales y en cualquier caso exigen un control de
calidad riguroso que incluya el perfil de ácidos grasos.
Las grasas técnicas, entendidas como una combinación de diferentes fuentes para
conseguir un perfil determinado de ácidos grasos y de calidad laboratorial tienen
un lugar claro en el mercado, siempre que los proveedores respeten las normas
de juego de la industria. Mediante combinaciones apropiadas podremos ajustar el
perfil de ácidos grasos en función de los objetivos de cada tipo de producción,
sin menoscabo de la calidad química.
Grasas hidrogenadas
En alimentación humana es práctica común la utilización de aceites vegetales parcialmente
saturados mediante mediante procesos de hidrogenación. Esta tecnología podría
ser una alternativa de interés en alimentación animal. Mediante este proceso podríamos
reducir la insaturación de un aceite dado, mejorando su utilización en piensos
de acabado. Cualquier fuente vegetal poliinsaturada puede transformarse en una
fuente rica en oleico, el ácido graso de elección en relación con la calidad de
la carne. Sin embargo los procesos de saturación implican un coste y la formación
de ácidos grasos "trans," cuyo efecto sobre el organismo humano no está totalmente
dilucidado. Otro problema adicional es que la hidrogenación reduce la insaturación
de los ácidos grasos, provocando una reducción de la digestibilidad de la grasa
original, especialemente en animales jóvenes. De aquí que esta tecnología haya
buscado su oportunidad en grasas sólidas de uso en fábricas pequeñas que no disponen
de equipos de grasa líquida y en grasas inertes en rumen para piensos para rumiantes
de alta producción.
Jabones cálcicos
Los jabones cálcicos resultan de la saponificación de los ácidos grasos libres
por iones calcio y en un principio fueron concebidos como fuente de grasa inerte
en rumiantes. Son productos sólidos por lo que tienen tambien cabida como fuentes
de grasa en fábricas sin dispositivos adecuados para adición de grasa líquida.
El origen más común de las oleínas utilizadas en estos productos es el de ácidos
grasos libres de palma cuyo contenido en oleico está en torno al 40%. En cualquier
caso, los jabones cálcicos de mayor interés en porcino cebo serán aquellos con
un mayor contenido en ácido oleico y menor en ácidos grasos de cadena muy larga
o poliinsaturada. Su principal problema es el costo por unidad de grasa ya que
los productos comerciales contienen aproximadamente un 16% de cenizas.
CONCLUSIONES
La situación actual del mercado invita a buscar fuentes alternativas de grasa
de origen vegetal. Dentro de las grasa vegetales las de mayor interés en función
de la calidad y el coste son los aceites de soja, girasol, palma y colza. Las
dos primeras son de alta digestibilidad pero tienen el problema de su insaturación
que las hace inapropiadas en piensos de finalización.