¿Cuándo se mueren las cerdas? (I)

María AparicioCarlos Piñeiro
27-sep-2007 (hace 17 años 1 meses 28 días)

Durante los últimos años, la mortalidad media en reproductoras ha mostrado una tendencia continua al alza. Esto se refleja en los objetivos de muchas granjas que se empiezan a fijar entre el 7-10 % con mortalidades medias continuamente superiores. En este artículo se revisa la tasa de mortalidad y su evolución en el año 2006 en granjas estadounidenses y españolas.

En primer lugar resulta interesante señalar que el patrón resulta bastante similar en ambos países, con medias en torno al 8 % y un efecto estacional bastante marcado, en el que, el verano es un periodo de particular riesgo, tanto que en algunas granjas las tasas de mortalidad pueden aumentar hasta casi el doble de la alcanzada en invierno.

Gráfico 1: Tasa de mortalidad del año 2006 en granjas de EEUU.
BBDD PigCHAMP

Gráfico 2: Tasa de mortalidad del año 2006 en granjas españolas.
BBDD PigCHAMP

Cuando analizamos los meses de mayor mortalidad en detalle, podemos observar algunos hechos interesantes. Lo primero que hay que tener en cuenta es que podrían distinguirse dos tipos de mortalidades de cerdas.

• Mortalidad en la 1ª semana post-parto. Este hecho parece estar directamente relacionado con los días de mayor temperatura, tanto diurnas como nocturnas y en un periodo corto pueden acumularse un gran porcentaje de las muertes totales del periodo estival, especialmente aquellas cerdas que están pariendo o en la primera fase de la lactación. Normalmente estas muertes se producen por insuficiencia cardiaca cuando el animal sufre un aumento de la temperatura corporal, que lleva a vasodilatación e incremento del ritmo cardiaco para incrementar la circulación periférica. Cuando estos mecanismos compensatorios se ven sobrepasados se produce la insuficiencia cardiaca y la muerte, y habitualmente son registradas como muerte súbita.

• Mortalidad entre la última fase de la lactación y el primer mes post-destete. Este aumento de la mortalidad tiene una causa muy diferente, ya que parece estar relacionada con la falta de ingesta como consecuencia del calor, por lo que las cerdas se debilitan y aumentan los problemas de aplomos y cojeras. Esto tiende a ser más frecuente durante el mes de agosto y principios de septiembre y a veces ocurre después de cambios bruscos de temperatura. Estas muertes se suelen registrar como caída, cojeras o mal estado corporal.

El año pasado en EEUU se observó un incremento en ambos tipos de mortalidad, donde el verano resultó muy caluroso con grandes dificultades para controlar las temperaturas en las salas de partos. Según el gráfico 1, el pico inicial de mortalidad ocurrió a primeros de julio seguido de un brusco incremento en el mismo mes. Posteriormente los efectos del calor fueron de carácter más crónico. Esto se observó particularmente en el medio oeste americano donde en muchas ocasiones las temperaturas mínimas registradas durante la noche fueron anormalmente altas.

En el caso de España, también se observó un incremento a partir del mes de mayo con ligeras variaciones hasta alcanzar, al igual que en EEUU, un pico máximo de mortalidad en las primeras semanas de julio. Posteriormente, también se observó un efecto crónico del calor sobre la mortalidad de las cerdas. En este mismo periodo en España, hemos analizado los siguientes factores de riesgo:

♦ Mortalidad en función del número de parto: tal y como se muestra en el gráfico 3, la tasa de mortalidad muestra un pico en cerdas primerizas, y aunque desciende ligeramente en cerdas de segundo parto, después continúa con un aumento lineal a medida que aumenta el número de parto de la cerda.

Gráfico 3: Tasa de mortalidad en función del nº de parto. Año 2006.
BBDD PigCHAMP

♦ Tamaño de la granja: según el gráfico 4, la tasa de mortalidad aumentó con el tamaño. Es decir, las granjas grandes son las que presentaron una mayor tasa de mortalidad, seguida de las medianas y por último las pequeñas.

Gráfico 4: Tasa de mortalidad en función del tamaño de granja. Año 2006.
BBDD PigCHAMP

En cuanto al análisis de las causas, a pesar de que anteriormente hemos mencionado algunas, como muertes súbitas o problemas de aplomos y/o cojeras, debemos señalar que siempre resulta muy difícil analizarlas al 100%, ya que es muy frecuente dejar ese campo vacío durante la introducción de datos por desconocimiento de la causa. De hecho, en nuestra base de datos el 42,3% de las muertes ocurridas durante el año 2006 están anotadas con causa “desconocida”. Estos y otros factores de riesgo serán analizados en profundidad en próximos artículos.

Como siempre, nos gustaría destacar la importancia de implementar y mantener al día una correcta gestión de los datos generados diariamente en las granjas, con el fin de tener la posibilidad de analizar el sistema productivo y poder proponer cambios encaminados a optimizar la producción y en definitiva, a aumentar la rentabilidad de la empresa.