La problemática de la higiene en alimentación líquida

Rosil Lizardo
10-ago-2007 (hace 17 años 4 meses 12 días)
Los sistemas de alimentación líquida de porcino requieren un elevado nivel de higiene, dado que el medio húmedo es propicio a la colonización bacteriana. Según una encuesta realizada en más de 150 granjas (Francia) apenas un 10% de los granjeros limpia el tanque de mezcla diariamente; el 27, el 24 y el 25% de los encuestados lo hacen respectivamente una vez a la semana, cada 15 días o una vez al mes, independientemente de la época del año. Por componentes del sistema, la misma encuesta revela que cuando lo hacen regularmente, el 68% lava el tanque de mezcla, el 36% lava igualmente la tubería principal y tan solo un 12% lava los bajantes a los comederos. Inversamente, el 69, el 31 o el 5% de los encuestados reconoce que nunca lava los bajantes a los comederos, las tuberías o los tanques, respectivamente. Este estudio demuestra claramente la heterogeneidad de situaciones que se pueden encontrar en la práctica y alerta respecto a las precauciones que se deben tomar al diseñar el sistema y/o las recomendaciones de limpieza para cada granja.

Colonización microbiana del sistema

Considerando los componentes del sistema, se observa la formación de un biofilm microbiano en todos aquellos que tienen contacto directo con el agua o la sopa. Este es un proceso natural, ya que los piensos o el agua no son estériles. La sopa se convierte entonces en un medio de cultivo, con una microflora total estimada en 7-8 log UFC/ml (figura 1).

Figura 1. Perfil de la flora bacteriana de la sopa en sistemas alimentación líquida sin tanque de restos y sin limpieza regular

Aunque se observe la presencia de bacterias coliformes, más bien indeseables y de riesgo patógeno, la parte más importante de la microflora (más del 90%) está formada por bacterias lácticas acidificantes reconocidas como beneficiosas. Por otro lado, se observa un gradiente de colonización microbiano que va aumentando progresivamente desde el tanque de agua (1,8 log UFC/ml), tanque de mezcla, tubería principal, tuberías satélites, alcanzando su punto máximo en los bajantes a los comederos (7,1 log UFC/ml; figura 2).

Figura 2. Flora bacteriana del sistema de alimentación líquida


Limpieza y desinfección

La limpieza, incluyendo los bajantes, con máquinas a alta presión y la desinfección son efectivas reduciendo la microflora a niveles cercanos al del tanque de agua. Sin embargo al reiniciar la alimentación, la microflora vuelve a colonizar todo el sistema y a las 48 horas ya se encuentra en niveles similares a los observados antes de la desinfección (figura 3). Por otro lado, los desinfectantes utilizados son obligatoriamente agresivos, la existencia de materia orgánica inhibe parcial o totalmente su actividad, eliminan principalmente las bacterias lácticas acidificantes y los residuos que dejan son, a la larga, consumidos por los cerdos. Con lo cual, la desinfección del sistema no es una medida efectiva y no se suele recomendar como rutina.

Figura 3. Evolución de la flora bacteriana en la tubería principal de una granja con limpieza habitual


Consciente de esta situación, cada fabricante propone sus propios programas de limpieza y que normalmente combinan aclarado con agua limpia y recirculación con agua acidificada (pH<4) a diario o alcalinizada (pH>12) una vez a la semana. El principio se basa en que la microflora no es simultáneamente tolerante a pH ácido y alcalino y que por lo tanto la combinación de los dos tratamientos la eliminará completamente. Otros proponen incorporar al tanque de mezcla equipos de pulverización de ácidos o de UV para esterilización. Sin embargo, lo que efectivamente se consigue, tanto en estos casos como en el de la desinfección, es eliminar principalmente la microflora láctica acidificante. Al destruir las colonias de lactobacilos, también se rompe el equilibrio existente entre las diferentes especies de microorganismos y automáticamente se potencia la proliferación y colonización por bacterias y cepas patógenas bastante más agresivas. Entonces el remedio puede resultar peor que la enfermedad, porque en vez de prevenir se potencia el riesgo de patologías digestivas, aunque estudios realizados en Alemania y Francia demuestren que las patologías o el número de bajas en engorde con alimentación líquida sean similares a las observadas con alimentación convencional.

Como la mayoría de los microorganismos potencialmente patógenos son sensibles a pH ácido (pH<4), igualmente se suele aconsejar la incorporación directa de ácidos orgánicos a la sopa (o al pienso) y distribuir un alimento acidificado a los cerdos. Sin embargo, la manipulación de los acidificantes es una operación que requiere ciertos cuidados por parte de los granjeros para evitar posibles accidentes y el resultado no es duradero.

Alternativamente, se puede sembrar o estimular la colonización del sistema por bacterias lácticas mediante la utilización de probióticos o cepas de lactobacilos específicas. En particular, se ha estudiado la utilización de P.acidilactici en comparación con la utilización de ácido láctico y ambos tratamientos fueron efectivos para bajar el pH, estimular el crecimiento de las bacterias lácticas y disminuir los coliformes totales, tanto en el sistema de alimentación como en el tracto digestivo del cerdo (figura 4). Los resultados de crecimiento obtenidos entre tratamientos fueron similares pero muy superiores a los que se observan habitualmente en lechones. Además cualquiera de estas medidas es compatible con el uso de los subproductos líquidos o alimentación líquida fermentada pero de esto se hablará en el capítulo correspondiente.


Figura 4. Efecto de la incorporación de ácido láctico o de un probiótico en la sopa sobre la flora bacteriana


Conclusiones

En definitiva, se pueden aconsejar las operaciones de limpieza pero no de desinfección y por otro lado, también se pueden aconsejar, las iniciativas que contribuyan a reforzar el equilibrio de la microflora instalada en el sistema de alimentación líquida.