Lunes, 29 de abril de 2019/ OIE.
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Si no se toman medidas -advierte el Grupo especial de coordinación interinstitucional sobre la resistencia a los antimicrobianos de las Naciones Unidas (IACG, por sus siglas en inglés), que publica el informe-, las enfermedades resistentes a los medicamentos podrían causar 10 millones de muertes anuales para 2050 y dañar la economía de forma tan grave como ocurrió con la crisis financiera mundial de 2008-2009. Para 2030, la resistencia a los antimicrobianos podría sumir hasta 24 millones de personas en la pobreza extrema.
Actualmente, al menos 700 000 personas mueren cada año debido a enfermedades resistentes a los medicamentos, entre ellas 230 000 que fallecen a causa de tuberculosis multirresistente. Cada vez más enfermedades comunes -como las infecciones de las vías respiratorias, las de transmisión sexual y las de las vías urinarias- resultan intratables; las intervenciones médicas que salvan vidas se están haciendo más inseguras, y nuestros sistemas alimentarios son cada vez más precarios.
El mundo está sufriendo ya las consecuencias económicas y sanitarias de la ineficacia de medicamentos esenciales. Si los países no invierten en todos los niveles de ingresos, las generaciones futuras se enfrentarán a los efectos desastrosos de la resistencia incontrolada a los antimicrobianos.
Reconociendo que la salud humana, animal, ambiental y la salubridad de los alimentos están estrechamente interrelacionadas, el informe pide un enfoque coordinado y multisectorial de "Una salud".
Por ello, recomienda a los países:
El documento destaca la necesidad de realizar esfuerzos coordinados e intensivos para superar la resistencia a los antimicrobianos: un obstáculo importante para el logro de muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, incluida la cobertura sanitaria universal, la seguridad e inocuidad alimentarias, los sistemas agrícolas sostenibles y el agua potable y el saneamiento.