Hasta muy recientemente los piensos de iniciación de lechones
incluían porcentajes importantes de harina de pescado, plasma animal
y harinas de carne y sangre. La nueva legislación restringe en gran medida
el uso de harina de pescado y de promotores de crecimiento de tipo antibiótico,
y prohíbe la utilización de numerosas materias primas de origen
animal, lo que ha obligado a modificar la concepción de estos piensos
y a buscar nuevas fuentes proteicas. Las características que deben cumplir
estos nuevos ingredientes son: buena digestibilidad, alto contenido en proteína
bruta y en aminoácidos esenciales, palatabilidad, seguridad alimentaria,
disponibilidad, precio y conocimiento de los procesos tecnológicos utilizados
para favorecer su digestibilidad o reducir la actividad de los factores antinutritivos
presentes.
Fuentes de proteína alternativas
1. Concentrados de proteína vegetal
Son buenas fuentes de aminoácidos y solo la disponibilidad y el precio
limitan su utilización
* Proteína de patata: contiene 78% de una proteína de buena calidad
y digestibilidad, especialmente rica en treonina y aminoácidos azufrados.
Su mayor problema es el contenido en solanina, alcaloide que reduce el consumo.
Los nuevos concentrados que se ofrecen en el mercado han reducido el contenido
de este factor antinutricional (<100 ppm), pero a cambio tienen un mayor
precio.
* Derivados de proteína de soja:
- Los concentrados contienen entre un 55 y un 65% de proteína en función
del proceso utilizado para eliminar los oligosacáridos y fibra de la
harina original. La bondad y costo del producto dependen de la reducción
en oligosacáridos (y otros factores antinutricionales) conseguido y será
dependiente de las características del proceso utilizado. El tenor en
proteína bruta es pues importante en este tipo de productos.
- Los aislados de proteína de soja: contienen entre un 85 y un 90 % de
proteína, y debido a su alto precio tienen más utilización
en alimentación humana que animal. Los procesos utilizados para la eliminación
de factores antinutritivos tales como oligosacáridos, lectinas, saponinas
o antígenos (glicinina y beta-conglicinina) son de naturaleza variable
e incluyen la extracción con agua y alcoholes, los procesos enzimáticos
y la aplicación de procesos térmicos. La proteína de ambos
tipos, concentrados y aislados, es de buena calidad pero su contenido en aminoácidos
azufrados es bajo, por lo que necesita suplementación.
* Hidrolizados de gluten de trigo: su proteína varía en torno
al 78%. La digestibilidad es muy alta, pero su perfil aminoacídico es
relativamente pobre en lisina. Existen también disponibles en el mercado
productos a base de germen sin hidrolizar. Son productos de calidad pero inferior
al de los hidrolizados.
* Gluten de maíz: su proteína es de muy buena digestibilidad aunque
relativamente pobre en triptófano y otros aminoácidos esenciales.
Su disponibilidad y costo no le hace normalmente competitivo en porcino.
2. Derivados lácteos
Incluye los caseinatos, la leche descremada y los sueros (vacuno u ovino) ácidos,
dulces y delactosados. Son fuentes de proteína láctea (excepto
el permeato de lactosa) de muy buena calidad. En el caso de los caseinatos y
de la leche descremada predomina la caseína, mientras que en el caso
de los sueros predominan las albúminas y las globulinas. En el ternero
lactante la caseína es mucho mejor que las proteínas del suero
ya que facilita la formación del coágulo, pero en lechones esta
diferencia no ha sido suficientemente estudiada. De hecho, la leche de cerda
es más pobre en caseína que la leche de vaca lo que podría
indicar un menor interés por este tipo de proteína en el caso
del lechón. Por otra parte, algunas de las proteínas del suero,
especialmente las globulinas, lactoferrinas etc. podrían mejorar la respuesta
inmunitaria del lechón. Todas las fuentes lácteas, excepto los
caseinatos, son ricas en lactosa, un azúcar de buena digestibilidad y
palatabilidad que favorece el desarrollo de la flora láctica y mantiene
en estómago un pH adecuado. Los caseinatos contienen un 87% de proteína,
la leche descremada en torno al 35%, los sueros ácidos en torno al 9%
y los dulces entre el 12,5% y el 14% PB en función de su origen (vacuno
vs ovino). Otros derivados lácteos de creciente interés son los
sueros delactosados cuyo contenido en proteína depende del proceso (generalmente
varía entre el 22 y el 25%). Los sueros reengrasados llegan a tener hasta
un 50% de grasa y son convenientes en aquellas situaciones en las que no se
pueda disponer de aceites de calidad. En cualquier caso su bondad dependerá
del tipo de grasa añadida (sebo vs coco) y del proceso de atomización
de esa grasa y secado del producto final. En lechones es interesante utilizar
dos fuentes de productos lácteos a fin de reducir la incertidumbre y
la problemática de cada producto particular. La combinación de
un suero dulce o ácido con uno delactosado es de interés pues
proporciona lactosa y proteína láctea a un precio adecuado. Últimos
trabajos realizados en Estados Unidos demuestran que el exceso de minerales
aportado por los sueros delactosados no perjudican ni la sanidad ni la productividad
del lechón.
3. Otros concentrados de proteína animal
* Proteína de huevo: resulta de la pasteurización y secado por
spray dried aquellos huevos no adecuados para consumo humano. Contiene 46% de
proteína de muy alta calidad y adecuado perfil aminoacídico, además
de un 33% a un 38% de grasa. A veces, se utiliza este tipo de ingrediente como
fuente de anticuerpos tras potenciar su contenido en inmunoglobulinas especialmente
activas frente a patógenos responsables de diarreas. En estos casos de
huevo hiperinmune la dosis a utilizar es muy inferior, pero de todas formas
esta nueva utilización precisa de un mayor desarrollo tecnológico.
* Péptidos digestibles de porcino ó solubles de porcino: actualmente
pendientes de obtener el registro que permita su utilización en la UE.
Presentan buena digestibilidad, palatabilidad y perfil aminoacídico rico
en triptófano. Podrían tener además cierto efecto positivo
sobre la inmunidad y la estructura de la morfología intestinal.
4. Fuentes tradicionales de proteína vegetal
* Harina de soja: Se recomienda el uso de la 47% de proteína, más
rica en proteína y ligeramente más digestible que la soja 44%.
En estos casos podría ser interesante el uso de la soja micronizada (martillo
de bolas), que reduce el tamaño de la partícula y mejora la presentación
del pienso y probablemente la digestibilidad. Existen algunos trabajos americanos
sobre el uso de harina de soja extrusionada con buenos resultados en lechones.
La razón podría ser el aumento de la digestibilidad y la reducción
del contenido en factores antinutricionales. Debido a la presencia de oligosacáridos
y componentes alergénicos (conglicinina y beta-conglicinina), las harinas
de soja deben utilizarse con precaución y en función de la edad
de los animales al destete. La introducción de pequeños porcentajes
en dietas de primera edad podría contribuir a la adaptación del
digestivo a esta materia prima en edades posteriores.
* Haba de soja micronizada, cocida-expandida, tostada o extrusionada: contiene
entre un 36 y un 38% de proteína en función de que se elimine
o no parte de la cascarilla. El proceso de presión, tiempo, vapor y temperatura
al que se la somete, elimina gran parte de los factores antinutricionales termolábiles
y si se realiza con precisión mejora la digestibilidad, especialmente
de la fracción grasa, por romper las estructuras celulares y liberando
una grasa de calidad muy adecuada para el lechón joven. Sin embargo,
el proceso no elimina factores antinutricionales tales como los antígenos
y los oligosacáridos.
* Harina o pipa de girasol. Su uso está limitado por su contenido en
fibra altamente lignificado y por problemas tecnológicos de inclusión.
La grasa es de calidad y adecuada para el lechón.
* Harina de colza 00. Debe usarse a dosis bajas y siempre previo tratamiento
térmico. No es aconsejable el uso de colzas de origen indio.
* Otras leguminosas: Aunque en la actualidad no está disponible en el
mercado nacional, la proteína de guisante podría ser una alternativa
de futuro, siendo clave en este sentido el proceso de extracción de la
misma. Los altramuces no son muy apropiados en piensos de lechones debido a
su alto contenido en hidratos de carbono complejos (> 20%).
5. Aminoácidos sintéticos
Su uso está aumentando a fin de mantener controlado el nivel de proteína
de los piensos y reducir los riesgos de procesos entéricos. Sin embargo,
existen pocos datos sobre su utilización a altos niveles (> 0,5%) y su
efecto sobre el consumo. Además, un uso elevado de aminoácidos
sintéticos aumenta el riesgo de aparición de un nuevo aminoácido
limitante distinto de los normalmente controlados en formulación. Es
importante valorar correctamente dichas materias primas, en cuanto a su contenido
proteico o en el caso de la HCl-lisina su contenido en cloro que puede afectar
al balance electrolítico.
6. Otras fuentes proteicas a considerar
Los cereales pueden aportar hasta un 25% de la proteína de la dieta,
por lo que su aporte es clave. Su digestibilidad en porcino es relativamente
baja, especialmente en el caso de la cebada (75-85%), Un tratamiento tecnológico
adecuado (enzimático, térmico poco severo, etc) puede mejorar
la digestibilidad, por desnaturalizar parcialmente las proteínas. Deben
evitarse excesos de calor ya que provocará reacciones de Maillard y una
reducción el la digestibilidad y biodisponibilidad de la lisina y otros
aminoácidos esenciales.
Límites máximos de inclusión (%) habituales de
fuentes de proteína en dietas para lechones.
|
Fase I (lactación-1
sem post-destete) |
Fase II (hasta 12
kg) |
Hna de pescado LT |
8
- 12
|
8
- 13
|
Concentrado soja |
7-
12
|
8
- 10
|
Aislado de soja |
9
- 12
|
-
|
Proteína de patata |
7
|
7
|
Solubles de porcino |
6
- 8
|
-
|
Gluten de trigo/maíz |
5
- 8
|
6
- 8
|
Hna de soja 47% |
5
|
6
|
Haba de soja extrusionada |
3
|
15
|
Proteína de huevo |
10
|
20
|
L-lisina HCl |
0,45
|
0,5
|
DL-metionina |
0,3
|
0,5
|
L-treonina |
0,25
|
0,4
|
L-triptófano |
0,08
|
0,2
|
Sueros |
25
|
10
|
Leche spray |
30
|
20
|
Suero delactosado |
15
|
12
|