Para garantizar la sanidad del agua debemos tener en cuenta dos aspectos importantes:
• La potabilización del agua • El estado y la higiene de circuito de repartición de ésta |
La potabilización del agua, a nivel de una granja, suele ser sinónimo de desinfección, es decir la eliminación de microorganismos infecciosos de este medio. Considerando que las características físico-químicas del agua son correctas, añadimos un producto desinfectante al agua que nos garantice la ausencia de microorganismos patógenos en ésta durante todo su recorrido por la instalación, hasta el último punto de salida, donde deberá mantener una concentración que garantice que el producto desinfectante sigue activo en ese punto, y que, por supuesto, no supera una concentración que pudiera ser nociva para los animales.
El principio activo más utilizado en la desinfección es el cloro, bajo distintos tipos de formulaciones. Pero no es este el único desinfectante que puede utilizarse, aunque sí que es el único autorizado para desinfecciones de agua para el consumo humano. Existen otros tipos de moléculas eficaces, como la del peróxido de hidrógeno.
El peróxido de hidrógeno
El peróxido de hidrógeno (H2O2) es una molécula mucho más conocida por todo el mundo de lo que su nombre nos dice. Es una molécula de agua a la que se ha añadido un átomo de oxígeno, es decir, agua oxigenada.
Fig. Cuadro comparativo entre peróxido de hidrógeno y compuestos clorados
Peróxido de hidrógeno | Compuestos clorados | |
Homogeneidad en la distribución del producto | Alta | De media a baja |
Posibilidad de medición | Sí | Sí |
Sobredosificación | Inocuo | Nocivo |
Olor a la dosis de aplicación | Inodoro | Sí |
Depósitos de calcio | Disminuyen | Aumentan |
Actividad en presencia de materia orgánica | Buena | Buena |
Carcinogenicidad | Nula | Alta |
Cinética de actuación | Muy rápida | Lenta |
Esta molécula tiene unas características que la hacen un buen desinfectante: es un producto con un gran poder oxidante, lo que le hace muy reactivo frente a la materia orgánica, y por tanto le dan un amplio rango de acción frente a microorganismos: tiene buen poder bactericida, virucida, e incluso esporicida. Los microorganismos anaerobios son incluso más sensibles a la acción de estos productos, dado que no son capaces de sintetizar la catalasa, una enzima que puede descomponer el peróxido.
Este gran poder oxidante garantiza una rápida velocidad de acción, aunque precisa, debido a esta misma característica, que en su formulación se añadan productos que lo estabilicen.
Mecanismo de acción
Su mecanismo de acción consiste en la oxidación de los grupos sulfhidrilo y los dobles enlaces de los enzimas de las bacterias, provocando una modificación conformacional de las proteínas que forman dichos enzimas, con la perdida de su función, y por lo tanto, la muerte celular. A nivel de virus puede trasladar esta capacidad de desnaturalización de las proteínas actuando sobre las de la cápside, para que posteriormente pueda actuar sobre el material genético del virus. A nivel de esporas el peróxido puede trasladar su poder oxidante a la desorganización del ácido dipocolínico, la molécula que da la capacidad de resistencia tan importante a las formas vegetativas de estas esporas.
Así pues, vemos que la acción desinfectante del peróxido de hidrogeno está basada en hacer vulnerables las estructuras de protección de estas formas microscópicas. Alterar la conformación de las paredes celulares o de las cápsides permite el acceso al interior de estos organismos, para que el peróxido siga su poder oxidante frente a otras estructuras como el ADN, que otras moléculas alteren el funcionamiento normal de estas células o que, incluso, la acción mecánica de la entrada de agua a través de la membrana celular provoque la muerte de las bacterias.
Uso en granja
Como hemos comentado, al uso del peróxido como agente desinfectante, hay que añadirle otra ventaja: la de la limpieza. El peróxido de hidrógeno se muestra muy efectivo para la desincrustación, limpieza y mantenimiento de ésta, en conducciones y sistemas de distribución de agua.
A menudo, en las instalaciones de una granja, debido a la entrada de aguas de pozos u otro tipo de fuentes poco controlados, debido al uso de medicación a través del agua, o simplemente, debido a una estructura y unos materiales que favorezcan los depósitos de partículas, se generan puntos donde la acumulación de materia orgánica facilita la multiplicación de los microorganismos. Estos puntos son puntos importantes a combatir dado que en ellos se da la multiplicación de patógenos que, escondidos bajo este biofilm, no reaccionan con los desinfectantes habituales, y pueden reinfectar el agua que suministramos a los animales.
El peróxido de hidrogeno facilita la disolución de algunas sales, evita su precipitación, e incluso, debido a la liberación de oxigeno por parte del peróxido, causa un burbujeo que tiene un efecto de limpieza mecánica sobre las superficies.
Este efecto de limpieza es tan intenso que en las instalaciones donde se aplica, inicialmente suelen darse problemas de obstrucción de bebederos y puntos de salida de agua por la acumulación de materiales sólidos arrastrados por el efecto de limpieza del peróxido de hidrógeno.