Enterobacteriaceae resistentes a carbapenem recuperadas del ambiente de una explotación porcina

Las Enterobacteriaceae resistentes a los carbapenemas (CRE) representan una amenaza para la salud pública. Mientras que el uso de los carbapenemas está restringido en los animales productores de alimentos, otros β-lactamámicos, como el ceftiofur, sí se utilizan en el ganado. Este uso puede conllevar a una presión de selección que favorezca la amplificación de la resistencia a los carbapenemas, pero esta relación no se ha establecido. Hasta el momento no se había informado de la presencia de CRE mediada por plásmidos en los Estados Unidos, si bien sí se había detectado en ganadería en Europa y Asia.

Durante el presente estudio, investigadores de la Univerdidad de Ohio tomaron muestras ambientales y fecales de una explotación de ciclo cerrado de 1.500 madres durante 4 visitas en un período de 5 meses, en 2015. Las muestras se seleccionaron utilizando medios selectivos para la presencia de CRE, siendo los aislados productores de carbapenemasa objeto de una caracterización adicional.

De las 30 muestras ambientales recogidas en una sala de transición en la visita inicial, 2 (7%) de las muestras presentaban 3 aislados (2 ST 218 Escherichia coli y 1 Proteus mirabilis), portadores del gen de la metalo-β-lactamasa blaIMP-27 en los plásmidos IncQ1. Además, se recuperaron 15 aislados IMP-27 de múltiples especies Enterobacteriaceae de 11 de 24 (46%) muestras ambientales de 2 salas de parto recogidas en la tercera visita. Estos aislados también eran portadores del blaIMP-27 en plásmidos IncQ1. En este estudio no se recuperaron aislados de CRE de los hisopos o muestras fecales.

Como es común en la producción porcina estadounidense, los lechones de esta explotación reciben ceftiofur al nacer, mientras que los machos reciben una segunda dosis en la castración (≈día 6). Esta presión de selección puede favorecer la diseminación de Enterobacteriaceae blaIMP-27 en la sala de partos. La ausencia de esta presión de selección en transición y engorde resultó probablemente en la pérdida del nicho ecológico necesario para el mantenimiento de este gen de resistencia al carbapenem.