Micotoxinas: Los recaudadores de impuestos
Antecedentes
Las micotoxinas se han convertido en un nombre familiar en los últimos años, ya que los problemas y consecuencias potenciales de estos compuestos se han estudiado y considerado más ampliamente. Las posibles causas del aumento de la conciencia sobre las micotoxinas pueden deberse a datos científicos sólidos que demuestran los efectos de las diversas toxinas en especies animales, donde se han medido efectos patológicos claros de toxinas específicas (Zain, 2011; Fung & Clark, 2004). Otro factor crítico que contribuye a la mayor conciencia del riesgo de micotoxinas es la cantidad de datos disponibles como evidencia de su ocurrencia. Con datos globales y locales disponibles, el conocimiento de los niveles de prevalencia de varias micotoxinas por región/país beneficia a toda la industria. Esto ha puesto un valor cuantificable al riesgo y también ha mostrado tendencias anuales, con un aumento casi continuo en la prevalencia a lo largo de los años sucesivos. Este aumento constante quizás también ha resaltado la seriedad del riesgo y ha llevado a un aumento en el nivel de factores de seguridad añadidos a los alimentos para mitigar los efectos negativos.
Los actores
Los tres tipos principales de hongos responsables de las principales micotoxinas son las especies de Fusarium, Aspergillus y Penicillium. Otros tipos incluyen Claviceps (Ergots), Alternaria (toxinas de Alternaria) y Stenocarpella (Diplodia).
Las toxinas
Las principales micotoxinas en las que se enfoca y que demuestran efectos en el rendimiento de los animales se indican a continuación. Estas micotoxinas se pueden analizar en varios laboratorios locales.
- Aflatoxinas: Aflatoxina B1, B2, G1, G2 (en alimentos/materias primas). Transferencia de aflatoxinas a la leche como M1 y M2 (Britzi et al, 2013). Ejercen un efecto principal sobre el hígado, con efectos inmunológicos y carcinogénicos también demostrados (Eaton & Groopman, 2013).
- Fumonisinas: Fumonisinas B1 y B2. Ejercen efectos hepatotóxicos y neurotóxicos a través de la interrupción del metabolismo de los esfingolípidos involucrados en la señalización celular y las bicapas lipídicas (Voss et al, 2007).
- Ocratoxinas: Ocratoxina A, B y C. Afectan los riñones y el sistema inmunológico y también muestran actividad carcinogénica (Pfohl-Leszkowicz & Manderville, 2007).
- Tricotecenos: divididos en dos grupos, Tipo A (Toxina T-2, Toxina HT-2) y Tipo B (Deoxinivalenol/DON, Nivalenol/NIV). Este gran grupo de toxinas generalmente inhibe la síntesis de proteínas, reaccionando a nivel ribosomal (Arunachalam & Doohan, 2013).
- Zearalenona: tiene una estructura fitoestrogénica y puede alterar las funciones hormonales/reproductivas (Zinedine et al, 2007).
Peligros
Las micotoxinas pueden estar casi en cualquier lugar y son invisibles al ojo y sin olor. Con la mayoría de las estructuras de micotoxinas siendo intercambiables entre varios metabolitos, a menudo hay una mayor cantidad de toxina presente de lo que puede verse en una prueba estándar. Estas toxinas enmascaradas/ocultas pueden sumarse al efecto total de las toxinas una vez consumidas. También hay un conocimiento limitado sobre el efecto exacto de múltiples micotoxinas; estos efectos pueden ser aditivos, sinérgicos o antagónicos (Whitlow et al, 2002). La mayoría de las micotoxinas ejercen toxicidad hepática y, por lo tanto, afectan la capacidad de desintoxicación de los animales (Akande et al, 2006).
Riesgos en los alimentos:
El riesgo de micotoxinas en los alimentos es muy amplio, ya que se están probando más materias primas, la presencia de micotoxinas se ha expandido a productos previamente considerados seguros. Por lo tanto, los efectos dependen de los niveles presentes, así como de los tipos presentes. Los posibles efectos negativos de estas toxinas también varían significativamente según la especie en consideración. Todas las especies de animales se ven afectadas por las micotoxinas, a menudo a niveles subclínicos (Zain, 2011). La sensibilidad a las micotoxinas también está estrechamente relacionada con el estado de salud del animal y cualquier interrupción en el metabolismo normal y la salud pone a todas las especies de animales en mayor riesgo de efectos negativos más severos.
Prevención
Aunque se puede tener cierto cuidado para prevenir la propagación de micotoxinas, esto es muy difícil de lograr, ya que muchas esporas de hongos están presentes en el suelo y permanecen allí hasta que las condiciones favorables permiten su desarrollo. Las esporas son muy resistentes y sobreviven durante largos períodos de tiempo bajo condiciones extremas, lo que dificulta su eliminación. Las prácticas de manejo pueden ajustarse para limitar la contaminación y el daño, aunque todas las especies de cultivos están en riesgo de desarrollar micotoxinas. Una vez que se ha producido el desarrollo, no se puede deshacer y solo se pueden tomar medidas reactivas para reducir el crecimiento del moho (y, por lo tanto, reducir la producción adicional de toxinas) y para reducir los posibles efectos de las toxinas en los animales utilizando aditivos como secuestrantes de micotoxinas/enzimas/inmunomoduladores etc.
Puntos a tener en cuenta:
- Las micotoxinas pueden ocurrir en cualquier materia prima, siendo las de origen vegetal las más en riesgo debido a las esporas de hongos en la tierra.
- La investigación continúa mostrando los impactos negativos de las micotoxinas en la producción y la salud en todas las especies de animales.
- Las interrupciones en el metabolismo y el estado de salud crearán un impacto negativo mayor de las micotoxinas.
- Aunque las micotoxinas no pueden eliminarse una vez presentes, existen opciones disponibles para reducir los efectos negativos que pueden tener en el rendimiento.
- Como para todos los aditivos, se recomienda que estos estén respaldados por datos científicos sólidos que demuestren su eficacia y seguridad.
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