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¿Entendemos y valoramos bien a las primerizas?

Las cerdas primerizas tienen más repeticiones, ¿por qué?

En el momento de la cubrición de las cerdas de una granja, y considerando sólo las primeras cubriciones, es decir, sin tener en cuenta las repeticiones, tenemos dos tipos de animales: cerdas primerizas y cerdas destetadas. Mientras las cerdas destetadas, en su práctica totalidad, vienen de un estado previo de catabolismo (pérdida de peso-condición corporal durante la lactación), lo que afecta negativamente a todo el proceso posterior, tanto de salida en celo como de mantenimiento de la gestación, las cerdas primerizas no tienen este condicionante previo y teóricamente se cubren en las mejores condiciones. Por tanto, sería esperable que estas cerdas tuvieran el mejor rendimiento.

Sin embargo, si analizamos los datos de la base de datos de PigCHAMP Pro Europa (300.000 cerdas), desglosando los resultados de las primeras cubriciones del año 2018 por nº de ciclo, encontramos lo siguiente:

Gráfico 1: Tasa de partos y % de repeticiones, 1ª cubriciones año 2018 (689.024 cubriciones), base de datos PigCHAMP Pro Europa (301.250 cerdas).
Gráfico 1: Tasa de partos y % de repeticiones, 1ª cubriciones año 2018 (689.024 cubriciones), base de datos PigCHAMP Pro Europa (301.250 cerdas).

Los dos primeros ciclos son los que presentan peor rendimiento, tanto en % de repeticiones como en su tasa de partos. En el segundo ciclo este comportamiento es esperable, puesto que las cerdas vienen de su primera lactación, donde es bien sabido que la pérdida de condición corporal suele ser mayor que en el resto de lactaciones. Sin embargo, en el primer ciclo, con cerdas teóricamente en una condición corporal y unas reservas de grasa óptimas, el resultado estaría por debajo de lo esperable.

Profundizando en el resultado de las cubriciones, a continuación se muestra la distribución por ciclo de los distintos tipos de fallos reproductivos.

Tabla 1- Pérdidas de gestación, 1º cubriciones 2018 (689.024 cubriciones), base de datos PigCHAMP Pro Europa (301.250 cerdas)

Ciclo 1 2 3 4 5 6 7+ Media
% Repeticiones 7,7 9,3 6,7 6,1 5,7 5.4 4,6 6,7
Intervalo medio de repetición (días ) 37,1 34,9 34,8 33,7 33,6 34.1 33,5 34,9
% Diagnóstico negativo 1,4 1,5 0,9 0,9 0,9 1,0 1,2 1,2
% Cerdas vacías a parto 1,2 1,0 0,8 0,7 0,7 0,7 0,7 0,9
% Abortos 1,6 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3 1.3 1,4
% Muertes 1,7 1,5 1,6 1,5 1,6 1,7 1.9 1,6
% Ventas 2,2 2,1 1,8 1,9 2,2 2,5 4.0 2,3

Las diferencias más apreciables entre las primerizas y las multíparas son:

  • Como se ha comentado, un mayor % de repeticiones y, además, un mayor intervalo medio de repeticiones. Es decir, en las primerizas hay más repeticiones entre 38 y 44 días post-cubrición y repeticiones tardías.
  • Relacionado con lo anterior, un mayor % de diagnósticos de gestación negativos también en primerizas: cerdas que han repetido y a las que no se les ha detectado el celo, o que han perdido la gestación tras la inseminación.
  • Por último, las primerizas tienen más pérdidas de gestación en la segunda mitad de la gestación: El % de abortos y de cerdas vacías a parto es mayor que en el resto.

A la vista de estos resultados, las posibles causas de este rendimiento por debajo del esperado son:

  • No entendemos del todo a las primerizas. Estas cerdas tienen algunas peculiaridades respecto a las multíparas: celos más cortos e irregulares, mayor dificultad para la detección del celo, mayores dificultades para la inseminación intrauterina. Posiblemente estas diferencias no son plenamente tenidas en cuenta.
  • No les damos toda la importancia que tienen. Las primerizas tienen la ventaja de no venir de una lactación previa, pero el inconveniente de tener que adaptarse a la patología existente en la granja de destino (incluso con autorreposición, es necesaria una cierta adaptación). En el momento de la agrupación de cerdas en gestación confirmada, estas cerdas tienen mayores dificultades. Para hacer la adaptación y el posterior proceso de estimulación correctamente, y para su adaptación a los alojamientos en grupo de gestación confirmada, se requiere no sólo de un protocolo bien establecido, sino de instalaciones suficientes y tiempo de trabajo. Esto no siempre se cumple, porque en ocasiones el ganadero no es plenamente consciente de las consecuencias de un incorrecto manejo de estos animales (no es infrecuente oír frases del tipo “voy a meter antes las primerizas a gestación, si tampoco pasa nada”). En este sentido, hay que tener en cuenta que:
    • Normalmente, las primerizas son el grupo más numeroso de la granja. Por tanto, un rendimiento menor del esperado en este grupo de animales afecta de forma notable al rendimiento global de la granja.
    • El rendimiento durante el primer ciclo está muy relacionado con el rendimiento global de la cerda (ver artículo "Ahora sí, ya podemos predecir el rendimiento de una cerda a partir de su primer parto"). Por tanto, si logramos un rendimiento elevado durante dicho primer ciclo, es muy probable que la cerda mantenga un rendimiento mayor durante el resto de su vida productiva.

A la vista de los datos, parece evidente que, en general, uno de los puntos en los que nuestro sector tiene margen de mejora, (pudiendo llegar a ser muy rentable), es en todo lo relacionado con el manejo de las futuras reproductoras de las granjas.

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