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La eficacia de las vacunas comerciales frente a circovirus porcino tipo 2 (PCV2) ha sido ampliamente demostrada gracias a la drástica reducción de la incidencia de las enfermedades asociadas a PCV2 (en inglés, porcine circovirus diseases, PCVDs) en condiciones de campo. De hecho, la utilización amplia y continuada de estas vacunas ha dado lugar, en la mayoría de las granjas, a un escenario de infección subclínica por PCV2, consiguiendo finalmente lotes seronegativos a edad de sacrificio. En todos los casos, parece que la vacunación frente a PCV2 es, en la mayoría de escenarios, económicamente rentable.
Actualmente, la edad más común de vacunación de los lechones frente a PCV2 es a las 3-4 semanas de edad (en torno al destete). Sin embargo, hay poca información disponible sobre si es ésta la edad a la que se obtiene el máximo rendimiento a través de la vacunación. Los factores a considerar para decidir el momento óptimo de vacunación frente a PCV2 son los siguientes:
Inmunidad maternal: está demostrado que los altos niveles de anticuerpos maternales (AM) en el momento de la vacunación pueden provocar una respuesta humoral a la vacunación inferior (interferencia con la seroconversión). Como referencia, esta interferencia se observa cuando los títulos de anticuerpos son > que 10 log2 IPMA (ensayo de inmunoperoxidasa en monocapa). Sin embargo, la respuesta inmune celular inducida por las vacunas no parece estar afectada por los niveles de AM. Con el fin de evitar dicha interferencia o para lograr una mayor eficacia de la vacuna, se debería retrasar la vacunación de los lechones. Esta situación se podría dar especialmente cuando se aplica una pauta vacunal en cerdas y lechones.
Madurez del sistema inmunitario del lechón: El grado de madurez del sistema inmune de un lechón recién nacido todavía no está claramente definido. Sin embargo, en un estudio se encontró que la vacunación de lechones de 5 días de edad y seronegativos a PCV2 indujo una inmunidad protectora frente a la posterior infección experimental de PCV2. Esto indica que, al menos a esa edad, el sistema inmune de los lechones ya es lo suficientemente maduro como para producir una respuesta inmune protectora. Sin embargo, a nivel de granja no es común encontrar lechones seronegativos a esa edad, debido principalmente a la preexistencia de AM.
Dinámica de la infección por PCV2: Por lo general, la viremia de PCV2 comienza al final del periodo de transición o al inicio del engorde, sin embargo, suele ser muy variable en función de la granja.También pueden ocurrir dinámicas de infección muy tempranas, y de hecho son consideradas como uno de los factores de riesgo de sufrir las PCVDs. Dichas circulaciones tempranas pueden ocurrir cuando las reproductoras no son estables. Por lo tanto, en estos casos se debería aplicar la vacunación en cerdas con el fin de lograr una temprana inmunidad protectora en los lechones. El porcentaje de lechones infectados por PCV2 al nacimiento suele ser bajo, aunque puede ser variable entre granjas y lotes. Sin embargo, en un estudio se describió una prevalencia de casi un 40% de viremia de PCV2 en sueros de lechones antes de tomar el calostro, en dicho estudio se evaluaron varias granjas con infección subclínica por PCV2. Dado que esta alta prevalencia no ha sido descrita en ningún otro estudio, podría considerarse una excepción. La transmisión horizontal es muy eficiente en los lechones susceptibles. Por lo tanto, es importante proteger a los animales (mediante la vacunación de las cerdas) antes de la infección. Además, se ha demostrado experimentalmente que la vacunación de lechones virémicos y seropositivos a PCV2 desencadena una respuesta inmune humoral y celular capaz de reducir la viremia de PCV2 después del desafío. Sin embargo, es muy probable que la eficacia de la vacunación de cerdos virémicos no sea tan buena como la vacunación de cerdos no virémicos con suficiente anticipación al momento de la infección.
Inmunosupresión: Cualquier factor que pueda causar inmunosupresión en el momento de la vacunación puede reducir la eficacia de la vacuna. Entre estos factores, se incluyen las infecciones secundarias o enfermedades concurrentes, la administración concomitante de otras vacunas, el estrés y la desnutrición.
El efecto de todos estos factores en la eficacia vacunal dependerá de la edad en la que se realice la vacunación. Aunque las vacunas frente a PCV2 se utilizan habitualmente en la mayoría de los sistemas de producción porcina de todo el mundo,hay pocos estudios publicados en los que se compare la eficacia de las vacunas frente a PCV2 en animales vacunados a diferentes edades. Por esta razón, se ha llevado a cabo un estudio para evaluar la eficacia de diferentes pautas vacunales frente a PCV2 aplicadas en lechones a distintas edades bajo condiciones subclínicas de infección. Los animales fueron vacunados a las 3, 6 o 10 semanas de edad con la misma vacuna. Además, un grupo de animales se mantuvo sin vacunar. Todos los cerdos se monitorizaron y sangraron en varios muestreos llevados a cabo desde las 2 hasta las 25 semanas de edad. En ese estudio, la vacunación frente a PCV2 a las 3 o 6 semanas de edad produjo unos resultados virológicos y serológicos similares. Ambas estrategias fueron eficaces, ya que fueron capaces de reducir significativamente el número de animales virémicos en comparación con el grupo no vacunado. Por el contrario, la vacunación frente a PCV2 a las 10 semanas de edad fue probablemente demasiado tardía, ya que coincidió con el inicio de la viremia de PCV2. Esta pauta vacunal no consiguió reducir significativamente el número de animales virémicos con respecto al grupo no vacunado.
En conclusión, la edad óptima para la vacunación de lechones sería la que combine la presencia de bajos valores de AM y el desarrollo post-vacunal de una inmunidad protectora frente a PCV2 antes de la aparición de la infección natural (Figura 1).
Figura 1. Determinación del momento óptimo para la vacunación de lechones frente a PCV2.
