En la producción porcina actual parte de los esfuerzos se dedican a obtener un número constante de cubriciones, partos, lechones destetados y a matadero, que nos permitan manejar de manera óptima los flujos de las granjas. Conocer y controlar las variables productivas y su variación es un objetivo clave de cualquier sistema productivo.
El análisis de datos de producción, obtenidos de forma continua en las granjas, requiere un procedimiento de análisis específico. A través del mismo, podemos conocer las características del proceso (los valores medios y su variación), los límites aceptables y si es un proceso controlado y por tanto predecible. En muchas ocasiones no es fácil determinar si las variaciones de resultados son debidas a la variabilidad intrínseca del proceso o existe algún factor que provoca un cambio fuera de los límites aceptables. Esto nos lleva a dos errores frecuentes:
- Actuar cuando no debemos (Error tipo I). El proceso varía dentro de lo que es normal y por tanto no es necesaria nuestra intervención.
- No actuar cuando se debe (Error tipo II). El proceso está dando señales de cambio y nosotros no lo percibimos.
Para comprender mejor el cálculo de los límites de un proceso, debemos recordar una de las leyes de las distribuciones normales en cuanto a la distribución de los datos; en la media (µ) ± una vez la desviación estándar (desv. std.o ) se encuentran el 68 % de los datos, en la media ± dos veces la desv. std. (µ±2 ) el 95 % y en la media ± 3 veces la desv. std. (µ±3 ) el 99 % de los datos. Estos últimos son los límites de normalidad habitualmente aceptados en la teoría del SPC.
El SPC (Statistic Process Control ó Control Estadístico de Procesos) nos proporciona el enfoque técnico y las herramientas estadísticas necesarias para que, una vez recogidos y tratados los datos, cualquiera que sea la fuente de variación en un proceso (los que ilustran este artículo están recogidos del programa PigCHAMP®), seamos capaces de identificar el origen de la misma. Como ejemplo, a continuación se muestran diferentes parámetros productivos de una granja en producción hasta el año 1997; en 1998 sufrió un brote de peste clásica que obligó al sacrificio de los animales y que reanudó la actividad en 1999. Para cada año se presenta la media y los límites de aceptabilidad (µ±2 ó 3 ) superior e inferior del proceso y la evolución de la media en el tiempo.
Nacidos Totales
La granja está estabilizada en 11.6 lechones antes de la despoblación. Tras el sacrificio y la repoblación no sólo baja la media, sino que además el proceso se hace menos estable debido a la mayor variabilidad en la prolificidad de las primíparas. Una vez superado el primer año y equilibrada la estructura de población, la granja supera la media anterior (11.8) disminuyendo la variabilidad obtenida en el año precedente.
Evolución de las bajas en transición y cebo
Se observa que en el año 97 la granja permanece estable, por debajo de un 4 %. Tras la repoblación, no sólo se incrementa la media hasta el 7 %, sino que el proceso se hace mucho menos predecible, con un rango de entre 3-10% En el año 2000 la situación aún empeora más, incrementándose la media hasta el 10 % y descontrolándose aún más el sistema, definiéndose como límites aceptables en este año cualquier valor entre el ¡1 y el 18 %!
Mortalidad en Lactación
El tercer gráfico se refiere a las bajas en lactación y quizá sea el más didáctico. En el año 97 la granja se mantiene en un 9 % de media y con unos límites de aceptación entre el 4 y el 14 %. En el primer año tras la repoblación, observamos que la media prácticamente no se altera, pero podemos afirmar que el proceso se ha hecho más inestable, ya que la variabilidad ha aumentado y el proceso es, por tanto, menos predecible. Los límites de aceptabilidad se amplían entre el 2 y el 17 %. Al año siguiente la media se incrementa hasta el 11 %, pero la variación es menor, es decir que el proceso es peor, pero es "uniformemente peor" con lo que resultará más fácil conocer si nuestras acciones correctoras surten o no efecto.
En base a la información que nos proporciona el SPC, una vez identificado el problema, deben ser tomadas las medidas correctoras oportunas en cada situación (manejo de la adaptación de primerizas, pautas vacunales, destetes precoces, manejo de la lactación, profilaxis vacunal o antibiótica, etc.) y tras un periodo de tiempo en el que debemos recoger los datos generados por la granja, volver a recalcular la media y los límites de aceptabilidad, saber si efectivamente el proceso ha cambiado, y en qué medida, a partir de nuestras acciones correctoras.
El SPC debe entenderse como una herramienta que nos ayuda a conocer nuestro sistema de producción, a definir los límites del mismo, a evaluar nuestras acciones correctoras y a establecer un sistema de mejora continua.