En la porcicultura italiana, la presencia de parques al aire libre es una realidad generalizada, sobre todo en las granjas más antiguas.
A través de una abertura en la pared, los cerdos pasan del interior al exterior. De este modo, los animales pueden elegir el entorno que consideren más adecuado.
Las cosas cambian cuando un trabajador entra en el corral: los animales se alteran e intentan huir saliendo al parque exterior (o viceversa).
Uno de los motivos por los que los trabajadores deben entrar en el corral es realizar la profilaxis vacunal.
Para efectuar una vacunación correcta es útil agrupar a los animales en un área limitada, utilizando tableros o mamparas, para evitar repetir el trabajo y tambien las persecuciones entre humanos y animales.
Cuando hay un parque al aire libre, es imprescindible reunir a los animales en uno de los dos espacios, y para ello se necesita una persona que mantenga la abertura cerrada con un panel.
Como la mano de obra siempre es limitada, he aquí la propuesta de este granjero: un panel de madera que se fija sobre el paso, para impedir que los cerdos crucen.
Sin entrar en largas descripciones, las fotos hablan por sí solas: a un lado del panel hay un soporte metálico que se apoya en las paredes laterales al que se suelda una barra roscada y al otro lado hay un perno con un asa que permite sujetar firmemente el panel contra la pared.