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Caso clínico: Salmonelosis

En la sala de gestación aparece una cerda muerta sin síntomas previos.

1 febrero 2001
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Descripción de la granja



El encargado de la explotación llama al veterinario para atender un caso de muerte de una cerda reproductora. Se trata de una explotación de ciclo cerrado con 175 cerdas LD x LW, para producción de cebo para matadero.

Como es propiedad de un carnicero, la granja fue creciendo en importancia a medida que las necesidades del propietario crecían, por lo que la disposición de las naves y la separación sanitaria no es posible, debido a este crecimiento errático.

Todos los cebones y lechones son recriados en la propia explotación, en naves que también fueron creciendo a medida que surgían nuevas necesidades.

La granja se encuentra rodeada por una valla de bloque, y en el recinto se entra a través de un portón con vado sanitario, que normalmente se encuentra lleno de agua, pero pocas veces con desinfectante.

Se utiliza la inseminación artificial y el suministro de agua se realiza mediante pozo propio, tratándose el agua con cloro líquido, el cual se dosifica con bomba dosificadora a la entrada de la misma.

Aparición del caso



La llamada del responsable de la explotación es por la mañana, para indicar que tiene una cerda muerta en la gestación, a la cual el día anterior atendió normalmente en sus tareas de limpieza y alimentación, si bien nos indica que no se levantó rápidamente a la hora de la comida, aunque tampoco le dio mucha importancia.

En esta explotación ya se habían atendido meses atrás problemas de pielonefritis en cerdas reproductoras, las cuales causaron en algún momento muertes súbitas de animales que se diagnosticaron posteriormente por necropsia y cuando se aplicó un tratamiento antibiótico general disminuyeron hasta desaparecer este tipo de problemas.

También se recomendó la cloración del agua, al provenir de pozo propio sin control sanitario, ya que se encontraron en varios análisis contaminaciones más o menos importantes. Por todo ello se pensó en un problema renal, como ya se había visto con anterioridad.

Visita a la explotación (Día 1)



Al llegar a la explotación se procede a realizar el examen post-mortem del animal y posterior necropsia. Se observa que la cerda presenta una coloración intensa en el abdomen, que parece que se repite, con menos intensidad en la punta de las orejas, pero como es invierno, y el animal ha estado varias horas a la intemperie, lloviendo y con frío, se entiende que parte de esta coloración es debida a los efectos post-mortem y a las bajas temperaturas.

No existe ningún otro signo externo que deba ser mencionado (en la explotación hubo casos anteriores de Clostridium, por lo que se observa si existe presencia de espuma en el hocico, o ligero prolapso anal, que pueda indicar presencia de clostridiosis, pero no la hay), por lo que se procede a realizar la necropsia.

En la cavidad torácica encontramos aproximadamente un 17 % de pulmón afectado con secuelas de micoplasmosis, pero se entiende que el hallazgo no es importante en relación a la causa de la muerte. El corazón, la pleura y el diafragma se encuentran en perfecto estado.

En la cavidad abdominal existe una ligera inflamación del intestino, con ciertos nódulos oscuros, pero tenues. No hay presencia de sangre. El bazo se considera ligeramente aumentado de tamaño, pero de color normal. La observación de los riñones no indica nada anormal, por lo que se entiende que no se trata de los problemas renales antes comentados y posiblemente tenga algo que ver el clostridium detectado en otras ocasiones.

Medidas preliminares



Se toman muestras de intestino y pulmón, para remitir a matadero.

Dado que se trata solamente de una cerda, y en la granja no hay otra sintomatología en ningún animal, se inyecta a los animales más cercanos a la cerda muerta con amoxicilina, y se realiza un lavado y desinfectado de la plaza de la cerda muerta y los alrededores de la gestación mediante el desinfectante habitual que se usa para el higienizado de las naves.

No se toman más medidas, hasta conocer los resultados de los análisis.

Visita a la explotación (Día 4)



Con los análisis en la mano, se visita de nuevo la explotación para atender dos muertes más, pero esta vez de dos lechones, uno de ellos con 5 semanas de vida, y otro con una semana de entrada en cebo. Ambos mueren en el mismo momento, y cuando se observan los cadáveres, el animal mayor presenta también una coloración abdominal intensa oscura, así como parte de las orejas. El pequeño muestra una pequeña zona coloreada, pero presenta también un mayor grado de timpanización.

En la necropsia no se aprecia ninguna otra característica específica a las ya comentadas para la cerda reproductora, con la salvedad de la presencia de una mayor cantidad de gas, sin corresponder con los problemas de clostridiosis agudos que se conocían y de que ambos lechones tenían también parte del pulmón afectado de micoplasmosis, sin estar afectada la pleura.

Como los resultados de la analítica anterior ya los tenían, y se detectó la presencia de E.coli y Clostridium, este último con abundante crecimiento, y sabiendo los antecedentes de la explotación, se medicó el pienso durante 15 días con Amoxicilina, la cual ya había solucionado este problema con anterioridad.

Visita a la explotación (Día 20)



Se avisa de nuevo al veterinario, a pesar de ya estar comiendo los animales el pienso medicado, siguen apareciendo nuevas muertes con síntomas parecidos, esta vez parece que más centrado en el cebadero, con los síntomas ya comentados, y los signos en las necropsias parecidos todos ellos. De nuevo se toman muestras de estos cadáveres se y manda realizar nuevas investigaciones de gérmenes que antes no se han tenido en cuenta.

Visita a la explotación (Día 28)



Con los nuevos análisis en la mano, se ordena retirar el último pienso medicado que queda en el silo con amoxicilina y se prepara uno nuevo con ácido oxolínico a dosis de 2 g/10 kg de peso vivo.

Dado que las muertes se suceden y no se puede cambiar la medicación inmediatamente, el tiempo que se invierte en cambiar los piensos, se aplica el tratamiento en el agua a la misma dosis, incorporando el alimento lo más pronto posible.

Solución del caso



A partir del momento en que se incorpora el nuevo medicamento, no vuelven a aparecer nuevos casos de muertes en cebones.

A los 30 días sin muertes, se suspende el tratamiento antibiótico y se da una semana de plazo sin medicación para comprobar la evolución del proceso. No aparecen nuevos casos y se abandona definitivamente la medicación tanto en agua como en pienso, volviendo a la normalidad el manejo de la explotación.

Comentarios



Debido a los antecedentes de la explotación y a los casos de muertes súbitas ya investigados con anterioridad, el primer diagnóstico "rápido" fue o bien pielonefritis o clostridiosis, pero al terminar la necropsia de la cerda, y posteriormente la de los lechones sin encontrar signos claros de ambos, se pensó en otros problemas intestinales asociados a alguna bacteria entérica.

El primer germen en que se pensó fue E.coli, el cual se encontró en varias explotaciones, provocando muertes en cebo, pero en estos casos los hallazgos en las necropsias fueron muy claros, con presencia de paredes gástricas engrosadas y exudado fibrinoso en el intestino, de color amarillento claro. En los cerdos no aparecían signos de este tipo, por lo que no se sospechó, al menos como agente principal, de E. coli.

Otro agente suficientemente patógeno como para producir muertes rápidas, y con síntomas externos que recordaban a una septicemia, eran las Salmonellas, por lo que en el segundo análisis pedimos una investigación de este germen, obteniéndose un resultado positivo.

De la misma manera, en el primer antibiograma la amoxicilina se revelaba como un compuesto capaz de acabar con el E.coli, pero que el segundo antibiograma se demostró que no tiene actividad frente a Salmonella, por lo que no se pudo controlar el foco que realmente estaba produciendo las bajas.

En un principio se sospechó de la casa de piensos que surte al granjero, de que hubiera habido contaminación en origen, pero como se controlaron más cebaderos con el mismo origen de alimentación y no se observó nada extraño, nos decantamos a que el foco hubiera penetrado en la explotación a través de los utensilios utilizados por el propio granjero-carnicero, ya que es él mismo el que lleva a los animales al matadero con su camioneta, el que los transporta a la carnicería, y el que hace todo el faenado con las mismas herramientas, lo que hizo pensar en que seguramente algún día no había realizado el lavado de la camioneta, y se había traído la infección del matadero.

Por otra parte la situación de los cebones no era la mejor, ya que en ese momento se presentaba un proceso ligero de neumonía, o enfriamiento, y coincidieron varios partos de cerdas primerizas a los cuales se les tuvo que inyectar varias veces al aparecer algún problema de epidermitis exudativa, lo que pudo llevar a pensar que el momento inmunológico de la granja no era el mejor.

Si a todo ello se le suma el hecho de que no había forma de realizar un buen control sanitario, debido a la construcción de las naves, se puede entender que el foco principal se hubiera extendido poco a poco a bastantes animales en la explotación.

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