Salmonelosis en granja
En el cerdo, la salmonelosis puede presentarse durante cualquier etapa de su vida, pero son los animales de edades comprendidas entre las 3 semanas y los 4 meses el grupo que presenta un mayor número de casos clínicos. La baja frecuencia de salmonelosis en los lechones lactantes y de transición presumiblemente resulta de cierta inmunidad calostral y de la escasa transmisión de madre a hijo. Los adultos son relativamente resistentes ya que han ido sufriendo infecciones subclínicas que han generado en muchos casos inmunidad. En las granjas porcinas la infección es más común que la enfermedad puesto que , en muchas ocasiones, los cerdos pueden ser portadores asintomáticos y no sufrir ninguna manifestación clínica. Sin embargo, ciertas condiciones como el estrés, enfermedades, mala nutrición y una pobre higiene, puedan provocar la aparición de la enfermedad.
La prevención de la salmonelosis en las granjas porcinas se fundamentará en dos pilares básicos: evitar las fuentes de contagio y evitar la diseminación de la infección una vez ésta ha entrado en la granja (Stark et al., 2002). Tradicionalmente, las principales fuentes de contaminación para los animales han sido los piensos, bien fuese por que ya estaban contaminados en origen (relativamente frecuente en los piensos cárnicos), bien por contaminaciones sobrevenidas. Con la prohibición de los piensos cárnicos, las contaminaciones de materia prima puede que sean menos frecuentes; sin embargo el riesgo de introducción de Salmonella por esta vía aún es considerable. Con respecto a esto cabe considerar dos puntos críticos de contaminación: la maquinaria industrial empleada para la elaboración de piensos y los sitios de almacenaje de estos piensos, particularmente si a ellos pueden tener acceso ratas u otros animales que pueden ser portadores de Salmonella.
En relación al proceso de producción serán elementos clave la temperatura que se alcanza durante el proceso de pelletización, puesto que la alimentación con pienso extrusionado se ha relacionado con una mayor pervivencia de salmonelas, y la correcta limpieza y desinfección de todos los conductos de la maquinaria. Una medida adicional es la adición de acidificantes orgánicos al pienso (p.ej. ácido láctico, etc.) cuyo efecto positivo en la reducción de Salmonella está ampliamente demostrado.
Como elementos imprescindibles en la prevención de la infección figurarían además la desratización y la cloración del agua de forma sistemática. Otra fuente posible de contaminación son los pájaros, por lo que se deberían instalar telas o rejas que impidiesen su acceso y revisar el estado de las mismas de forma periódica.
Por otra parte, la prevención de la diseminación resulta más difícil de conseguir. Como norma genérica debe considerarse un sistema de manejo todo dentro/todo fuera con estricta higiene de los corrales. La limpieza de las fosas de purines será otro elemento sustancial para este fin. Otro sistema que podría emplearse para disminuir las tasas de diseminación es la competición exclusiva. En esta estrategia se basa en la utilización de bacterias apatógenas que compiten con Salmonella por un nicho ecológico en el intestino. Este sistema se ha utilizado con éxito en pollos y los datos preliminares indican que podría ser exitoso en cerdos (Fedorka-Cray et al., 1999).
William Mejía. Facultat de Veterinaria. UAB. Barcelona. España.
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