Para llevar a cabo un control efectivo de roedores en la granja, es necesario implementar un sistema de manejo integrado frente a plagas. Como se ha comentado en un artículo previo, estos sistemas incluyen sanitización, construcción resistente a roedores y reducción de la población. En este artículo se hará una mención de la necesidad de una correcta sanitización, así como pautas generales en la construcción y mantenimiento de instalaciones resistentes a roedores.
Sanitización

La mayoría de productores de porcino deben soportar una cierta población de roedores en sus instalaciones. Los productores deberán mantener los piensos en instalaciones resistentes a roedores, si es posible. El pienso ensacado deberá mantenerse en palés con suficiente espacio a su alrededor y debajo del material almacenado a fin de facilitar su inspección y la instalación de trampas o cebos.
Construcciones a prueba de roedores
Una forma duradera de control de roedores es mediante una “expulsión” por eliminación de todas las aperturas a través de las cuales éstos pueden penetrar en el edificio. Cuando sea factible, es necesario construir a prueba de acceso a roedores todos los lugares en los que el pienso sea almacenado, procesado o utilizado. Las ratas pueden penetrar cualquier orificio superior a 1,3 cm de diámetro, mientras que los ratones pueden atravesar orificios superiores a 0,7 cm. Para prevenir estas entradas, se deberá sellar todo orificio con material duradero (como fibra de acero, un buen taponador temporal). A fin de cerrar aperturas o proteger otras áreas susceptibles, se deberá utilizar material como hormigón, láminas de metal galvanizado, aluminio o ladrillo, mientras que materiales como láminas de material plástico, pantallas, madera o látex (u otras sustancias susceptibles de ser roídas) no se consideran adecuados.
Las aperturas alrededor de los tornillos sinfín, conducciones y alambres en los puntos en que penetran las estructuras de la granja deberán ser cerrados con mortero, ladrillos o juntas metálicas. Un punto de entrada común de roedores en las instalaciones es a través de las terminaciones no protegidas de corrugados. Si no se bloquean con metal o mortero, estas aperturas proveen de un fácil acceso a los espacios entre paredes y al interior del edificio. El látex o el vinilo son fácilmente roídos por ratas y ratones, por lo que no constituyen una solución óptima para tales situaciones. Toda instalación deberá ser diseñada o modificada de forma que las terminaciones metálicas acaben directamente contra los umbrales de las puertas o en los cimientos.
Puertas, ventanas y pantallas deberán ajustar perfectamente. Puede ser necesario cubrir los bordes con metal a fin de evitar la entrada de roedores mediante roído. Según la edad y tipo de construcción, puede no ser posible adecuar el edificio a prueba de roedores. En tales casos, se deberá tener aún más en cuenta otros medios de control, si cabe. Las ratas pueden desalentarse a cavar cerca de los cimientos si se coloca una capa de grava gruesa alrededor de su perímetro. Esta grava deberá ser de, al menos, 2,5 cm de grueso y disponerse en un ancho de unos 60 cm, con una profundidad mínima de 15 cm. El excavado de las ratas bajo las capas de hormigón o cimientos de las paredes también puede evitarse instalando una lámina metálica de 1,3 cm de grosor, enterrada, profundizando unos 30 a 45 cm con un doblez en el fondo extendiéndose hacia el exterior de la instalación unos 30 cm.

Sígfrid López y Carmen Valverde. Adiveter s.l. España.