Síndrome reproductivo y respiratorio porcino (virus ARN)
Esta enfermedad continúa siendo la de mayor costo en la industria porcina americana con pérdidas de USD 664 millones anuales, suponiendo pérdidas que van hasta los USD 580,68 o 663,91/cerda. En Canadá valoran las pérdidas anuales en USD150 millones. Desafortunadamente, continúan ocurriendo nuevos casos clínicos en granjas de reproductoras lo que, además de producir las mencionadas pérdidas económicas, afecta psicológicamente a todas las personas implicadas y al bienestar de los animales. En numerosos trabajos ponen la atención en la bioseguridad como primera medida, centrada en entradas y salidas de animales, camiones de animales y alimento, visitantes (mínimo 72 horas después de haber visitado otra granja) y personal de la granja con ropa especial de la granja, cerramientos de granja externos e internos, vacíos sanitarios, tratamiento de cadáveres, tratamiento adecuado del agua, entrenamiento anual del personal de las granjas en bioseguridad, conocimiento de la situación sanitaria regional y de la proximidad a otras granjas de riesgo, así como controles preventivos laboratoriales. Los planes de futuro incluyen el manejo de los cerdos muertos, mejoras de ventilación, doble cerramiento de puntos de entrada a granjas y secuenciación genómica.
En las estrategias de control, es troncal identificar las áreas y granjas de alto riesgo de transmisión estimando, en numerosos estudios sobre 2293 granjas, que la máxima distancia espacial se ha incrementado en los últimos años, pasando de los 15,3 km de 2018, a 17,6 km en 2019 y los 18 km en 2020. Los galpones de engorde de cerdos juegan un papel importante en el mantenimiento de la circulación del virus, aumentando el riesgo en granjas con mayor trasiego de animales entre fases de producción, mayor número de puntos de acceso a la granja y más días en los que las temperaturas se mantienen entre 4-10ºC.
Los protocolos de tomas de muestras para evaluar la actividad del virus son numerosos, y se han discutido extensamente. En la mayoría de los casos se centran en detectar el patógeno a ciertos niveles, como el caso más frecuente tomando muestras de 30 lechones a tiempo fijo, con un 95% de confidencia cuando la prevalencia es 10% o mayor. El uso de muestras de sangre, fluidos orales, fluidos procesados o muestras de lenguas de animales muertos son las más utilizadas. La frecuencia de toma de muestras es crítica. Debemos considerar el momento en que tomamos las muestras después del comienzo de un foco asociado al análisis de los parámetros productivos y la clínica en la granja, que suele empezar con anorexia, abortos que pueden iniciarse una o cuatro semanas antes, momificados en alguna semana previa al cuadro, cerdas muertas. En un estudio sobre numerosos cuadros clínicos, el principal signo clínico es la presencia de abortos, pudiendo aparecer hasta cinco semanas previas al tiempo en que detectamos la enfermedad (TTDD). Los métodos más comunes, para estimar el tamaño de muestra para detectar el agente se basan en procesos binomiales.
Para entender la circulación del virus en granjas de cerdas es importante aumentar la eficacia de las estrategias de control y la eliminación del agente. En la fase uno se hace hincapié en la importancia de diferenciar la transmisión vertical de la horizontal, de forma que, en algunos estudios longitudinales, podemos detectar el ARN viral mediante RT-qPCR en las muestras de lengua de lechones tanto nacidos muertos como muertos en lactación (entre 60-80% de los lechones mueren en la primera semana de vida). Los positivos y el menor valor Ct en muestras de lengua de lechones entre 2-7 días de vida tienen una mayor relevancia que las muestras de sangre y fluidos orales en lechones de ese grupo de edad, siendo el mejor indicador de la circulación del virus en la gestación, soportando la hipótesis de la transmisión vertical de las cerdas a los lechones. Contrariamente, el resultado negativo a PCR de dichas muestras sugiere que los lechones nacidos son negativos y apuntan a posteriores infecciones laterales en caso de clínica. En caso de baja prevalencia debemos reconsiderar el tipo de muestras que analizamos para no hacer interpretaciones erróneas de la circulación del virus en la granja. El valor Ct es inversamente proporcional a la cantidad de virus en la muestra, aportando una impresión semi cuantitativa. Es posible tener falsos positivos como consecuencia de contaminaciones cruzadas y errores de laboratorio por lo que, en dicho caso, lo preciso es volver a realizar un nuevo análisis tomando muestras de los mismos animales. Muestras con Ct >35 no es preciso repetirlas.
Es bien conocido como los cerdos pueden excretar el virus de forma intermitente, por lo que la prevalencia tanto en lechones individuales como en sus camadas pueden variar, así como la prevalencia entre departamentos – corrales, por lo que debemos tener precaución al extrapolar los resultados desde un corral a otro y de una semana a las siguientes. Por ello, se recomienda tomar muestras de diferentes corrales y repetirlas en el tiempo para tener una mejor visión de la actividad del virus PRRS. En el caso de toma de fluidos orales mediante cuerdas es importante tener en cuenta el comportamiento de los lechones con las mismas, que se ve afectado tanto por el número de lechones por lote como por el número de cuerdas por corral.
El programa de entrada de cerditas negativas en granjas positivas requiere de disponer de unidades específicas para su aclimatación, vacunación con vacunas vivas modificadas y tiempo suficiente para la excreción del virus vacunal (>9 semanas) antes de entrarlas en producción, así como disponer de medios para su monitorización posterior diferenciando el virus campo del virus de la vacuna. Ponen varios ejemplos de los programas realizados por grandes compañías americanas (Hanor y Pipestone) donde se aseguran de entrar cerditas negativas (valorar sensibilidad y especificidad en toma de muestras a entrada) y detección temprana de nuevos virus emergentes. La inmensa diversidad genética del virus y el uso de vacunas vivas modificadas que se pueden replicar en animales vacunados por largos periodos de tiempo son factores que facilitan la transmisión a animales no protegidos, además de poder originar recombinaciones con virus campo.
Secuenciar el virus es factible, pero depende de la concentración de virus en la muestra, requiriendo al menos 2000 nucleótidos (el genoma completo del virus tiene unos 15 100 nucleótidos). La secuenciación genómica nos permite diferenciar si el virus de la muestra es campo o de la vacuna. La secuenciación Sanger no es la óptima para identificar definitivamente la presencia de solo un virus campo o virus vacunal en una muestra en casos de infecciones mixtas cuando las dos secuencias están presentes derivado de su dificultad de detectar más de una secuencia vírica y tampoco puede indicarnos si procede de una recombinación de dos cepas de virus. Las técnicas para detectar el virus de la vacuna no excluyen la presencia de otras cepas de virus tanto campo como de cualquier otra vacuna, ya que son cepa-específicas. Una diferencia de 6 Ct, o más, sugiere que dos virus están presentes en la muestra, precisando de una prueba adicional o secuenciación CLAMP como la técnica de elección, pudiendo ser una potencial cepa recombinante o una infección entre una cepa campo y de la vacuna. Cuando sospechamos de un virus recombinante o cuando la secuencia ORF5 está entre 96-97,9% de homología a la cepa de la vacuna y necesitamos una confirmación, sugieren el uso de los métodos de secuenciación genómica para clarificarlo (NGS – Next generation sequencing). La ORF5 es el fragmento del virus con mayor diversidad genética, que es la que se suele secuenciar vía Sanger, e incluye 604 nucleótidos del PRRSv-2 americano y 606 nucleótidos del PRRSv-1 europeo, que representan tan solo el 4% del genoma. Solo NGS es capaz de secuenciar todo el genoma del virus, pudiendo, además, detectar si hay múltiples cepas presentes en la misma muestra. Sabemos que más de una cepa del virus pueden infectar simultáneamente a los cerdos y pueden circular al mismo tiempo en una población de animales y en una granja. Demuestran que muestras con valor Ct <22 son las recomendables para recuperar la secuencia completa del genoma viral. En un estudio sobre 20 granjas problema llegaron a la conclusión que la presencia de cepas de virus recombinante provocó pérdidas de +1,8 lechones/cerda que cepas no recombinantes. Al mismo tiempo, el periodo para que la granja vuelva a su estabilidad fue menor cuando se detectó solo una cepa frente a dos y tres.
Los determinantes genéticos de la virulencia y de la protección aún no están claros del todo, por lo que se precisa seguir investigando al respecto para conocer mejor la epidemiología del virus, interpretar los resultados diagnósticos y poder tomar decisiones más precisas que nos permitan continuar trabajando en minimizar el impacto económico de los cuadros infecciosos en la práctica. Las cepas del virus PRRS 2 americano se han dividido en 9 líneas (1 a 9) para definir mejor las nuevas secuencias del virus, llegando a la conclusión de que unas predominan más que otras a lo largo de los últimos años.
La persistencia del virus en el suelo donde echamos el purín es una evidencia y supone un riesgo de transmisión, pudiendo ser capaz de llegar a las aguas subterráneas. En un estudio concluyen que el tipo de suelo es determinante para la persistencia del virus, demostrando su capacidad de percolación junto a la de otros virus como poliovirus, coxsachievirus y echovirus.
La vacunación de reproductoras con vacunas vivas modificadas no está exenta de riesgo. Algunos trabajos demuestran su impacto en parámetros reproductivos como tasa de repeticiones y tamaño de camada, a causa de su persistencia en tejido linfoide después de la vacunación, lo que es preciso considerar dependiendo del estado de la granja frente a virus PRRS y el riesgo de transmisión.
El ozono no demuestra una eficacia completa en la inactivación del virus del PRRS, debiendo continuar estudiando el tiempo de contacto y la dosis utilizada.
Coronavirus. Diarrea epidémica porcina (Virus ARN)
The time is now to eliminate porcine epidemic diarrhea virus (PEDV) – Paul Yeske
Si podemos eliminar enfermedades, tendremos ventajas sobre ellas y sus consecuencias productivas. Desde el primero de mayo de 2013, la incidencia de diarrea epidémica porcina (DEP) ha sido elevada, con un pico durante los dos primeros años con un continuado descenso de casos hasta el momento, con ligeros repuntes año tras año, tanto en cerdas reproductoras como en lechones y engorde. En 2022 hubo un incremento en ambas fases, con cuadros de delta coronavirus. La prevalencia de gastroenteritis transmisible es prácticamente inexistente después de los positivos entre 2008-2013 y un ligero repunte en 2019.
El impacto de los brotes de DEP da lugar a pérdidas del 20% de los lechones. La importancia del transporte de animales en la transmisión del coronavirus de la DEP se ha demostrado transcendental. La permanencia del virus en purines es elevada en el tiempo, así como es factible la transmisión del coronavirus por el personal que trabaja en la granja y visita otra granja (el virus se ha detectado en nariz y oído). Su capacidad de persistencia le hace complicado de eliminar y se ha utilizado la despoblación/repoblación en numerosas ocasiones para negativizar la granja. En otros casos han realizado contaminación con heces a cerditas de reposición y todas las reproductoras de la granja para estabilizar el problema a pie de granja. Lo deseable sería observar signos clínicos en el 100% de los animales infectados, aunque con un 70% lo estiman como suficiente.
Despoblar la lechonera temporalmente, utilizar el protocolo McRebel y la limpieza estricta de gestación y partos a los 30 días posteriores de la exposición ha aportado resultados positivos, aunque no es la panacea. Es posible observar algún aborto después del feedback. Los signos clínicos de control se basan en la reducción de diarreas en todas las fases de producción y en el descenso drástico de la mortalidad en los lechones.
En un ejemplo de un sistema productivo con un millón de lechones, el cuadro clínico de este año les ha provocado un 1,2% y 11,0% de mortalidad en lechones y engorde respectivamente. La mortalidad en los lechones destetados va del 2,7 al 10,3% en los diferentes brotes observados. Consideran esencial realizar vacíos sanitarios estrictos entre bandas. La separación de los sistemas donde se produce la contaminación cruzada entre animales, personas y vehículos es importante. El control de la infección en las cerditas de reposición es esencial, ya que su infección temprana afectará a su productividad tanto del primer parto como del resto de su vida. La excreción del virus posterior a la infección es de hasta 21 días. Es necesario aprovechar la estacionalidad (verano) para el control y eliminación del virus.
PEDV exposure, a tool for elimination – Karine Talbot
En Manitoba (Canadá) la incidencia de casos desde 2017 (80) ha sido importante, con un pico en 2021-2022 (128 casos) y mínimo en 2020 (3), con picos entre los meses de abril y agosto. Reportan los casos de DEP a nivel provincial, siendo muchos de ellos devastadores. En una radio de 50 km se concentraron la mayoría de los focos infectando a unas 101 000 cerdas en 128 centros de producción. Las medidas de bioseguridad y biocontención son críticas para el control, precisando comunicación y colaboración entre todos los actores implicados (granjeros, veterinarios, transportistas, administración). Las condiciones climáticas del invierno 2021-22 fueron decisivas en la presentación de los casos de diarrea epidémica. El manejo del problema de DEP en Manitoba no es una decisión individual sino una decisión de grupo de productores en las zonas de alto riesgo, por lo que crearon para el futuro un Grupo de Trabajo frente a DEP (representantes de los productores, veterinarios, integradores, productores independientes y jefes de la oficina provincial de veterinarios). La pregunta que se hicieron fue si haciendo exposición frente al virus a las cerditas de renuevo en las zonas de alto riesgo, podrían controlar los problemas en los siguientes dos años. Pero el problema surge en dónde y cómo hacer la exposición de esas 50 000 cerditas anuales en el sudeste con diferentes sistemas de producción, diferentes genéticas y orígenes. Para ello necesitan elevadas y constantes medidas de biocontención en cada unidad de reposición, considerando que la aclimatación previene las mayores pérdidas, pero no evita que se puedan infectar después, además de que debería ser un flujo único.
Experiences in removing planned PEDV exposure to acclimatization in a large commercial production system – Lauren Glowzenski
Expone su experiencia en TriOak Foods en granjas de Iowa - Oklahoma (74 000 reproductoras). En numerosos casos llegan al 100% de mortalidad en varias bandas de lechones lactantes, donde el problema se ha hecho endémico. Han encontrado numerosas cepas del virus, además de DEP, deltacoronavirus y la variante S-Indel DEP. El virus se transmite por vía oro-fecal mediante contaminación horizontal, fómites, transporte y personal. El riesgo de transmisión por aves acuáticas que van de fosa de purín a fosa de purín o de silos de alimento abiertos a otros silos de alimento entre granjas se debe considerar. En lechones, los signos clínicos son diarrea líquida acuosa con elevada mortalidad y en cerdas adultas, diarrea acuosa, letargia, vómitos y anorexia. El diagnóstico lo centran en diferentes PCR´s en heces, tejido intestinal y fluidos orales (múltiple, diferencial y cuantitativo). La aclimatación de cerditas exponiendo las mismas al virus con heces o lechones de entre 6-12 semanas la utilizan como norma. A las 10 semanas de la contaminación estiman que ya han excretado el virus. Dicha práctica tiene algunas limitaciones, como que no previene los cuadros en lechones, ya que la inmunidad maternal no es suficiente. Tuvieron dos cuadros agudos a pesar de la aclimatación. Otra limitación es que no hay protección cruzada a las diferentes cepas, por lo que decidieron parar la aclimatación mediante feedback y construir una unidad de desarrollo de futuras reproductoras fuera de las granjas, ya que suponía riesgos de bioseguridad y mantenimiento del virus en la granja y rebrotes en el área de lactación. Desde 2020, momento en que tomaron dicha decisión, a 2022, el 28% de sus sistemas (20 000 madres) tuvieron brotes de DEP perdiendo la producción de 4-6 semanas, especialmente en zonas de alta densidad.
La mortalidad del virus en lechones lactantes llega al 100% durante varias semanas, guardando relación inversa con el nivel de anticuerpos de que dispongan las madres en el momento del parto. La mortalidad en lechones después del destete, posterior a un cuadro de diarrea epidémica en lactación, es superior (4,48%) y se observa una pérdida de peso de entre 400-450 g. La gravedad es mayor en los meses de otoño e invierno, en lechones destetados a edad más temprana y en lechones en infecciones mixtas con virus PRRS.
Virus gripe (Virus ARN)
El virus de la influenza se distribuye mundialmente, teniendo una capacidad de transmisión bidireccional entre cerdos y personas. Demuestran que la higiene de las manos es importante para reducir la transmisión del virus en ambos sentidos. El virus en endémico en Estados Unidos y es el que más contribuye al Complejo Respiratorio Porcino. Los lechones destetados son un grupo sensible para la infección, reinfección y transmisión tanto en la fase dos como en los sistemas wean to finish. A causa de su variabilidad genética, son difíciles el control y prevención de la enfermedad. La supervivencia del virus es importante para determinar infecciones y se puede determinar en laboratorio a partir de exudados nasales y fluidos orales. Después de una infección, podemos observar signos clínicos a los dos días y desaparecer a los 4-8 días. El virus se detecta rápidamente por PCR en fluidos orales. La vacunación de las cerdas provoca la presencia de anticuerpos maternales durante mayor tiempo que si no se vacunan. La excreción viral después de la infección en otros estudios es variable (57 días), siendo los lechones destetados susceptibles a repetir la infección por largos periodos de tiempo. La vacunación conjunta de madres y lechones no nos deja claro dicha mayor o menor susceptibilidad.
Desde febrero 2022 han muerto más de 40 millones de pollos en norte américa por la infección del virus influenza aviar H5N1 HPAI 2.3.4.4b Guangdong. En algunos estudios demuestran que dicha cepa no origina ni lesiones en aparato respiratorio inferior ni clínica en cerdos.
El virus gripe, al infectar células epiteliales del tracto respiratorio, origina bronquitis necrótica y bronquiolitis. La mucina actúa como protectora de dichas mucosas, pudiendo servirnos de referente como biomarcadores de la infección, especialmente la mucina 4 (MUC4), que interviene en la apoptosis y proliferación epitelial. Dicha MUC4 se ve incrementada al originarse las lesiones bronquiales.
Las principales coinfecciones en cuadros de gripe en EE.UU son derivadas de Pasteurella multocida, Glaesserella parasuis, Mycoplasma hyorhinis y Streptococcus suis.
Circovirus (Virus ADN)
La respuesta de anticuerpos posterior a la vacunación nos permite evaluar los protocolos vacunales. La inmunofluorescencia (IFA) se considera la técnica “gold estándar” para tal fin en sueros. Más recientemente, el test ELISA se ha evaluado como más sencillo y barato, demostrándose estar al nivel de IFA en cuanto a sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo, valor predictivo negativo y porcentaje de acuerdo. Están propuestos 9 genotipos del PCV2. La mayoría de las vacunas están basadas en PCV2a, como genotipo predominante, existiendo una protección cruzada considerable frente a cepas heterólogas, reduciendo la viremia. Las vacunas combinadas PCV2a + PCV2b mejoran la ganancia media diaria, incrementando la cobertura frente a cepas PCV2d.
Exponen varios trabajos sobre la eficacia y seguridad de la recién aprobada vacuna trivalente frente a PCV2a, PCV2b, Mycoplasma hyopneumoniae y Lawsonia intracellularis, que se aplica a los lechones a las tres semanas de vida.
El PCV2 se ha demostrado que modifica su dinámica de infección a lo largo del tiempo, por lo que es preciso realizar estudios de laboratorio longitudinales para analizar la situación clínica y adaptar los programas de vacunación.
Peste porcina africana (Virus ADN)
Han desarrollado numerosos planes de contingencia para evaluar riesgos de forma proactiva para evitar la entrada del virus de la Peste Porcina Africana (PPAv) en EE.UU que incluyen, además del movimiento de animales vivos, el de semen y embriones. Actualmente la inseminación artificial se utiliza en más del 95% de las granjas de porcino, siendo el semen una de las posibles principales vías de diseminación del virus. Dicho virus se puede localizar en las gónadas de los verracos, donde la clínica es tanto menor cuanto mayor es su edad, por lo que es crítica la detección temprana. Realizaron un estudio inoculando a cuatro verracos adultos vía oronasal con 10 ml de suspensión de bazo conteniendo 105 unidades (HAU50) por ml del PPAv CEPA Estonia 2014 en la isla de Riems (Alemania), recogiendo el semen e inseminando 10 cerditas dos veces con 3000 millones de espermatozoides, que posteriormente faenaron. Aislaron el virus en semen, sangre, bazo y tracto reproductivo de verracos y cerdas inseminadas a partir del día dos después de la infección por pruebas comerciales de PCR tanto en sangre como en semen y fluidos orales. El periodo de incubación del virus va de horas a pocos días.
En estudios de modelización sobre la introducción y control del virus de la PPA en granjas comerciales en EE.UU, realizados mediante modelos estocásticos espacio-temporales (PigSpread), determinan que la ruta predominante de diseminación es el movimiento de cerdos entre granjas con un 71,4% de contribución, mientras que el movimiento de vehículos es menos crítico, con un valor de 14,5%. Identifican un riesgo potencial de llegar a distancias de hasta 494,24 km. La combinación de medidas de cuarentena, despoblación de granjas detectadas positivas, restricción de movimientos y despoblación de granjas en contacto, suponen el 74% de las medidas eficaces durante los 140 días posteriores al foco primario.
Vietnam reportó su primer foco de PPA en febrero 2019, perdiendo aproximadamente un 20% de su censo. En 2022, utilizó la primera vacuna desarrollada en Estados Unidos sin buenos resultados, poniendo el foco en las pruebas de análisis y faena o programas de despoblación parcial, lo que tampoco les ha dado buenos resultados al mantener los animales en las granjas demasiado tiempo. Aprobaron el análisis por PCR a tiempo real de muestras individuales de sangre, aunque dicho método no evita el riesgo de excreción y diseminación del virus. Ensayan un método diagnóstico más rápido a partir de exudados orales transportados por un nuevo medio molecular llamado PrimeStore MTM que estabiliza e inactiva el agente infeccioso, sin obtener un nivel de sensibilidad elevado (62,5%) con un 100% de especificidad comparado con muestras de sangre.
Mycoplasma Spp
Muchas granjas están realizando programas de eliminación de Mycoplasma hyopneumoniae mediante exposición y cierre de 240 días con buenos resultados, a lo que suman planes terapéuticos con tilmicosina durante 16 semanas a 200 ppm. Los principales parámetros que mejoran son el crecimiento diario en lechones destetados y engorde, así como la mortalidad en ambas fases.
La identificación de la bacteria mediante aislamiento en cuadros clínicos no es sencilla, utilizan técnicas de PCR para detectar su ADN, siendo muy estable en el medio ambiente y resistente a la degradación. Por ello, no hay una relación directa entre la viabilidad de la bacteria y su aislamiento por PCR, por lo que, en ciertos escenarios, la interpretación del diagnóstico es incierta. Dependiendo de la técnica de inactivación, su identificación será más o menos precisa, lo que hace que, si estamos realizando tratamientos antibióticos, se complique el diagnóstico.
Han identificado la mutación de cinco diferentes genes en Mycoplasma hyopneumoniae como responsables de la aparición de resistencias a ciertos antibióticos.
Lawsonia intracellularis (Ileitis) Gram -
Lawsonia intracellularis es una bacteria intracelular obligada, que causa enteritis proliferativa con tres manifestaciones clínicas conocidas: crónica, llamada adenomatosis intestinal porcina, aguda o enteropatía hemorrágica porcina y forma subclínica, siendo esta última la que tiene un mayor impacto económico. Tenemos vacunas eficaces para su control que nos permiten mejorar los parámetros zootécnicos (ganancia media diaria, índice de conversión y mortalidad). Estudios recientes demuestran la posibilidad de detectar IgA e IgG en fluidos orales y suero de animales infectados. La IgA tiene un papel importante en la protección de la superficie de la mucosa intestinal. En la vacunación oral se observa una elevada producción de IgA, fundamentalmente en fluidos orales de forma mantenida, siendo menos consistente en sueros.
Los fluidos orales se han utilizado recientemente en el diagnóstico por PCR para la detección de anticuerpos con un 100% de especificidad y un 84,6-88,5% de sensibilidad frente a IgA e IgG respectivamente. La técnica en fluidos orales es 2,5 veces más precisa que en heces.
Streptococcus suis (Gram +)
Streptococcus suis es la bacteria responsable de un número significativo de bajas en lechones, además de ser una bacteria facultativa anaerobia que forma parte de microbiota, pudiendo causar meningitis, artritis, endocarditis, septicemia y neumonía en cerdos de diferente rango de edad, siendo más común entre 5-10 semanas y con mortalidades del 14%. En un estudio sobre 2100 casos en EE.UU donde aislaron la bacteria a partir del sistema nervioso central, encontraron evidencias de meningitis que confirmaron por histopatología en la mitad de las muestras. Fueron cinco los serotipos prevalentes que causaron meningitis en el 64% de los lechones: serotipo 1 (17%), serotipo 7 (13%), serotipo 2 (11%), serotipo ½ (9%) y uno no tipificado por coaglutinación (14%). La incidencia por estados era variable, teniendo en un 10% de los casos la identificación de dos serotipos juntos, con solo un 3% con más de dos. El 65% de los casos tienen lugar antes de las 7 semanas de vida, donde el serotipo 1 muestra un pico a las 3 semanas de edad, los serotipos 7 y ½ a las cinco y el serotipo 2 a las 8 semanas de vida. Muestran resultados muy variables del uso de autovacunas, en parte por la inadecuada selección de la cepa. En Europa y Asia, el serotipo 9 ha incrementado su prevalencia, donde incluso en los Países Bajos están desarrollando un proyecto en dos fases para conocer mejor la genética de este serotipo 9 y evaluar su prevalencia. Se han validado técnicas de PCR a tiempo real con elevada sensibilidad y especificidad, necesarias para conocer la dinámica de la enfermedad, a lo que hoy conocemos como enfermedad asociada al Streptococcus suis (DASS). En diferentes estudios, la prevalencia de las granjas en lechones recién nacidos va del 20% al 70%, con una reducción de la prevalencia al día 7 (18-45%) causada por el efecto del calostro y con un significativo aumento al momento del destete. La prevalencia entre granjas y entre ciclos reproductivos es sustancialmente variable.
La asociación de Streptococcus suis y Mycoplasma hyorhinis en lechones destetados es frecuente, como también presentan en un trabajo en que la prevalencia de ambos agentes varía según la edad al destete (18 vs 25 días). Con respecto a Streptococcus suis, se reduce la incidencia a destetes más tardíos, sin encontrar diferencias en cuanto a Mycoplasma hyorhinis.
Streptococcus suis reside asintomáticamente en el tracto digestivo y los órganos reproductivos. El uso de autovacunas tan solo es eficaz cuando se incluye el mismo serotipo presente en la granja, ya que no generan inmunidad ni heteróloga ni cruzada. El uso de cepas de Bacillus en la nutrición reduce su prevalencia según un trabajo.
Alternativas a antibióticos
La FDA (United States Food and Drug Administration) regula los medicamentos veterinarios y el USDA (United States Department of Agriculture) regula los biológicos y métodos diagnósticos en veterinaria. El cumplimiento de la legislación sobre uso de antibióticos es importante para la seguridad alimentaria y la confianza de los consumidores. En septiembre de 2018, la FDA publicó el documento sobre resistencias antimicrobianas en veterinaria para los años fiscales 2019-2023. Al mismo tiempo, se ha elaborado un plan del Consejo Consultivo Presidencial para combatir las resistencias antibióticas a las bacterias (PACCARB) para tomar medidas al respecto, que incluye el periodo 2020-2025, así como la estrategia PASTEUR (Pioneering Antimicrobial Subscriptions to End Upsurging Resistance) como modelo para el desarrollo de nuevos antimicrobianos, donde participan inicialmente Reino Unido, Suecia, Francia, Alemania y Estados Unidos.
Describen las resistencias antibióticas (AMR) como fallos en la respuesta a los tratamientos antibióticos tanto en animales como humanos. Es un fenómeno bacteriano causado por factores genéticos ligados al genoma de las bacterias y sus genes de resistencia, los cuales pueden emerger, replicarse y diseminarse en ciertas poblaciones bacterianas que habitan tanto en personas como en animales y en el ambiente. Siendo un fenómeno complicado, responde a las funciones de evolución y ecología bacteriana. Ciertos antibióticos pueden alterar la trayectoria ecológica de las bacterias y su evolución en el digestivo y tracto respiratorio, provocando una presión selectiva que promueve la emergencia, resistencia y diseminación, siendo difícil de predecir y cuantificar. Para el control de los AMR necesitamos realizar esfuerzos sobre el uso prudente de los antibióticos y realizar cambios en el manejo de las poblaciones microbianas involucradas en la mezcla de animales, transporte, estrategias de destete y dietas de transición asociadas al microbioma. El uso de las nuevas técnicas de secuenciación genómica (NGS) nos pueden ser de utilidad para identificar y cuantificar la evolución de dichas resistencias antimicrobianas mediante el estudio del genoma microbiano.
Han desarrollado un programa soportado por el USDA, de consulta pública, para valorar los periodos de supresión de los diferentes antibióticos en carne, huevos y leche, conocido como FARAD dentro de la plataforma VetGRAM que tiene 375 visitas diarias. Las regulaciones del uso de antibióticos en el alimento de los cerdos son claras en EE.UU y, en el caso de utilizar productos extralabel, es el veterinario quien lo definirá en base a la ineficacia de los legalizados para el problema a tratar.
Durante las últimas cinco décadas (1960-2015) los productores americanos han continuado realizando mejoras en la sostenibilidad de sus granjas, día a día, lo que se demuestra en una reducción del 75% del terreno necesario, un 25% menos de consumo de agua, un consumo del 7 y 8% menos tanto de energía como de emisiones de carbono respectivamente. La población mundial se estima que llegará a los 9,8 millones de habitantes en 2050, por lo que se precisa producir proteína de alta calidad para consumo humano, lo que implica un incremento en la eficiencia productiva, una reducción en la emisión de gases y retención de mano de obra en la industria porcina. Para ello, debemos controlar los gases efecto invernadero producidos tanto por los cerdos como por las dietas: dióxido de carbono, metano (factor 25 CO2 equivalente) y óxido nitroso (factor 298 CO2 equivalente). La Iowa Pork Industry Center website tiene una calculadora de uso libre para valorar dichas emisiones. Por ejemplo, en lechones desde destete a engorde sus cálculos se basan en datos de mortalidad, manejo sistemas de purines, eficiencia alimenticia y el efecto de los ingredientes del alimento.
Los consumidores americanos nunca han estado tan desconectados de la producción de los alimentos que se comen, por lo que es preceptivo hacerles llegar una información técnica confiable, válida y ética que aporte credibilidad a la opinión pública. La transparencia y profesionalidad en todos los puntos de la cadena alimentaria es la base de la verdad y de la confianza. El nuevo ambiente requiere de nuevas vías para pensar, vías atractivas y nuevos métodos de comunicación.
Antonio Palomo Yagüe