Para conseguir reducir el número de inseminaciones hay que inseminar en el momento idóneo. La eficiencia no se consigue saltándose la rutina de comprobar dos veces al día qué cerdas han entrado en celo. Tampoco se consigue con hormonas: la inducción del celo mediante la administración de hormonas dificulta la selección de las hembras más fértiles y puede causar problemas reproductivos a largo plazo al obstaculizar la mejora.
Muchos estudios han demostrado que, en principio, con una buena inseminación en las 24 h previas a la ovulación es suficiente.
H Smits. Pig Internacional. Junio 2006.