Para establecer un programa de nutrición adecuado para cerdos de alta productividad se debe tener en cuenta la genética, las necesidades nutricionales, los factores que afectan a estas necesidades y entender la interacción metabólica entre el genotipo, la nutrición, la reproducción y el medio ambiente. Esta comprensión es esencial si queremos conseguir al mismo tiempo productividad en el engorde y longevidad en las reproductoras.
Nutrición de precisión en las fases de crecimiento y engorde
En los sistemas de producción convencionales, los cerdos en las fases de crecimiento y engorde se alojan generalmente en grupos y se alimentan con la misma ración durante un determinado periodo de tiempo. Las dietas de esta fase suelen estar formuladas para satisfacer al animal con mayor nivel de requerimientos del grupo (Hauschild et al., 2010). En la figura 1 se muestran las necesidades de lisina de los cerdos individuales (líneas finas de color) y los niveles mínimos de lisina de los cerdos alimentados con un sistema de alimentación de tres fases, según Hauschild et al. (2010). Aymerich et al. (2020), evaluando cerdos de 28 a 63 kilogramos, observaron que los animales más pequeños utilizan la lisina de la dieta de forma más eficiente en comparación con los animales de mayor peso corporal.
Estos datos sugieren que la utilización de los nutrientes es diferente en animales de la misma población. En este sentido, variables como el peso, el tiempo de permanencia en la fase, la edad y el sexo influyen en la eficiencia alimenticia de la granja (Gaillard et al., 2020). Por esta razón, en los sistemas de alimentación convencionales, es inevitable que haya animales sobrealimentados, causando daños al sistema de producción y al medio ambiente, por la excreción, a niveles altos, de nitrógeno y fósforo (Pomar et al., 2010).
Ante este reto, la nutrición de precisión se convierte en una herramienta para mejorar el ajuste de la alimentación ofrecida a los animales, teniendo en cuenta la variabilidad de las necesidades nutricionales de cada individuo.
Actualmente, se utilizan algunas estrategias nutricionales para amortiguar los efectos del desperdicio de nutrientes, principalmente en las fases de crecimiento. Estas estrategias consisten en aumentar el número de dietas ofrecidas en el mismo intervalo de tiempo, modificando su composición en función de la edad de los animales.
Sin embargo, estudios recientes han señalado que este tipo de enfoque tiene la capacidad de disminuir el costo de la alimentación en un máximo del 3% (Pomar y Remus, 2019). Mientras que el establecimiento de una dieta personalizada diariamente puede controlar las variaciones referentes al tiempo y a los animales, lo que se traduce en una disminución de costos de entre el 8% y el 10% (Andretta et al., 2014, 2016a).
La determinación eficaz de los nutrientes disponibles en los ingredientes de los alimentos, la formulación precisa de las dietas y la determinación de las necesidades nutricionales individuales de los animales se deben tenerse en cuenta a la hora de desarrollar programas de alimentación de precisión (Pomar et al., 2009).
Además, es necesario para la correcta aplicación del sistema, la recogida automática de datos, el procesamiento de estos datos de acuerdo con la estrategia de control establecida y las acciones relativas al control del sistema, normalmente con la ayuda de estaciones de alimentación automática (Gaillard et al., 2020). En este sentido, el enfoque de la alimentación de precisión tiene como objetivo proporcionar nutrientes en proporciones cercanas a la exactitud en relación con las necesidades diarias del animal, tanto en cantidad como en la composición de la dieta. Para ello es necesario estipular una dieta dinámica, que satisfaga las demandas nutricionales diarias de los animales en función de sus características individuales.
Andretta et al. (2016b) evaluando cerdos en engorde, mostraron en sus estudios que utilizando la nutrición de precisión, es posible disminuir el consumo de lisina por animal hasta en un 26%, y en consecuencia el costo de alimentación en aproximadamente un 10% por animal.
Los mismos autores, en un trabajo anterior, observaron que el cambio de un sistema de alimentación convencional a uno de precisión, dio lugar a una disminución de los niveles de excreción de nitrógeno en un 22% y de fósforo en un 27%.
Estos datos evidencian que la nutrición de precisión no solo mejora la eficiencia en la absorción de nutrientes, sino que también mejora los impactos ambientales negativos causados por la excreción de nitrógeno y fósforo (Pomar y Remus, 2019).
La nutrición de precisión es una herramienta que mejora la eficiencia de la producción en general. Aunque la implantación de este tipo de tecnología tiene un costo más elevado, varios resultados científicos han demostrado que los programas de nutrición de precisión ofrecen beneficios a los animales, al medio ambiente y, sobre todo, al productor, ya que son capaces de reducir el desperdicio de nutrientes manteniendo el rendimiento, lo que optimiza la producción y aumenta la rentabilidad, especialmente en tiempos de dificultades económicas.