El hambre se produce por una necesidad fisiológica, mientras que el apetito es debido a una motivación diferente (deseo de repetir una experiencia placentera). El hambre se sacia por las calorías y el apetito por la palatabilidad. La palatabilidad del pienso depende de su sabor (gusto y olor) y textura.
El cerdo tiene un sistema gustativo y olfativo bien desarrollado, con preferencia para los sabores dulces y especial rechazo de los amargos.
El consumo de alimento después del destete y durante las semanas siguientes es de vital importancia para asegurar un óptimo desarrollo intestinal y crecimiento de los animales, el cual tendrá una implicación directa sobre su salud y tiempo de crianza.
Se han estudiado ampliamente distintos ingredientes, aditivos y nutrientes con efectos favorables sobre la producción y salud de los lechones, sin embargo apenas existen estudios que evalúen las preferencias en palatabilidad de los animales.
Sabor y olor
Está ampliamente descrito el efecto beneficioso de los edulcorantes sobre el consumo y preferencia del alimento. Cuando a los lechones se les ofrecen distintas soluciones de sacarosa, prefieren las de máxima concentración (20%).
Es sabida la aversión de los cerdos a los gustos amargos. También presentan cierto rechazo a los glucosinolatos de la colza y las saponinas de la alfalfa.
Asimismo el animal prefiere piensos aromatizados si puede elegir, y estos pueden ser útiles para modular el efecto de los cambios en la formulación o enmascarar olores posiblemente desagradables.
El sentido del gusto y olfato del cerdo difiere en algunos aspectos al de las personas (p.e. se muestran indiferentes al ciclamato a gustos extremadamente amargos para las personas).
A parte de las reacciones de preferencia innatas, el cerdo también puede desarrollar un comportamiento de rechazo gustativo aprendido con estímulos relacionados con la enfermedad (p.e vómito).
Ingredientes y pienso
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En general se considera que las proteínas animales (p.e. harina
de pescado, plasma) y productos lácteos mejoran la palatabilidad
del pienso. Hay que valorar o intentar separar su efecto favorable debido
a la palatabilidad o a la mejora en el proceso digestivo y salud intestinal
del animal. • Los cereales se consideran materias primas nobles, dependiendo su preferencia del tipo, inclusión y procesado. • Los aceites y grasas mejoran la palatabilidad y también pueden conferir sabores agradables o atrayentes para el animal. • En general los minerales (p.e. calcio) y las cenizas en exceso son poco apetecibles. A diferencia de otros animales el cerdo no expresa la preferencia por la sal si la dieta es deficiente y la aversión a altas concentraciones de sal no es muy fuerte y la tolera si dispone de agua abundante. • El consumo de agua está relacionado con el de pienso, la poca disponibilidad de agua o si esta es de mala calidad puede limitar la ingestión voluntaria de alimento. • Ciertas medicaciones o aditivos pueden disminuir el consumo por presentar sabores o olores desagradables (amargos, ácidos, etc). |
Pueden generarse sabores y olores anómalos por alteraciones en la calidad del pienso: crecimiento microbiano, micotoxinas, rancidez, otros.
El tratamiento térmico puede generar caramelización, reacciones de Millard o sabores a tostado, de forma leve pueden ser favorable pero perjudicial en exceso. Además un gránulo excesivamente duro puede lesionar el paladar de los lechones y afectar el consumo de alimento.
En cuanto a la forma de presentar y suministra el pienso al lechón:
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En general se prefieren los alimentos líquidos a los sólidos,
pero se deben preparar con una proporción adecuada de agua y si
no se consumen rápidamente pueden alterarse. • Las harinas muy finas suelen ser menos apetecibles, también suelen generarse pérdidas por formación de polvo, y contacto con el hocico y patas, además se alteran más rápidamente al humedecerse. • Si el gránulo es de baja calidad, los animales suelen desechar los finos, con el consiguiente problema de consumo y mermas. |
Conclusiones
Muchas veces valoramos la palatabilidad desde una óptica antropocéntrica, sin embargo es necesario realizar estudios en animales. A parte de diseñar dietas para lechones que mejoren la producción y salud del animal, también puede ser de interés considerar aspectos relacionados con la palatabilidad de la dieta que procuren una rápida transición de la leche materna a los piensos sólidos.
Así lo ve Imasde