Muchos de los problemas multifactoriales que tenemos en nuestras granjas porcinas son la consecuencia de causas sanitarias y nutricionales conjuntas. En ocasiones la percepción y la realidad de dichos problemas se difuminan por una escasa comunicación entre productor, responsable de explotación y nutricionista.
La relación coste / beneficio de una buena información bien presentada y tratada es mucho mayor que cualquier medicación, y sin duda la combinación de una buen diagnóstico del problema sanitario, con una nutrición adaptada y un programa terapéutico bien definido nos darán lugar a evitar pérdidas económicas en la producción.
En este breve trabajo voy a tratar la interacción entre nutrición y sanidad desde dos puntos de vista, como son la respuesta inmunitaria y la perspectiva de campo e interacción positiva entre clínico y nutricionista.
La respuesta inmunitaria
Desde hace tiempo se conocen las correlaciones de muchos procesos infecciosos con sus repercusiones económicas negativas derivadas de penalizaciones en los parámetros productivos (ganancia media diaria, índice de conversión, morbilidad y mortalidad); pero las complejas interacciones entre el sistema inmune y su impacto sobre otros mecanismos fisiológicos (inmunofisiología) del sistema nervioso central, endocrino y cardiovascular, son de conocimiento más reciente. Sin duda estos cambios fisiológicos modifican las necesidades nutricionales de los cerdos, tanto para su mantenimiento como para su producción.
La respuesta metabólica del organismo a una agresión patológica incluye dos categorías:
a) Inespecífica o inmediata (respuesta de fase aguda) con liberación de lisozima, macrófagos, neutrófilos y hormonas inmunorreguladoras. b) Específicas a través de mediadores proteicos llamadas citoquinas (interleucinas, INFs, quimiocinas y factores del crecimiento), que activan componentes humorales (AC) y celulares (células fagocitarias). |
Un sistema inmune activado puede afectar de forma adversa a los rendimientos productivos del animal como consecuencia de la elevación del metabolismo basal con incremento del catabolismo muscular (proteolisis), gluconeogénesis, aumento de la síntesis hepática de proteínas de fase aguda, aumento de la excreción de nitrógeno, inhibición de la síntesis de hormonas anabólicas. Así, resumiendo 25 trabajos científicos el impacto sobre la producción de ciertas patologías tendríamos:
a) Reproductoras reducción del consumo y producción lechera hasta un 30%, aumento desechos por trastornos locomotores y aumento de la mortalidad (> 50%). b) Lechones reducción de la ganancia media diaria de entre 3-35%, aumento del índice de conversión de 6-25% y aumento de la mortalidad (>50%). c) Engorde reducción de la ganancia media diaria e índice de conversión entre 5-24%. Se determina un aumento de necesidades energéticas del 30% y una reducción en la retención proteica del 90%. |
De esta forma, no solamente se verán afectadas las necesidades nutricionales de forma lineal según la caída del consumo, sino que debemos destacar una partición de nutrientes.
La actividad inmunológica reduce la capacidad de deposición proteica de forma que si según genéticas su potencial de deposición diaria varía, las exigencias de aminoácidos también serán variables.
Debemos considerar que, a partir de un cierto nivel de inclusión, los animales con su sistema inmune activado no responden más al aumento de ingestión de lisina y no puede depositarlo por su menor potencial derivado del anabolismo muscular.
Se sabe que hay una relación cuadrática entre el nivel de lisina y el nivel de activación del sistema inmune sobre la ganancia media diaria y eficacia alimenticia. De esta forma, cerdos con su sistema inmune poco activado responden mejor al incremento de niveles de lisina, no por una mayor eficacia en la utilización de los aminoácidos o energía de la dieta, sino por un mejor potencial de deposición proteica en relación con cerdos con patologías (sistema inmune activado).
Como conclusión importante, los cerdos con alta sanidad tienen mayores exigencias de determinados nutrientes (aminoácidos, fósforo, niacina, fólico, riboflavina, pantoténico y vitamina B12). A pesar de todo, se considera que una vez los cerdos superan el estrés inmunitario, pueden desarrollar un crecimiento compensatorio en el que las necesidades porcentuales en aminoácidos son superiores.
Factores a considerar en el desarrollo de un plan nutricional
En la segunda parte de este trabajo eminentemente práctica, resaltaremos como las recomendaciones dietéticas generales, las especificaciones y programas nutricionales pueden no ser las óptimas para diferentes granjas en diferentes momentos y circunstancias sanitarias. Con ello, la interacción patología - nutrición son esenciales a la hora de considerar y realizar un plan nutricional. Para ello considero que debemos tener en cuenta en cada fase productiva una serie de datos que de forma breve vamos a reflejar en la siguiente tabla:
FASE PRODUCTIVA
(Base Genética ) |
IMPORTANTE A CONSIDERAR
|
PREGUNTAS ?
|
Reproductoras |
Distribución censo por ciclos |
Duración de la lactación |
Engorde |
Apariencia física (piel , pelo) |
Tipo comedero |
Lechones |
Potencial genético |
Tipo de comedero |
Dentro de los programas nutricionales que debemos diseñar para tratar de tener sinergias positivas entre la nutrición y la sanidad de nuestras granjas para optimizar los rendimientos productivos, podemos clasificarlos en tres grupos de respuestas nutricionales, como son:
1- AUMENTO DE LA CAPACIDAD DE RESPUESTA ante agresiones patológicas, analizando las fuentes energéticas, antioxidantes y ácidos omega-3... |