Esta herramienta de diagnóstico de problemas con el índice de conversión (IC) está pensada para detectar todas las causas que pueden incrementar el IC de nuestra granja. Al final del artículo encontrarás el diagrama de flujo que te permitirá navegar por toda la herramienta.
Hasta ahora hemos divido las causas que afectan al IC en dos grandes grupos, las que elevan la mortalidad y las que no. A su vez, hemos dividido las que no elevan la mortalidad entre las que no afectan la ganancia media diaria (GMD) y las que sí. Las causas que alteran el IC sin afectar la mortalidad pero sí la GMD son las siguientes:
Frío. A medida que el frío va siendo más intenso, el consumo máximo no será suficiente para compensar el aumento de metabolismo basal necesario para mantener la temperatura corporal y el crecimiento.
Calor. Con el calor se activan todos los mecanismos de compensación para tratar de mantener la temperatura corporal constante. Por una parte, se reduce la ingesta, ya que el consumo de alimento produce calor, por otro lado, se reduce el crecimiento diario, ya que el simple hecho de crecer produce también calor. Cualquier transformación de energía produce calor.
Falta de proteína o aminoácidos específicos. Un desequilibrio, o una falta de proteína, no permitirá conseguir el crecimiento máximo y la proteína sobrante será usada como energía, pero su eficiencia de utilización es menor (60%), por lo que la conversión alimenticia empeorará.
Alimento muy bajo en energía. Las raciones muy poco energéticas impedirán conseguir cubrir las necesidades de crecimiento máximo aunque se alcance la máxima ingesta de alimento posible. Parte de la proteína del alimento será destinada a energía, para cubrir el déficit, afectándose doblemente el índice de conversión alimenticia.
Restricción alimenticia severa
- Falta de espacio de comedero
- Falta agua (especialmente en época calurosa)
- Densidad elevada
- Diseño erróneo del corral
- Períodos de ayuno repetitivos durante el engorde (capacidad de tolva insuficiente o número de llenados insuficiente).
- Tóxicos en la dieta que reduzcan la ingesta diaria, por ejemplo micotoxinas.
- Materias primas que afecten la palatabilidad del alimento, provocando una disminución de la ingesta voluntaria.
Falta de ventilación. Las ventilaciones muy reducidas pueden llevar a concentraciones de oxígeno inferiores a las necesarias para mantener el crecimiento. Habitualmente, el oxígeno del aire se mide de modo indirecto, midiendo la concentración de CO2. Las concentraciones de CO2 superiores a 2500 ppm pueden repercutir en un menor crecimiento y una mayor conversión alimenticia.
Enfermedades. Especialmente las enfermedades que afectan de forma crónica, es decir, durante períodos de tiempo prolongados, pero sin generar mortalidad. Por ejemplo: neumonía enzoótica, rinitis atrófica o ileítis. En casos subclínicos de ileítis, se han descrito reducciones de crecimiento de entre el 9 y el 42%, y reducciones del índice de conversión de entre el 6 y 42% (Collins AM, 2013). En el caso de la neumonía enzoótica, se han descrito aumentos en el índice de conversión de 0,5 puntos y reducciones en la ganancia media diaria de hasta 157 g/día (Straw B, 1989) dependiendo de las lesiones neumónicas producidas. En el caso de otros procesos, como por ejemplo la disentería hemorrágica, será la reducción de la ingesta de alimento diaria (consecuencia del dolor abdominal) lo que realmente afectará el crecimiento y la conversión alimenticia. La diarrea epidémica porcina en la fase de engorde afectará tanto crecimientos como conversiones alimenticias, especialmente en aquellos casos en que afecte tempranamente; sin embargo, la enfermedad no se caracteriza por su mortalidad.
Utiliza el diagrama de flujo para continuar con la investigación o acceder a otras partes de la herramienta.