Las causas que provocan fallos reproductivos en la granja son muy variadas, y a veces la causa puede ser tan trivial que nos pasa desapercibida. En este artículo revisaremos algunos casos prácticos cuya apariencia inicial era distinta a lo que luego resultó ser.
CASO 1
Problema: La fertilidad ha caído drásticamente en las últimas semanas, apenas llega al 30%.
Sospecha inicial: Aunque las dosis servidas desde el CIA proveedor se comprueban en el microscopio de la granja, y son correctas, es evidente que algo pasa alrededor de la inseminación, porque en la granja no hay ningún síntoma y todas las repeticiones son regulares.
Investigación y diagnóstico: En la visita a granja comprobamos que las dosis se precalentaban en un baño maría. Al tocar el agua con el dedo, para comprobar si el baño estaba demasiado caliente, sentí un cosquilleo (estaba sin zapatos, sólo con calcetines). El baño tenía una derivación eléctrica, difícilmente detectable. En el microscopio de la granja comprobamos que la motilidad era correcta antes de precalentar la dosis pero que tras pasar por el baño los espermatozoides quedaban inmóviles, alineados y no aglutinados.
Conclusiones: Precalentar las dosis antes de la inseminación es un riesgo. No sólo por la posibilidad de excedernos con la temperatura, sino porque el agua puede vehicular contaminaciones, o puede electrocutar a los espermatozoides, como en este caso.
CASO 2
Problema: Las cerdas inseminadas el miércoles han quedado vacías, pero las del lunes y martes quedaron gestantes con el mismo lote de dosis.
Sospecha inicial: Por algún motivo se redujo la vida útil de la dosis sin que los operarios se diesen cuenta.
Investigación y diagnóstico:
- El martes hubo un apagón en la granja pero, como fue festivo, nadie se dio cuenta.
- El termómetro de máx/mín del conservador evidenciaba el problema, pero nadie lo miró.
- La granja tenía un microscopio, pero no se utilizaba.
- El miércoles se recibieron dosis nuevas, pero decidieron gastar primero las dosis viejas.
Conclusión: Hay que llevar registros que nos obliguen a verificar los puntos de control que detectarían estos problemas. Y debemos descartar las dosis viejas cuando recibimos dosis frescas.
CASO 3
Problema: Las nulíparas, inseminadas con semen muerto, presentan metritis a los 18 días, y repiten celo a los 22.
Sospecha inicial: El semen muerto viene contaminado.
Investigación y diagnóstico: La granja sólo pide semen muerto una vez a la semana. Si no se usa en 7 días, se congela para usarlo más adelante. El semen muerto se calienta, y el sobrante se vuelve a refrigerar. La granja no considera que ese manejo sea un problema porque de hecho el semen ya está muerto!!. Además, el centro de inseminación (CIA) no hace ningún control de contaminación sobre esas dosis.
Conclusión: Si usamos semen muerto (o algún sustitutivo), hay que tratar el producto como si fuera una dosis de IA normal, tanto en granja como en el CIA. El semen muerto puede estar contaminado igual que el fresco, y debe establecerse y respetarse su caducidad, para evitar problemas de contaminación.
CASO 4
Problema: Las dosis de abuelo del CIA “A”, y que vienen más concentradas, dan muy buena fertilidad, pero las de finalizador del CIA “B”, con menos concentración, dan resultados muy irregulares.
Sospecha inicial: Las dosis más concentradas tienen mejores resultados.
Investigación y diagnóstico: Las dosis de abuelo (A) se reciben lunes, y todas las abuelas están inseminadas entre lunes y martes, porque se sincronizan. Las dosis de finalizador (B) se reciben lunes y jueves, y casi todas las cerdas de la granja salen en celo martes y miércoles (es verano), con lo que la dosis efectiva es mayoritariamente la de miércoles (que ya tiene 3 días). Además, las dosis del finalizador (B) se reciben por mensajería (¡y es verano!) y las del abuelo (A) se reparten en vehículo refrigerado.
Conclusión: Si una dosis más concentrada da mejores resultados, la causa probablemente no es la concentración, sino el protocolo de inseminación, la forma de entrega, el diluyente, o alguna otra causa. Incrementar la concentración puede ayudar a mitigar parcialmente un problema subyacente pero debemos intentar averiguar cuál es el problema real.
CASO 5
Problema: Cada cierto tiempo, hay una semana en la que la fertilidad y la prolificidad caen significativamente en todas las granjas de una empresa, aunque no en la misma semana.
Sospecha inicial: Inconsistencia en la calidad de las dosis del CIA.
Investigación y diagnóstico: Al cruzar los datos de fertilidad con la fecha de vacuna de PRRS, vemos que la fertilidad de cada granja cae siempre la semana siguiente a la vacuna.
Conclusiones: Para determinar la causa de una subfertilidad, hay que tener en cuenta todos los factores que pueden influir, externos e internos a la granja. Las vacunaciones suelen provocar descensos de fertilidad, a veces indetectables, pero a veces significativos.
CASO 6
Problema: Al cambiar la línea de finalizador, de repente la fertilidad bajó un 15%. El ganadero, tras 6 meses, ya cansado de la situación y enfadado, avisó al CIA.
Sospecha inicial: Los machos de la línea nueva quizá no son fértiles, o están muy explotados.
Investigación y diagnóstico: Tras la queja, el CIA investigó la situación y descubrió que un verraco tenía una translocación recíproca. La motilidad era buena, y no había nada que hiciera sospechar de una subfertilidad, ni en el CIA ni en la granja.
Conclusiones: Aunque pongamos en práctica todos los elementos de control a nuestro alcance, aún trabajamos con células vivas que pueden resultar subóptimas. Una comunicación fluida de las incidencias con el CIA puede ayudar a resolver más rápidamente el problema entre todos.
Un buen diagnóstico del problema debe considerar todos los factores y actores, desde el verraco y la extracción de semen, pasando por el procesado en el CIA y granja hasta la aplicación de las dosis en la granja y el contexto de la misma, así como una buena comunicación entre el CIA y la granja.