En muchas regiones el invierno implica temperaturas bajas, además de grandes variaciones de temperatura entre el día y la noche, lo que hace que se incremente el estrés en los animales y la susceptibilidad a los procesos respiratorios, una de las patologías más recurrentes y con mayor estacionalidad. Tanto la incidencia, como la severidad, son mucho mayores en invierno que en cualquier otra época del año. Suele ser una enfermedad poli-etiológica en la cual, no solo hay varios agentes infecciosos implicados, sino que los factores ambientales y el manejo de los animales ocupan también una gran relevancia en la presentación clínica.
Factores de manejo
Hay una serie de factores de manejo que influyen en la presentación del complejo respiratorio:
- Manejo del flujo de animales: en los cebos que son llenados con diferencia de edad de más de 2-3 semanas, suelen existir recirculaciones víricas importantes (por ej: influenza).
- Densidad porcina: Las zonas de alta densidad son un riesgo al existir mayor presión de infección, lo que influye en el control de la enfermedad.
- Tamaño del cebadero: cebaderos de más de 2000 plazas son más susceptibles debido al tipo de llenado que suelen tener.
- Manejo de las cargas: el estrés que produce el proceso de las cargas hace que se inicie la clínica, ya que el estrés es un factor predisponente.
- Higiene deficiente: cuando al vaciar la nave no existe un correcto lavado ni vaciado de la fosa de purín.
Condiciones ambientales
- Temperatura: tanto la de acogida de los lechones, como las fluctuaciones que sufren los animales en la entrada a cebo. Para lechones de unos 20 kg, una buena temperatura no debe ser inferior a 17ºC. La manta térmica puede ser un elemento que nos acondiciona la temperatura de la nave pero puede que al poco tiempo, debido al polvo, se transforme en un elemento no permeable que empeore las condiciones ambientales.
- Corrientes de aire: una corriente o velocidad de aire de 0,4 m/s a la altura de los cerdos reduce la sensación térmica en 5ºC respecto a la temperatura del aire.
- Ventilación mínima y gases nocivos: una ventilación mínima insuficiente de las instalaciones limita la correcta eliminación de gases que, como el amoniaco y el dióxido de carbono, son un factor de riesgo. Podemos utilizar como indicador indirecto la humedad relativa de la nave. Si observamos condensaciones en las paredes de la instalación, tendremos una deficiente ventilación mínima y los niveles de gases se encontrarán incrementados.
Tabla 1: Concentraciones de gases por encima de los cuales, tendremos un incremento de la susceptibilidad al padecimiento de problemas respiratorios.
Gases | Concentración objetivo |
---|---|
Dióxido de Carbono | Menor de 300 ppm |
Amoniaco | Menor de 20 ppm |
Sulfuro de Hidrógeno | Menor de 10 ppm |
Monóxido de Carbono | Menor de 25 ppm |
Bases del control de los procesos respiratorios
- Monitorización de las pirámides: realización de un estudio durante los diferentes momentos de la fase de cebo para identificar los patógenos presentes y su relación con el proceso clínico que observamos en cada pirámide de producción.
- Diagnóstico: Clínico, laboratorial o diagnóstico de lesiones en matadero.
- Prevención y control de las enfermedades endémicas en nuestra pirámide y que pueden contribuir a intensificar o mantener la patología en la línea de cebo.
- Verificar la influencia de las condiciones ambientales en la presentación de la enfermedad.
- Verificar las condiciones de temperatura, humedad y gases.
- Establecer protocolos de manejo (horquilla de edades, todo dentro-todo fuera, densidades…).
- Controlar los procesos entéricos en el inicio del cebo ocasionados por las bajas temperaturas, ya que incrementan la susceptibilidad a la aparición de procesos respiratorios.
Diagnóstico
Debido a la naturaleza poli-etiológica del proceso, el diagnóstico puede resultar un desafío. Tenemos que identificar cuál es el agente o agentes primarios y definir los secundarios, la importancia que cobran las interacciones víricas y bacterianas y establecer los tiempos para poder poner barreras que rompan la cadena epidemiológica.
Diagnóstico clínico
- Índice de tos: a nivel de campo, encontramos una correlación entre este indicador y el porcentaje de animales que presentan bronconeumonía en el matadero, por lo tanto, puede ser un indicador clínico importante para establecer medidas de control. Se distinguen distintos grados:
- Grado 0: no se escuchan toses al mover los animales en el cebo.
- Grado 1: entre el 10-20% de los animales presentan toses.
- Grado 2: entre el 20-50% de los animales presentan toses.
- Grado 3: más del 50% de los animales presentan toses al ser movidos.
- Reducción del consumo de pienso: cuando los animales tienen fiebre, el primer síntoma y el signo más evidente es la reducción del consumo de pienso. El consumo de agua se ve inicialmente incrementado, pero cuando se inicia la patología se produce una fuerte reducción.
- Incremento del índice de disnea en la explotación: es un indicador de la gravedad de la enfermedad, ya que muestra una afectación a nivel pulmonar y, por lo tanto, cuanto mayor sea el número de animales que presenta este síntoma, peor es el pronóstico del cebadero.
Diagnóstico serológico
Los estudios serológicos, ya sean longitudinales (muestras de distintos individuos en diferentes edades) o transversales (muestras de los mismos animales durante su vida productiva), son una excelente herramienta, pero deben ser complementados.
Nos encontramos con diferentes patrones:
- Mycoplasma: la presentación de anticuerpos aparece entre las 2-4 semanas, con un pico a las 11 semanas post-infección.
- Actinobacillus pleuropneumoniae: la evolución serológica de los anticuerpos frente a la toxina ApxIV (que se produce in vivo durante una infección activa), tiene utilidad para establecer el momento de caída de los anticuerpos maternales y, por lo tanto, para establecer el momento de la vacunación.
- PRRS: es útil para establecer la epidemiología y el momento de circulación del virus en la explotación, pero es difícil establecer qué importancia tiene sobre los indicadores económicos, ya que tiene mucha importancia, tanto la cepa, como las infecciones secundarias.
- Influenza: es importante poder establecer el momento en el que se produce la circulación del virus en la línea de cebo. El uso de fluidos orales es una excelente herramienta para el diagnóstico.
Diagnóstico de lesiones en matadero
La investigación de las lesiones en matadero resulta de extrema utilidad para el diagnóstico, ya que nos permite establecer el tipo de lesiones a nivel pulmonar y la extensión de éstas, pudiendo haber una correlación con los resultados productivos. También permite monitorizar los planes de acción realizados en la línea de producción.
Se estudia el porcentaje de pulmones afectados y el grado de extensión de las lesiones, lo que nos orienta sobre las medidas que debemos adoptar y qué efecto tienen esas medidas en el control de los procesos respiratorios.
Se pueden extraer muestras para el estudio histopatológico, que nos proporciona un diagnóstico más completo de las lesiones para la identificación de los agentes causales que estén envueltos en las mismas.
Un limitante es que no permite identificar ni las lesiones, ni los procesos que cursan de manera temprana en el cebo, por lo que no podemos establecer un protocolo de control adecuado.
En matadero podemos valorar también el índice de pleuritis a nivel pulmonar para determinar la gravedad de la lesión:
- Grado 0: no existe adhesión entre pleura y costillas.
- Grado 1: adhesión entre los lóbulos pulmonares.
- Grado 2: adhesión entre los lóbulos pulmonares y la pared costal.
En un segundo artículo hablaremos de los patógenos más comúnmente implicados en los procesos respiratorios.