No pudo ser. Las potenciales (y por el ganadero esperadas) repeticiones durante el mes de agosto no fueron tales. El mercado no pudo resistir las tensiones bajistas y empezó a bajar en la segunda sesión del mes en Mercolleida. Alemania ya bajó 10 céntimos en canal en la primera sesión del mes de su mercado y a España no le quedó más remedio que seguir su estela.
Hemos emprendido la senda de los descensos y permaneceremos en ella algunos meses, con toda seguridad. Serán descensos sostenidos y significativos.
Según Mercolleida, la conversión teórica de calidades homogéneas de las cotizaciones en el día 16 de agosto de este año en euros / kilo en vivo sería:
España | 1,82 |
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Francia | 1,69 |
Bélgica | 1,61 |
Alemania | 1,57 |
Países Bajos | 1,57 |
Dinamarca | 1,31 |
De los datos que publica 3tres3 extraemos los precios oficiales (equivalencias en euros / kilo vivo) en las mismas fechas de:
México (Nacional) | 2,13 |
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México (Sonora) | 1,81 |
Brasil (media) | 1,43 |
USA (Iowa - Minnesota) | 1,31 |
Canadá (media) | 1,10 |
Llama la atención la diversidad de precios y situaciones. Especialmente en la UE, teóricamente un Mercado Único. Como casi siempre, el precio español está encaramado en lo más alto del podio en Europa. México tiene un importante déficit estructural (importa más de un 40 % del cerdo que consume) y constituye un caso aparte. Como se comprueba, nuestro precio alcanza un nivel estratosférico si lo comparamos con los grandes exportadores americanos. Dinamarca es un caso extremo, dentro de la UE, de dependencia de la exportación a Países Terceros.
Meses y meses con unos precios europeos completamente desconectados de los del resto del mundo han comportado que nuestras exportaciones, fuera de la UE, hayan disminuido fuertemente (con excepción de la panceta) y que no se pueda vender toda la carne que se produce. La bajada del precio de la carne es la que provoca y provocará el fuerte descenso del precio del cerdo. La reducción observada en los beneficios de la UE en su conjunto (un 8 % en los últimos 10 años) no basta para acercarnos a una tasa del 100 % de autosuficiencia. Seguimos alrededor del 115 % lo que nos obliga a seguir exportando y para ello hemos de tener unos precios atractivos. Los cerdos han de bajar a la búsqueda de ese nivel que nos permita recuperar exportaciones para colocar los excedentes. Sobre todo, de ahora en adelante cuando las temperaturas se suavizarán y los cerdos crecerán rápido en un ambiente favorable: como todos los años es previsible que lleguen bastantes más cerdos por semana a beneficio que en los dos últimos meses.
El hecho que no se pueda vender toda la carne que se produce viene a ser como un piloto naranja encendido y parpadeante: es una urgente señal de alarma que no se puede desatender. A buen entendedor pocas palabras bastan y “El Mercado” ha comprendido que no hay otra alternativa a las bajadas y se aplica a ellas.
Es cierto que faltan cerdos para satisfacer la enorme capacidad instalada de faena en España; no es menos cierto que los pesos en canal han seguido bajando a todo trapo por el calor… PERO todo tiene un límite y estos factores objetivos han perdido peso específico frente a la abismal diferencia de nuestro precio respecto del resto de la UE. Nuestros cerdos no pueden ser, por largo tiempo, lo caros que han sido con respecto a los demás países comunitarios. Vendemos más de un 50% de la carne de cerdo exportada en el resto de la UE; parece lógico que nuestros precios hayan de ser competitivos.
La evolución de los precios de las materias primas para alimentos ha sido muy favorable en lo que llevamos de año; los ganaderos españoles han estado (y están) de enhorabuena. Si bien el cerdo no puede hacer otra cosa que bajar fuertemente, parece claro que el precio mínimo de este año (¿quizás 1,50?) quedará holgadamente por encima de los costos de producción medios en España. O por lo menos eso pensamos. Al final, 2024 será un muy buen ejercicio para los porcicultores españoles.
En cuanto a los sufridos transformadores charcuteros parece que su entorno comercial cambiará radicalmente hacia posiciones mucho más amables. Después de dos años difíciles está llegando, por fin, una bocanada de aire fresco que debe permitir a ese eslabón de la cadena respirar con algo más de comodidad. Pensamos que este otoño será muy provechoso para ellos. También creemos que ya iba siendo hora.
Terminaremos este mes con unas afirmaciones de Platón: “Aplícate tanto ahora como en la próxima vida. Sin esfuerzo no se puede prosperar. Aunque la tierra sea buena, no se puede tener una cosecha abundante sin cultivo”. Sobran comentarios.
Guillem Burset