Conseguir que las cerdas consuman la máxima cantidad de pienso durante la lactación depende de numerosos factores entre los que, sin duda, destacan tanto a) el potencial genético de producción de leche de la cerda como b) las características nutritivas, de palatabilidad y tecnológicas del pienso. Pero, asumiendo un determinado potencial genético de la cerda y administrando un pienso adecuado, existen otros factores o circunstancias “a pie de granja” que son el motivo fundamental de esta colaboración.
1)
Ingestión de pienso durante la gestación: Genéricamente
existe una relación inversa entre el consumo de pienso durante
la gestación y la ingestión en la lactación posterior.
Para algunos autores el consumo de EM en lactación se reduce en
0.5 Mcal por cada 1.0 Mcal en exceso ofrecida durante la gestación.
Resultados recientes indican que esta reducción es significativa
a partir de consumos medios en gestación superiores a 2.2-2.3 Kg/d
y que suele ser superior en cerdas multíparas que en primíparas.
Por otra parte, administrar piensos fibrosos en gestación (12%
FB, 30% FND) mejora el consumo durante la lactación, en especial
y significativamente durante los primeros 10 días. 2) Manejo de la alimentación: Uno de los aspectos más controvertidos es establecer la curva de ingestión. Desde un punto de vista académico las cerdas en lactación se alimentan “ad limitum” pero en la práctica no siempre es así y muy comúnmente se trata de un “ad limitum controlado” al procurar que el rechazo sea mínimo. Existen diferentes protocolos destinados a confeccionar una curva de ingestión que facilite al máximo consumo de pienso en lactación; desde ofrecer pienso “ad limitum” desde el segundo día post parto hasta escalonar la subida hasta mas de dos semanas después del parto o simplemente administrar el pienso racionado durante todo el periodo. En cualquier caso no hay razones objetivas que permitan aconsejar un protocolo en detrimento de los demás y la elección de un modelo u otro dependerá de otras condiciones de manejo y especialmente de la cantidad y calidad de la mano de obra disponible. Por ejemplo, ofrecer el pienso “ad limitum” durante todo el periodo reduce el consumo de mano de obra pero generalmente requiere administrarlo en seco; por el contrario ofrecer el pienso “en sopas” potencia la ingestión de pienso pero a la vez es muy conveniente evitar la acumulación de residuos significativos en el comedero. Se puede concluir que, en general, los protocolos más costosos en mano de obra son menos arriesgados y, especialmente con cerdas hiperprolíficas, no se debe olvidar que i) las cerdas que alcanzan antes el pico de ingestión consumen mas alimento en el global de la lactación y ii) mayores ingestiones en la primera parte y mitad de la lactación se correlacionan con mejores rendimientos reproductivos posteriores. 3) Condiciones ambientales: En condiciones mediterráneas es un hecho probado que la ingestión de pienso de cerdas en lactación se reduce significativamente durante los periodos calurosos de verano. De hecho, por su propia naturaleza, la maternidad constituye un alojamiento térmicamente conflictivo; la temperatura ambiente óptima para los lechones es siempre entre 5 y 10º C superior a la requerida por sus madres. La recomendación es siempre crear un doble ambiente en la plaza de partos, de una parte una zona cálida a nivel de la camada (“zona de nido”) para que los lechones se sientan cómodos y confortables y otro ambiente mas fresco a nivel general de la nave (máximo 25 y mejor 20º C) que no perjudique la ingestión de pienso de las cerdas. Estas condiciones se pueden conseguir cuidando los siguientes aspectos: i) realizando un aislamiento térmico correcto de las naves, ii) manejando adecuadamente la ventilación, iii) instalando sistemas auxiliares de refrigeración (goteo, “coolers”,…) y iv) modificando la fórmula y el manejo del pienso en periodos calurosos; en concreto se trata de aumentar la concentración de nutrientes y algo también la de energía, de poder ser con grasa, y de ofrecer el pienso en varias veces al día evitando los periodos de máxima calor. 4) Disponibilidad y consumo de agua: La ingestión de agua está directamente relacionada con el consumo de pienso y el estado de lactación; aumenta con los niveles de PB y minerales del pienso, con la temperatura ambiente y en algunos estados de enfermedad. El consumo medio aparente de agua por cerdas en lactación varía entre 15 y 20 litros por día pero en ocasiones puede superar los 50 l/ animal y día por ello, el suministro de agua en cantidad y calidad adecuadas es fundamental para alcanzar niveles elevados de ingestión de pienso en lactación y probablemente resulta más limitante la disponibilidad que el propio consumo. El sistema recomendado es el de “ad libitum” en comedero; ya sea a “a nivel” o con manguera. La utilización exclusiva de chupete requiere que los caudales sean suficientes. |
En conclusión maximizar el consumo de pienso de las cerdas en lactación requiere considerar y conjugar adecuadamente un conjunto de factores propios de las cerdas y el pienso pero entre los que destacan muy especialmente aquellos que hacen referencia al manejo de la alimentación y de la paridera.
Escribe J. Gasa Josep.Gasa@uab.es