Objetivo
Aprovechar al máximo los focos de luz como fuente de calor sin molestar a las cerdas.
Descripción del truco
No voy a descubrir aquí las ventajas de trabajar con lámparas en las maternidades para ofrecer una zona caliente a los lechones para que reposen.
Sí hablaré de algún inconveniente. En muchas ocasiones la localización de la lámpara demasiado cerca de la cabeza de la cerda puede molestarla; con una simple chapa se la puede proteger.
Explicación del truco
Las necesidades de temperatura de los lechones y de las cerdas en las maternidades son completamente distintas.
El empleo de lámparas es uno de los sistemas más utilizados para conseguir un ambiente localizado apropiado para los lechones. El problema es que, si se colocan demasiado cerca de las cerdas, la luz o el calor las puede molestar. Frente a esta situación las cerdas se suelen tumbar de espaldas al foco, con la cabeza debajo del comedero para protegerse.
Esto comporta que las tetas queden fuera del alcance de los lechones y algunos puedan preferir cambiar la zona de reposo sacrificando el confort a cambio de estar cerca de la fuente de alimento.
Esto es especialmente importante los primeros días de vida, cuando los lechones prefieren reposar cerca de las mamas de su madre donde se encuentran más seguros. Se puede dar la paradoja que una medida tomada para aumentar el bienestar de los lechones sirva para molestar a la cerda y que, finalmente, ellos no la aprovechen.
Para solucionar el problema basta con poner una plancha de hierro, que no deje pasar la luz, soldada en el lado de la jaula donde se colocará la bombilla.
Este recurso lo vi por primera vez en la granja Borralho de Portugal, aunque no puedo asegurar que el invento sea del todo suyo. Esta solución es frecuente en Portugal, en cambio no la he visto nunca en España.