Visitamos la granja Coagra, propiedad de Jaume Alós y situada en la provincia de Lleida. Esta granja familiar aloja a 400 madres de genética danesa, organizadas en bandas de tres semanas con destete a 26 días. Se ceba el 100% de la producción en distintos engordes externos.
La granja de madres trabaja con máquinas de alimentación electrónica en gestación y maternidad. Las cerdas en gestación confirmada están alojadas en un único parque de 560 m² formando un grupo dinámico. Actualmente este parque consta de 5 estaciones de alimentación y se alojan de promedio unas 200 cerdas.
Aprovechando que las cerdas están en este grupo grande se añadieron al sistema:
- Una báscula para conocer el peso exacto de cada hembra y ajustar su curva de alimentación.
- Una estación de detección de celo para identificar repetidoras y primerizas en celo. En este corral hay un verraco alojado de forma permanente. El sistema recoge con qué frecuencia se acercan las hembras a visitar al verraco para determinar qué cerdas están en celo.
- Separador para apartar a cerdas concretas a un corral como pueden ser las cerdas que han de entrar a partos, las que están pendientes de vacunar, así como los animales que han perdido el chip o las hembras que el sistema ha detectado que van en celo y deben ser inseminadas.
Diseño de los corrales y flujo de las cerdas
Jaume Alòs nos insiste en la importancia de tener un buen diseño, tanto del circuito que deben realizar los animales, como de la delimitación de las distintas áreas.
Los objetivos que debe cumplir la instalación son:
- Que las cerdas que quieren volver a entrar en la zona de alimentación deban dar la vuelta completa para evitar que molesten a los hembras que están por entrar. Esto reduce el estrés en el área cercana a la entrada de las máquinas.
- Que la estación de detección de celo sea de paso obligado al salir de la estación de alimentación.
- Que existan abundantes cubículos de descanso, algunos fuera de las áreas de mayor actividad, como son la zona frente a las estaciones de alimentación o las zonas de paso general de las cerdas.
Un pequeño detalle que facilita mucho la revisión de los animales es el hecho de que los paneles que configuran el lateral de los cubículos están cortados a media altura. Esto sigue permitiendo que el animal se sienta resguardado al acostarse contra la pared, pero por otro lado, facilita mucho la revisión de las hembras.
Una observación que nos hace Jaume es que al disponer de una área mayor, las cerdas tienen la opción, y de hecho utilizan, distintas áreas en función de las zonas que les proporcionan mayor confort según la temperatura, corrientes de aire etc. Este mayor espacio, también se muestra muy útil para una menor confrontación al establecer el orden jerárquico.
Introducción temprana de las primerizas en el grupo dinámico
Las primerizas proceden de un origen externo y entran cada 2 meses con un peso de 60 kg. Las futuras reproductoras se entrenan en el uso de máquinas a partir de los 110 kilos. La introducción de las primerizas al grupo dinámico general se realiza antes de la primera cubrición, cuando las cerditas tienen un peso aproximado de 140 kg. Su entrada en esta instalación permite monitorizar el peso de las primerizas para ajustarse al peso objetivo de cubrición de la granja que, en este caso, era de 160 kg, aunque se ha incrementado en los últimos tiempos, ya que parece que un mayor peso a la primera cubrición ha mejorado el número de nacidos. Las cerditas también tienen acceso a la estación de detección de celo que reporta con qué frecuencia las cerdas se acercan al verraco, lo que facilita enormemente la detección de celos.
Al incorporarlas al grupo general, estas hembras jóvenes se marcan con spray para facilitar su fácil identificación dentro del grupo y así hacerles un seguimiento más exhaustivo. Hay que señalar que no se observan señales de pelea en las cerdas, incluyendo estos animales más jóvenes.
Principales ventajas observadas
Mejora en el ratio kg alimento de cerda/lechón destetado: mantener una condición corporal adecuada durante todo el ciclo reproductivo es mucho más eficiente que intentar recuperar cerdas delgadas o excesivamente gordas. Este hecho, unido a la cubrición de las primerizas con el peso correcto, ha contribuido a que la granja haya mantenido su consumo anual por cerda/año alrededor de los 1200 kg mientras que ha pasado de 29 a 35 lechones destetados/cerda/año. Pasar de 41 kg de alimento de cerda por lechón destetado a 35 kg, aparte del ahorro en costos de alimentación, nos debe recordar la creciente importancia del correcto diseño de las dietas de reproductoras.
Mejora de la adaptación de las primerizas: las hembras de reemplazo, tras el entrenamiento con las máquinas y antes de su cubrición, se introducen en el grupo dinámico con las adultas. Esto es posible gracias a un buen diseño de la instalación y sus distintas áreas, y a proporcionar espacio suficiente. Este hecho ha mejorado la aclimatación de las cerditas y por tanto los problemas sanitarios que a veces se observan en las camadas de primerizas.
Foto 2: jaume alos general 2: cubículos de descanso que permiten una fácil revision de los animales.
Mejora de la longevidad: Las cerdas que iniciaron su vida productiva con el sistema de monitorización de peso y alimentación electrónica han mejorado su longevidad en + 0,35 partos. Este sistema permitió cubrirlas a un peso óptimo y mantenerlas así en las sucesivas gestaciones y lactaciones.
Esta instalación está pensada para una futura adaptación al sistema de cubrir y soltar, con el objetivo de introducir a las cerdas el día 3 post cubrición a un grupo dinámico que pasaría a tener unas 320 hembras comunicando esta nave con una adyacente, con lo que se eliminaría su estancia en boxes en la gestación temprana.
Este es un ejemplo de que la correcta implementación de la tecnología permite reducir costos, mejorar los resultados productivos, el bienestar de los animales y también la imagen de la granja y la satisfacción laboral de los que allí trabajan. Estamos seguros de que Jaume Alòs seguirá, no solo implementando tecnología útil, sino sacándole el mejor partido posible. Gracias a la familia Alòs por su tiempo y por ser tan excelentes embajadores del sector porcino.