Debido a los diferentes requisitos de calor entre los lechones recién nacidos y las cerdas durante los primeros 10 días después del parto, el uso de lámparas con bombillas infrarrojas es una estrategia común para calentar a los lechones sin aumentar la temperatura general de la sala de parto. Estas lámparas se limpian, desinfectan y almacenan entre lotes. Este proceso aumenta el riesgo de daños en las bombillas, las conexiones eléctricas y la integridad de la lámpara debido, en muchos casos, a un método de almacenamiento inadecuado (imagen 2).
Para minimizar el daño y extender la vida útil de este material, el personal del multiplicador de genética Grangenia (centro de España) creó un carro que protege las lámparas de calor después de haberlas lavado para que puedan secarse y almacenarse de manera segura antes de su siguiente uso. El carro, hecho a medida, consiste en un marco metálico con 3 paneles de PVC: el panel superior y el del medio presentan 18 orificios del diámetro adecuado para sostener las lámparas (con bombilla incluida). El panel inferior es sólido y evita que los enchufes y cables se arrastren por el suelo.