La inclusión de productos lácteos en las formulaciones de dietas post-destete ha sido clave para poder realizar destetes tempranos. Así podemos afirmar que el suero de leche es el ingrediente más completo para lograr con éxito el paso de una alimentación a base de leche a pienso sólido ya sea en harina o gránulo.
El suero de leche contiene principalmente lactosa, único carbohidrato de la leche. El nivel de inclusión de lactosa es directamente proporcional al consumo y crecimiento de los lechones. De esta manera, considerando lo anterior podemos establecer que el nivel de lactosa para obtener los mejores resultados de crecimiento para lechones con un peso inferior a 7 kg es de 25-30%, y hasta un peso de 12,5 kg es de 15-20%. Normalmente el factor limitante en el uso de las distintas fuentes lácteas es el precio de las mismas.
La industria de fabricación de pienso afortunadamente ha dispuesto de importantes fuentes de lactosa a precios interesantes a través de distintos productos lácteos de la industria lechera. Recientemente ha habido cambios referentes a la disponibilidad de estos productos, con un encarecimiento notable, obligando a la revisión sobre su uso y necesidad.
El uso de productos lácteos consigue un aumento de la ganancia de peso e ingesta del lechón, debido primeramente al componente de lactosa y en segundo término a la aportación de aminoácidos suplementados con el suero.
Beneficios del uso de la lactosa
Se trata de:
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¿Qué podemos hacer para reemplazar una materia prima tan beneficiosa?
No podemos pensar que un sólo producto pueda reemplazar los distintos efectos beneficiosos que produce el uso de las fuentes lácteas, pero podemos escoger distintas alternativas que sumadas pueden permitirnos reducir su uso.
En primer lugar tenemos de tener en cuenta que el factor limitante para determinar la capacidad de ingesta es la digestibilidad del pienso. Así la inclusión de materias muy digestibles y palatables como son el plasma, harinas de pescado o azúcares nos permitirá reducir el nivel de lácteos de la dieta.
Como fuente energética podemos reemplazar parte de la lactosa por otros azúcares. Las fuentes pueden ser varias, glucosa, sucrosa, melaza y en último término almidón. El uso de glucosa o sucrosa puede ser bien absorbido, en especial a partir de un mes de vida pero al mismo tiempo son un buen sustrato para las bacterias patógenas. La inclusión de melazas merece una atención especial por sus elevados niveles de potasio y otras sales.
El uso de fuentes lácteas aumenta la digestibilidad de la proteína debido a una reducción del pH gástrico, aumentando la proteolisis en el estómago y favoreciendo la digestibilidad de las proteínas y aminoácidos. Este factor es de una gran importancia en la nutrición del lechón destetado pues tiene una producción insuficiente de ácido clorhídrico en el estómago. Cuando se plantea la reducción del contenido en lactosa se tiene que preveer el uso de fuentes proteicas más digestibles e incluso se podría plantear una revisión de la capacidad tampón de la dieta así como el uso de acidificantes.
El uso de productos lácteos tiene un efecto prebiótico, entendiendo que es fermentado por la flora intestinal estimulando un crecimiento diferencial de las bacterias intestinales, favoreciendo la flora beneficiosa y disminuyendo el crecimiento de la flora no beneficiosa. Pensando en este efecto conviene estudiar la incorporación de otros prebióticos como son los fructooligosacáridos o los galactooligosacáridos o en su defecto algun extracto natural o acidificante que en último término pueda incidir en la flora intestinal de forma positiva. En último término conviene recordar que muchas de las distintas fuentes lácteas aportan un nivel importante de proteína de calidad, siendo la proteína del suero una materia con un alto contenido en inmunoglobulinas. Este factor debe tenerse en cuenta en una reducción del nivel de lactosa, y suplementar ya sea con aminoácidos industriales o bien con otras fuentes de proteína, preferiblemente no vegetales, de alto valor biológico.
En conclusión, la alternativa a los productos lácteos tiene que conjugar adecuadamente un aumento de la palatabilidad, con una mejora de la digestión gástrica y un efecto prebiótico.