El sistema se basa en la preparación de la dieta líquida la cual se deja fermentar con la consiguiente acidificación por la transformación de los carbohidratos en ácidos orgánicos y la proliferación de una flora principalmente láctica. Para obtener una buena dieta fermentada en un estado estable (steady state), con una flora predominantemente láctica y un pH inferior a 4,5, son cruciales los siguientes aspectos:
- El tiempo de fermentación debe ser suficiente. En las primeras horas habrá
proliferación de flora láctica, pero también de enterobacterias, alcanzándo
el steady state a los 3-5 días.
- La temperatura del tanque de fermentación debe ser de unos 20ºC, temperaturas
muy bajas en invierno pueden limitar el proceso de fermentación.
- Debe guardarse una cantidad suficiente de resto de dieta fermentada como
promotor de la siguiente fermentación (mayor de un 50%) y dejar de nuevo suficiente
tiempo para que la fermentación alcance el steady state (unas 8-12 horas).
- Debido a fermentaciones excesivas o anómalas pueden generarse compuestos
indeseable que reduzcan la palatabilidad y valor nutritivo de la dieta.
- Se ha descrito una alta proliferación de levaduras, que si son indeseables
pueden generar olores y sabores desagradables.
- Con el fin de promover una fermentación deseada, se puede añadir a la
mezcla una flora láctica seleccionada. Asimismo para limitar la proliferación
de coliformes se puede añadir un 0,1-0,2% de ácido fórmico.
- La adición de antibióticos promotores de crecimiento, medicaciones o ciertos aditivos pueden alterar la fermentación tanto cuantitativa como cualitativamente.
- Se ha descrito una alta proliferación de levaduras, que si son indeseables
pueden generar olores y sabores desagradables.
Las principales ventajas de este sistema de alimentación son:
- Menor presencia de microorganismo patógenos en el alimento, tanto en el
tanque de fermentación y mezcla, como en las tuberías de distribución y comederos
de los animales. Reduciéndose el riesgo de vehicular patógenos digestivos
por el alimento.
- Mayor salud y robustez intestinal, con una disminución del riesgo de diarreas.
Por tanto, es una buena alternativa a los antibióticos promotores de crecimiento,
y mejora la adaptación del lechón a la alimentación después del destete. En
diferentes estudios se han descrito los siguientes efectos sobre el tracto
gastrointestinal de la utilización de ALF comparándolo con alimento seco o
líquido no fermentado.
- Disminución del pH (inferior a 4) y aumento de la concentración de ácido
láctico en el estómago.
- Mayor proporción de flora láctica en el estómago y primeros tramos del
intestino delgado.
- Menor contenido de coliformes y Salmonella a lo largo de todo
el tracto gastrointestinal. Asimismo, en cerdas reproductoras, se reducirá
la presencia de coliformes en las heces consiguiéndose el establecimiento
de una flora inicial más saludable en los lechones.
- Mayor integridad de la mucosa del duodeno en lechones después del destete,
con una mayor altura de las vellosidades y una mayor relación altura de
las vellosidades/profundidad de las criptas.
- Disminución del pH (inferior a 4) y aumento de la concentración de ácido
láctico en el estómago.
- Reducción de la presencia de determinados microorganismos patógenos en el tracto digestivo de los animales como Salmonella, Brachyspira hyodysenteriae y Lawsonia intracellularis, con mejoras sobre la sanidad animal y salud humana.
Por tanto, se puede considerar al sistema de ALF como una alternativa muy interesante en cuanto a la sanidad de los animales y seguridad alimentaria de los sistemas de alimentación. Sin embargo , hay que tener presentes que la inversión y complejidad del sistema es mayor, y que pueden empeorarse los resultados productivos, sobretodo si el proceso de fermentación no es adecuado y estable.
Así lo ve Imasde