Se alimentaron 70 cerdos de entre 42 y 93 kg de forma individual con una de las siguientes 5 dietas: 1) control (a base de trigo y soja); 2) BR (baja en romero, dieta control+1g/kg de romero); 3) AR (alta en romero, dieta control+10g/kg de romero); 4) BA (baja en ajo, dieta control+1g/kg de ajo) y 5) AA (alta en ajo, dieta control+10g/kg de ajo).
La inclusión de ajo provocó una reducción del consumo de pienso (p<0,01) pero mejoró el IC de los animales (p<0,05). Se apreció una reducción de la digestibilidad de la energía en la dieta AR y una reducción de la digestibilidad de la materia seca y materia orgánica en la dieta AA (p<0,05). En el panel de expertos se detectaron diferencias en las propiedades de la carne cocida cuando procedía de los grupos con incorporación de ajo (p<0,001).
La inclusión de ajo en las dietas de engorde mejoró el IC a través de una reducción del consumo de pienso. Habría que valorar con detenimiento si los efectos sobre las características de la carne son o no negativos para el consumo.
S. Cullen, F. Monahan y J. O’Doherty 2005. J. Anim. Sci. Vol. 83, Suppl. 1 Ref. M89