En el primer experimento se usaron 880 lechones de 14,8 kg de PV. Durante 14 días se suplementó la dieta basal (1,21% de lisina digestible) con cinco niveles de inclusión de L-lisina (0,20; 0,35; 0,50; 0,65 y 0,80%). El perfil de aminoácidos de todas las dietas fué equilibrado mediante la inclusión de aminoácidos sintéticos. La GMD (653, 644, 658, 617 y 572 g/d) y el IC (1,54, 1,58, 1,56, 1,64 y 1,73) empeoraron de forma cuadrática (p=0,05).
En la segunda prueba se usaron 839 cerdos de 57 kg de PV. Durante 21 días se suplementó la dieta basal (0,93% de lisina digestible) con cinco niveles de inclusión de L-lisina (0,00; 0,10; 0,20; 0,30 y 0,40%). El perfil de aminoácidos de todas las dietas estaba balanceado mediante la inclusión de aminoácidos sintéticos. En esta segunda prueba no se apreciaron diferencias significativas entre los tratamientos.
Los resultados de este estudio indican que si se mantiene el balance entre aminoácidos puede incorporarse hasta un 0,50% de L-lisina en las dietas de final de transición o 0,40% en dietas de inicio de engorde. A partir de estos niveles, el rendimiento se ve negativamente afectado.
A. M. Gaines, B. W. Ratliff, D. C. Kendall, P. Srichana, G. L. Allee y J. L. Usry 2004. Journal of Animal Science Vol. 82, Supplement 2 Ref. 160.