Entre la media hora y hora y media tras el reagrupamiento las luchas fueron mayores en las cerdas tratadas. El día antes del primer reagrupamiento la media de rasguños en la piel fue de 4,0, valor que se mantuvo en la semana 6 en las primerizas tratadas mientras que, por contra, se redujo a 2,1 en las control. En los grupos tratados se observó como durante la tarde del día en que se realizó el reagrupamiento aumentaban los rasguños hasta 6,3. Respecto a la concentración de cortisol en saliva, no se detectaron diferencias significativas en los valores obtenidos la tarde antes de la mezcla entre las semanas 1, 3 y 6 ni entre las cerdas tratadas y las control. Las primerizas que mostraron estro durante las 5 semanas tras su llegada fueron inseminadas. La duración del segundo estro en estos animales fue de 2,48 y de 2,21 días para las tratadas y las control, respectivamente. No se observaron diferencias en el índice de partos a los 35 días post-inseminación, ni en el índice de ovulación y fetos totales entre ambos grupos.
Los resultados concluyen que si bien la presencia de factores estresantes durante un período de seis semanas alrededor de la inseminación da lugar a un aumento de las luchas, estos no tuvieron efectos a largo plazo sobre los niveles de cortisol y no afectaron sobre el rendimiento reproductivo.
Soede, N. M. Sleuwen, M. J. W. van Molenaar, R. Rietveld, F. W. Schouten, W. P. G. Hazeleger, W. Kemp, B. Influence of repeated regrouping on reproduction in gilts. Animal Reproduction Science. 2006. Vol. 96 (1-2): 133-145.