Tanto la dieta como los días de gestación presentaron un efecto sobre el estado inmune de la cerda; se obtuvo mayor fagocitosis de neutrófilos y nivel de cortisol plasmático (P<0,05) para las cerdas alimentadas con la dieta control comparado con las cerdas alimentadas con la dieta alta en fibra. Mientras que se observó mayor proliferación de linfocitos inducida por la concavalina-A (P<0,05) para las cerdas alimentadas con la dieta con alto contenido en fibra respecto a la dieta control. A día 90 de gestación, la proliferación de linfocitos fue superior (P<0,01) para las cerdas alimentadas con una dieta con alto contenido en fibra respecto a las cerdas alimentadas con la dieta control. El comportamiento de la cerda también se vio afectado por la dieta; las cerdas alimentadas con la dieta alta en fibra se pelearon más (P<0,001) que las cerdas alimentadas con la dieta control. La duración de los comportamientos oro-naso-facial, permanecer de pie y comiendo fueron todos superiores (P<0,05) para las cerdas que recibieron la dieta control comparado con las que se alimentaron con a dieta alta en fibra. Además, el comportamiento de la cerda se vio afectado por la disponibilidad de espacio en el corral; las cerdas alojadas a 1,7m2/cerda presentaron mayor número de comportamientos oro-naso-faciales, y estuvieron más tiempo tanto de pie como comiendo respecto a las alojadas a 2,3m2/cerda. Estos resultados indican que la fibra y la superficie disponible de corral pueden afectar a la fisiología y el comportamiento que en definitiva puede incidir sobre el bienestar de la cerda.
AE DeDecker, AR Hanson, PM Walker, and JL Salak-Johnson, 2010. Journal of Animal Science. 88:461.