Las cerdas primíparas consumieron estas dietas desde los 100 hasta los 221 días de vida. Durante este periodo se anotó el peso vivo, el espesor de la grasa dorsal (GGD), la manifestación de celo y el balance de nitrógeno (N).
Las cerdas alimentadas con la dieta 18% PB mostraron niveles más elevados de N ingerido, retenido y excretado además también tenían niveles superiores de urea en plasma y en orina (p<0,001). La eficiencia de utilización del N no se vio afectada por el nivel de proteína en la dieta.
La dieta baja en proteína redujo en un 48% la excreción de N de las cerdas, además estas cerdas acumularon más grasa en el dorso entre los 100 y los 207 días (12%= 7,4mm vs 18% 4,5mm; p<0,02). No se vieron diferencias en el peso vivo de las cerdas. El porcentaje de cerdas que mostraron el celo dentro de los 25 primeros días de presencia del macho fueron (12= 71% vs 18= 75%, p>0,10).
El nivel de proteína afectó la composición corporal sin alterar el peso vivo, el momento de la pubertad ni las características del tracto reproductivo lo que sugiere que bajar el nivel de proteína de la dieta puede ser una estrategia interesante para incrementar las reservas de grasa de las primíparas.
F. Budiño, A. Kessler y M.L. Bernardi. Revista Brasileira de Zootecnia 2001. 30(5) 1481-1489