Las concentraciones de IgG en el calostro disminuyeron rápidamente desde los 61 mg/ml en el inicio de la lactación hasta 9,0 mg/ml a las 24 h. A las 4 h se detectó la IgG en el plasma y su concentración aumentó hasta alcanzar su máximo entre las 12 a 16 h, a partir de ese momento disminuyó. En los lechones a los que se les permitió mamar tras el parto no se observó ninguna relación significativa entre la ingesta estimada de IgG y la concentración en plasma, lo que sugiere que la ingesta de IgG no limitó la adquisición de IgG por el lechón. Cuando la lactación se retrasó entre las 8 o 12 h post-parto, la ingesta del calostro no fue diferente a la de los lechones que tuvieron acceso inmediato al calostro pero si la ingesta de IgG que disminuyó de forma significativa. La cantidad total de IgG en el plasma (g/kg PV) no disminuyó de forma significativa como consecuencia del retraso en la ingesta de calostro.
El estudio concluyó que, bajo las condiciones experimentales, la aparición de la IgG en el plasma fue limitada por factores diferentes a la ingesta de IgG a través del calostro.
I.M. Bland, J.A. Rooke, V.C. Bland, A.G. Sinclair and S.A. Edwards. Appearance of immunoglobulin G in the plasma of piglets following intake of colostrum, with or without a delay in sucking. Animal Science. Vol. 77. 2003. Pag. 277-286.