Personal capacitado y concienciado: el primer escudo contra amenazas de Topigs Norsvin

El personal es responsable de implementar protocolos preventivos que minimicen la entrada y propagación de patógenos, protegiendo la salud animal que es fundamental para la rentabilidad económica de la granja. La formación debe incluir conocimientos sobre la correcta desinfección de instalaciones, control de acceso y manejo adecuado del flujo de animales y personas, reduciendo los riesgos asociados a enfermedades como la Peste Porcina Africana o el PRRS. Un equipo bien instruido es el primer escudo contra amenazas sanitarias que podrían tener un impacto devastador en la producción.

Además, un personal bien informado entiende la importancia de seguir procedimientos estrictos de bioseguridad de manera constante, no solo como una medida reactiva ante brotes, sino como una práctica cotidiana que garantiza la sostenibilidad de la producción porcina. La transmisión de información actualizada sobre enfermedades emergentes y medidas de control es esencial para mantener al personal en alerta y capaz de responder con rapidez y precisión ante cualquier riesgo sanitario. La comunicación interna eficaz y el acceso continuo a la información permiten al equipo actuar de manera proactiva y preventiva, lo que se traduce en un entorno de trabajo más seguro y eficiente.

La concienciación va más allá de la formación técnica: implica que el personal reconozca la responsabilidad que tienen en la protección de la granja y del sector porcino en general. Este compromiso asegura que cada miembro del equipo no solo siga las normas, sino que entienda el impacto global de sus acciones sobre la bioseguridad. Al estar comprometidos con la mejora continua de las prácticas de bioseguridad, el personal contribuye a la sostenibilidad del negocio y al bienestar animal, lo que, en última instancia, fortalece la competitividad de la industria porcina a nivel global.