Mejora los efectos negativos de las micotoxinas en el tracto reproductivo porcino
Las micotoxinas pueden tener un impacto significativo en la salud y el rendimiento reproductivo de las cerdas. La presencia de micotoxinas en los alimentos puede provocar una serie de efectos adversos, como la reducción del consumo de alimento, el retraso en el crecimiento, lesiones hepáticas, disfunciones gastrointestinales, estrés oxidativo y diversos problemas reproductivos.
En concreto, micotoxinas como la aflatoxina, el deoxinivalenol (vomitoxina), las fumonisinas, la ocratoxina A, la toxina T-2 y la zearalenona han sido identificadas como perjudiciales para la salud porcina. Se trata de micotoxinas bien conocidas y reguladas. El impacto de las micotoxinas en la fertilidad y el rendimiento reproductivo de las cerdas está bien documentado, con varios estudios que destacan los diversos resultados negativos asociados con la exposición a dichas micotoxinas.
El diagnóstico puede resultar difícil debido a la vaguedad de los síntomas y a la presencia de micotoxinas por debajo de los límites de detección. Para empeorar las cosas, las llamadas micotoxinas emergentes se analizan aún con menos frecuencia, ya que requieren sofisticados dispositivos analíticos para su detección, y no existen límites reglamentarios. Sin embargo, se sabe que algunas de las micotoxinas emergentes afectan negativamente a los cerdos.
Las micotoxinas pueden causar efectos directos sobre el rendimiento reproductivo, como celo irregular, aborto, pseudo-preñez, bajas tasas de concepción, quistes ováricos, pérdida embrionaria, ninfomanía, hipertrofia del útero, hiperestrogenismo, agalactia, mortinatos e infertilidad.
Micotoxinas y reproducción
Una de las micotoxinas más estudiadas en relación con la reproducción porcina es zearalenona (ZEN), producida por especies de Fusarium y presente habitualmente en cereales como el maíz, el trigo, la avena y la cebada. Se sabe que la ZEN imita la actividad estrogénica y puede provocar una serie de trastornos reproductivos. Por ejemplo, la exposición a ZEN se ha asociado con hinchazón de la vulva, alteraciones de las hormonas reproductivas y alteraciones de las concentraciones de receptores de estrógenos en órganos específicos de las cerdas. Estos cambios pueden dar lugar a importantes problemas reproductivos, como la reducción del tamaño de la camada, el aumento de la mortalidad embrionaria y la interrupción de los ciclos estrales.
En las cerdas, la exposición a ZEN puede provocar signos como hinchazón de la vulva, ciclos estrales anormales, atrofia ovárica y reducción de la fertilidad. Por ejemplo, las cerdas jóvenes e inmaduras expuestas a 1-5 ppm de ZEN pueden mostrar hinchazón de la vulva y cierta actividad estral, mientras que las cerdas jóvenes púberes y las cerdas durante el período de cría expuestas a 5-10 ppm pueden experimentar un aumento de los intervalos post-destete y prolongar los intervalos entre ciclos. Las cerdas gestantes expuestas a más de 25 ppm de ZEN pueden tener camadas pequeñas, bajas tasas de partos y pseudo-preñez, y las cerdas lactantes expuestas a 50 ppm o más pueden mostrar ciclos estrales anormales y atrofia ovárica.
Las implicaciones económicas de la contaminación por ZEN son significativas para las operaciones de producción porcina. El rendimiento reproductivo es fundamental para el éxito económico de estas operaciones, y problemas como los causados por ZEN pueden provocar una reducción del número de lechones, lo que a su vez conlleva pérdidas económicas. El cálculo exacto de los beneficios relacionados con el impacto de ZEN en las cerdas puede variar mucho en función del alcance de la contaminación, los precios de la carne de cerdo y las prácticas de gestión específicas de la explotación. Sin embargo, está claro que tanto la determinación de la causa de una disminución del rendimiento reproductivo como la aplicación de medidas correctivas pueden acarrear costos elevados.
Las publicaciones científicas han proporcionado niveles orientativos para mitigar los riesgos de ZEN. Por ejemplo, la Comisión Europea ha definido umbrales recomendados para alimentos para animales que reflejan las diferencias de susceptibilidad entre grupos de edad. Estos niveles orientativos se fijan en 100 ppb para cerdas jóvenes y lechones y en 250 ppb para cerdas y cerdos de engorde.
Otro grupo de micotoxinas, los tricotecenos, que incluyen el DON y la toxina T-2, también son preocupantes. Estos compuestos pueden causar efectos tóxicos directos en el tracto reproductivo, provocando afecciones como disfunción ovárica, reducción de las tasas de concepción y aumento de la incidencia de mortinatos. La presencia de estas micotoxinas en los alimentos se ha relacionado con celo irregular, pseudo-preñez y reducción de la fertilidad de las cerdas. Un efecto secundario común de la alta contaminación por DON es la disminución del consumo de alimento y, en casos extremos, el rechazo del mismo. Esto puede tener graves consecuencias para la salud de las cerdas y los lechones.
Las fumonisinas, otra clase de micotoxinas, han sido implicadas en causar alteraciones en el metabolismo de los esfingolípidos, que es crucial para la integridad y función de la membrana celular. Esta alteración puede tener implicaciones para la calidad de los ovocitos y el desarrollo embrionario, lo que podría provocar una reducción de la fertilidad y un aumento de las pérdidas prenatales en los cerdos.
Es importante señalar que los efectos de las micotoxinas no se limitan a la toxicidad directa. Las micotoxinas también pueden comprometer el sistema inmune, provocando una mayor susceptibilidad a infecciones y enfermedades, lo que puede agravar aún más los problemas reproductivos de las cerdas.
La prevención es la única solución
Después de que los mohos produzcan micotoxinas en los cultivos en el campo o durante el almacenamiento, las micotoxinas ya no pueden eliminarse de los alimentos para animales. Esto significa que la única solución para prevenir las micotoxicosis es utilizar aditivos para alimentos que adsorban o detoxifiquen las micotoxinas.
MYCORAID es una solución avanzada para mitigar los efectos negativos de las micotoxinas en todas las especies animales. La combinación especial de minerales adsorbe micotoxinas polares y menos polares, como ZEN y las fumonisinas. Además, se produce la biotransformación microbiana de ZEN en metabolitos no tóxicos. MYCORAID también refuerza el sistema inmune con la ayuda de componentes de la pared celular de la levadura como los betaglucanos y los mananoligosacáridos. Todos trabajan de manera sinérgica para mejorar la respuesta inmune y así, reducir los efectos negativos de la contaminación por DON. Por último, los extractos de plantas ayudan a aliviar los efectos negativos de las micotoxinas en el hígado. Todos estos componentes ayudan a MYCORAID a proteger a su animal para un mejor rendimiento y rentabilidad durante los desafíos cada vez mayores de las micotoxinas.
Conclusiones
Las micotoxinas suponen una amenaza significativa para la fertilidad y la salud de las cerdas, y comprender sus efectos es esencial para una gestión eficaz de la piara y para garantizar la rentabilidad y la sostenibilidad de las operaciones de producción porcina. Dado el impacto significativo de las micotoxinas en la fertilidad y salud de las cerdas, es esencial que los productores de cerdo implementen estrategias efectivas de manejo y mitigación de micotoxinas. Éstas pueden incluir el adecuado almacenamiento y manipulación de materias primas de los alimentos para minimizar el crecimiento de hongos y la producción de micotoxinas, el control regular de los alimentos para detectar la contaminación por micotoxinas y el uso de aditivos avanzados que desactivan las micotoxinas. MYCORAID ayuda a garantizar altos niveles de producción y rentabilidad en la explotación así como el mantenimiento de la homeostasis.
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