En las granjas, encontramos establecidas diferentes pautas de inseminación, unas con procedimientos más complicados (con recela y cubrición mañana y tarde), frente a otras pautas más sencillas (recela por la mañana e inseminaciones cada 24 horas) y ambos protocolos se pueden ejecutar realizando la primera inseminación al momento o después de un periodo de espera. No hay una ventaja evidente de unos sistemas frente a otros, ya que es posible ver muy buenos y muy malos resultados en granjas con cualquier tipo de protocolo.
“El mejor sistema es el que funciona”
En muchas ocasiones no es la pauta de inseminación (en qué momento se deja el semen dentro de la cerda) lo que no funciona correctamente, sino el método de inseminación (la manera de dejar el semen dentro de la cerda) lo que está ocasionando el problema. Solo en el caso de realizar un análisis de la granja que evidencie la existencia de un problema en la pauta de inseminación sería conveniente modificar dicha pauta.
Si en una granja se usa el sistema simple (inseminar cuando se detecta el celo y cada 24 h, mientras la cerda presente el reflejo de inmovilidad) y funciona, no debe cambiarse. Sin embargo, si con este sistema se obtienen malos resultados (por ejemplo, un 80% de fertilidad y/o 1 lechones menos de lo que debería de tener), se debería cambiar a un sistema más complejo, con inseminaciones mañana y tarde (con un intervalo no inferior a 8h), siendo este el más adecuado, pero más laborioso. Por el contrario, a veces es necesario cambiar el sistema de mañana y tarde a uno con un intervalo de 24h, ya que el horario laboral intensivo (se trabaja solo por la mañana) hace casi imposible inseminar con una distancia de al menos 8h entre dos inseminaciones, intervalo que se considera necesario para que el útero recupere la normalidad después de una inseminación.
El semen vive unas 24h dentro de la cerda y, si se insemina durante 3 días con un intervalo de 24h, la probabilidad de fecundación va a ser alta, ya que hay espermatozoides disponibles durante un porcentaje muy alto del periodo de celo, aunque por lo general la cerda queda fecundada solo por una de esas dosis. Aunque teóricamente se cubre un periodo de 72h horas, antes de la segunda y tercera inseminación se está cerca del límite de la viabilidad de los espermatozoides y por lo tanto de un error.
El fallo también se puede producir si la dosis fecundante, la que se hace pocas horas antes o sobre la ovulación, falla por usar un semen en malas condiciones o por haberla realizado de forma incorrecta y no conseguir dejar suficiente cantidad de espermatozoides en el útero.
Sin embargo, en la inseminación mañana-tarde/tarde-mañana los espermatozoides de las dosis consecutivas se solaparán dentro del útero, aumentando la probabilidad de que haya espermatozoides viables en el momento de la ovulación y, por ende, mayor probabilidad de fecundación, evitándose también el efecto de una mala inseminación o el uso de semen en mal estado, siempre que las dos dosis consecutivas no sean del mismo lote.
Desde hace ya muchos años se sabe, basándose en múltiples trabajos científicos, que la longitud del celo depende del intervalo destete-celo (IDC) y que un IDC corto produce normalmente un celo largo y viceversa, un IDC largo genera un celo corto. También se sabe que la ventana de fecundación es mucho más pequeña que el periodo de celo (tiempo en el que la cerda muestra el reflejo de inmovilidad) ya que por lo general la ovulación no comienza hasta el inicio del último tercio de ese periodo y se produce de forma discontinua durante 6-8 h, alargándose un poco más la probabilidad de fecundación gracias a la viabilidad de los ovocitos que es de otras 6 a 8 h, por lo que la ventana de fecundación es de unas 12-16 h de las 35-90h que puede durar un celo (unas 65h en una cerda con un IDC de 4 días), (figura 1).
Se asume por tanto que, en la mayoría de las cerdas, la inseminación durante el primer tercio del celo no va a producir fecundación ya que la ovulación aún queda muy lejos (por encima de las 24h de supervivencia de los espermatozoides), por lo que en muchas granjas de cerdas blancas se aplica un sistema de inseminación retardada con el ánimo de desperdiciar el menor número posible de dosis (la media de uso de dosis en España es de 2,7 - 2,8 por celo, cuando en los países del norte de Europa es de 1,2 - 1,8, es decir muchas cerdas se cubren con una sola dosis por celo).
La pauta de inseminación con espera, dejando pasar 24h a las que salen a celo con un IDC corto, o de la mañana a la tarde o de la tarde a la mañana a las que tienen un IDC de 5-6 días, e inseminando cada 8/16h, requiere recelar dos veces al día, para tener un buen control sobre el inicio del celo, y un buen sistema de registro que permita aplicar a cada cerda el protocolo adecuado a su IDC.
Un buen sistema de espera adaptado a cada granja es la forma de reducir al máximo el número de inseminaciones por celo, pudiéndose llegar a 1,5.
Hay que evitar inseminar más de 2 veces, el número de terceras inseminaciones tiene que ser inferior al 20% ya que, si no es así, esto indicaría que no se está realizando correctamente la recela y/o los registros de comienzo de celo o se están haciendo inseminaciones tardías, en el periodo posterior a la ovulación en los que aún hay síntomas de celo.
El exceso de inseminaciones ocasiona un aumento de gasto y, lo que es más importante, en el volumen de trabajo, pudiéndose además producir procesos de descarga vaginal en aquellas cerdas que reciben inseminaciones postovulatorias.
Respecto a las nuevas técnicas con ecógrafos de alta definición, que son capaces de identificar el estadio del ciclo de la cerda (pudiendo realizarse la inseminación poco antes o sobre la ovulación), científicamente son métodos de gran valor, pero con una importante necesidad de cualificación de la persona que la realiza y un alto nivel de disponibilidad del personal, ya que el seguimiento del crecimiento folicular, y por lo tanto del momento del ciclo estral, necesita de varias observaciones cada día, lo que dificulta su implementación a pie de granja.
La instauración de una pauta de inseminación correcta, así como la realización de un correcto método de inseminación, son dos puntos indispensables para obtener una buena fertilidad. En el siguiente artículo profundizaremos en el volumen y la concentración de la dosis seminal y en su conservación, lo cual es de vital importancia para realizar una correcta inseminación.